Seis razones por las que a las mujeres les afecta más la depresión

Seis razones por las que a las mujeres les afecta más la depresión

Dusica Paripovic via Getty Images

Las mujeres tienen casi el doble de posibilidades que los hombres de sufrir un trastorno depresivo grave en su vida. Aún no está claro el motivo de ello, pero parece que tiene mucho que ver con una combinación de factores biológicos, hormonales, genéticos, psicológicos y sociales.

“Sin duda, las mujeres se ven más afectadas por la depresión, y son más vulnerables ante la enfermedad debido a cuestiones biológicas”, explicaba Jill Goldstein, directora de investigación en el Center for Women's Health and Gender Biology de Brigham y en el hospital de mujeres en Boston.

Los científicos, entre ellos Goldstein, están empezando a descubrir el papel que tiene la diferencia de sexo en el desarrollo y el funcionamiento del cerebro, y cómo estas diferencias afectan a los trastornos psiquiátricos.

Aunque las mujeres, en general, comprenden mejor los cambios que experimentan y son capaces de expresar mejor los síntomas, siendo así más sencillo determinar un tratamiento, esto no explica por qué a ellas la depresión les afecta de manera desproporcionada con respecto a los hombres, afirmaba Goldstein.

Éstas son 6 de las razones por las que las mujeres serían más propensas a sufrir depresión.

Vulnerabilidad genética

Un cuadro familiar depresivo aumenta tanto en hombres como en mujeres la posibilidad de desarrollar este trastorno. No obstante, la vulnerabilidad genética unida a los acontecimientos de la vida, especialmente los ocurridos a una edad temprana, como abuso sexual o maltrato físico durante la infancia, podrían contribuir a aumentar la incidencia de la depresión en las mujeres, aseguraba Goldstein. La investigación sugiere que las mujeres son más propensas que los hombres a la depresión como respuesta ante una situación de estrés.

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Desarrollo fetal

Durante el desarrollo del feto, la diferenciación sexual tiene lugar en el cerebro, permitiendo que algunas regiones del cerebro se desarrollen de forma diferente en hombres y en mujeres, aclaraba Goldstein. Además, las hormonas y los genes implicados en el desarrollo fetal y la infancia podrían ser la causa que hace que algunas personas tiendan a padecer más trastornos del estado de ánimo, como la depresión, explicaba.

La depresión también puede surgir en otros tres períodos sensibles de la vida de una mujer, de acuerdo con la especialista.

Esos tres períodos ocurren cuando las hormonas inundan el cerebro y el cuerpo de una mujer. Las hormonas afectan directamente a las sustancias químicas del cerebro, y esto supone una regulación hormonal del sistema de conexiones del cerebro, que a su vez regula el ánimo y las emociones, argumentaba la investigadora.

Durante estas fases, las mujeres tienen que volver a conectar consigo mismas, observar los cambios en su humor, en la concentración, la energía, los hábitos alimenticios y de sueño. Las que hayan sufrido otro episodio depresivo anteriormente deberían llevarlo a cabo con más motivo; ellas se enfrentan a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad durante el embarazo o la menopausia.

Adolescencia

Antes de la pubertad, existen pocas diferencias de sexo en lo que a la depresión se refiere, ya que el trastorno afecta a chicos y a chicas por igual. Las diferencias de sexo empiezan a producirse tras la pubertad, a edades comprendidas entre los 16 y los 20 años, cuando las chicas tienen aproximadamente el doble de posibilidades de padecer depresión.

Si los trastornos depresivos son frecuentes en la familia, es importante prestar atención al comportamiento de los hijos, especialmente tras la pubertad, aconsejaba Goldstein.

Embarazo

“El embarazo puede ser un catalizador de la depresión en las mujeres”, aseguró Goldstein a Live Science.

Las fluctuaciones hormonales durante y después del embarazo contribuyen a intensificar el riesgo. Los problemas para concebir al bebé, los embarazos no deseados y los abortos también pueden contribuir a desarrollar una depresión.

Después de dar a luz, las exigencias de la maternidad y el cuidado del recién nacido pueden sobrepasarnos. Si bien es cierto que algunas mujeres experimentan una sensación de tristeza tras convertirse en madres, la depresión postparto es un problema más grave, complejo y duradero.

Transición a la menopausia

El incremento y la disminución progresiva de las hormonas reproductivas durante la menopausia y en los años previos también aumentan la posibilidad de sufrir una depresión. Este período, llamado perimenopausia, suele acarrear tanto cambios físicos como psicológicos, que pueden afectar al estado de ánimo de las mujeres. Entre estas alteraciones se incluyen la sensación de bochorno o ataques de calor, un mayor sangrado, menstruaciones irregulares e insomnio.

Factores ambientales

La manera en que las mujeres son criadas en sociedad y los roles que tienen en ella también pueden afectar a su susceptibilidad a la depresión. El papel de una mujer como madre, esposa y cuidadora de padres ancianos, junto con la presión de la casa y de la vida laboral, son factores que hacen incrementar el estrés. Este estrés puede llevar a algunas mujeres a sentirse deprimidas. La investigación demuestra que las mujeres tienden a ser más sensibles hacia sus propias emociones, así como hacia las necesidades emocionales de los demás, y suelen internalizar estas emociones y preocuparse excesivamente por ellas, lo que puede provocar ciertos síntomas causantes de la depresión.

El artículo original apareció en Live Science. Puedes seguir a esta web en Twitter, Facebook y Google+.

Traducción de Marina Velasco Serrano