Pasajeros atrapados en un tren en Valladolid: "Aquello se convirtió en una ratonera y hacía un frío terrible"

Pasajeros atrapados en un tren en Valladolid: "Aquello se convirtió en una ratonera y hacía un frío terrible"

La escena parece sacada de una película de terror, pero sucedió en la noche de este lunes. Un tren Alvia en el que viajaban cerca de 600 pasajeros (desde Asturias hasta Madrid) se quedó parado en medio de un túnel en las afueras de Valladolid durante cerca de cuatro horas. A oscuras y sin calefacción en medio de una de las noches más frías de lo que llevamos de invierno en la capital pucelana (cerca de tres grados bajo cero), que a esas horas estaba completamente cubierta por la niebla.

Fuentes de Renfe consultadas por El Huffington Post explican lo que sucedió: “A las 21.42 se produjo la ruptura del hilo de la catenaria en 80 metros por causas que se están investigando, entre el túnel de El Pinar Antequera y la estación de Valladolid”. La catenaria es el elemento por el que se transmite electricidad al tren, que lleva un contrapeso que, cuando se rompe, provoca su caída.

Eso fue exactamente lo que ocurrió. El tren no recibe alimentación y, por tanto, ni se puede mover ni funcionan otros servicios como la calefacción. Renfe explica que, al producirse la avería en un túnel de difícil acceso, la reparación es más complicada, por lo que Adif no pudo arreglarlo completamente hasta las 5.23.

Como consecuencia, los pasajeros tuvieron que esperar casi cuatro horas en el tren a oscuras. "Me molestó especialmente la desinformación que hubo al principio, porque cuando nos quedamos parados y sin luz se nos dijo que era porque estábamos esperando para entrar al intercambiador. Eso me extrañó, porque normalmente no se van las luces en estos casos. Luego, lo único que nos dijeron es que todo se debía a un problema de tensión”, explica una pasajera.

DESINFORMACIÓN

“El tren se convirtió en una ratonera, porque no se podían abrir las puertas, todo estaba oscuro y hacía un frío terrible. Tardaron casi una hora en darnos explicaciones sobre lo que pasaba y el supuesto tren de rescate tardó en llegar una eternidad”, explica Víctor, uno de los pasajeros afectados, quien se queja de que, cuando llegó el tren de 'salvamento', ni siquiera el personal de Renfe sabía cómo realizar el traslado.

Finalmente, según explican los afectados, pusieron el tren de rescate –de tracción diesel- en paralelo al otro y realizaron el cambio a través de pasarelas en una operación que duró más de una hora. El siguiente problema que se encontraron los pasajeros es que el nuevo convoy tenía menos capacidad que el anterior, por lo que muchos viajeros tuvieron que hacer el resto del viaje de pie en la cafetería o sentados en los pasillos.

“El personal de Renfe aseguró que pararíamos en Segovia y que la gente que no tuviera asiento seguiría el viaje en autobús, pero ni paramos ni nadie dijo nada”, relata una viajera, que explica que el tren llegó finalmente a Chamartín a las 2.55. La llegada estaba prevista en principio para las 22.39, por lo que Renfe devolverá a los viajeros la totalidad del importe del billete. “Cuando llegamos fue todo un caos porque todos corrimos a coger un taxi, cuyo importe corrió de nuestra cuenta. No se organizaron filas para acceder a los vehículos y hubo tensión”, explica una afectada.

"CHICO, ESTO ES UN RESCATE"

Renfe asegura que hizo “lo único” que se podía hacer: “Mandar un tren de tracción diesel desde Madrid que llegó a Valladolid pasadas las 23.00 y proceder a realizar el trasbordo”. La compañía asegura que el convoy salió de la estación de Chamartín y que si se tardó es porque hubo que localizar el tren, mandarlo y que llegase teniendo en cuenta que la catenaria se rompió en las dos vías.

Pero, ¿por qué se mandó un tren con menos capacidad? Renfe da su versión: “El Alvia era doble, es decir, iban dos trenes unidos porque había muchos pasajeros. Se mandó el tren que se pudo mandar. Renfe no dispone de una flota ilimitada y no íbamos a mandar dos trenes. Cierto que muchos tuvieron que ir de pie. Pero, chico, esto es un rescate”.

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Soy subdirector en El HuffPost España. Junto a todo el equipo, trato de que el medio conserve la esencia que le caracteriza desde su fundación: escuchar a la gente, no importa desde donde nos lea, apostando siempre por nuevos formatos y por el contenido que demanda la calle, tratado siempre con la máxima rigurosidad.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en virales, cultura digital y tendencias sociales, con especial atención a cómo ciertos fenómenos aparentemente ligeros abren la puerta a debates más profundos. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer Alfredo Corell: “La charla de un profesor de universidad que puso en pie a todo un auditorio”. En aquella época, Corell era un desconocido para el gran público, pero a partir de ese artículo, que tuvo cientos de miles de lectores, su popularidad fue creciendo hasta convertirse en uno de los científicos más respetados de España, con galardones como el I Premio CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

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