¿Quiere entender la campaña electoral? ¡Fíjese en los candidatos a presidente!

¿Quiere entender la campaña electoral? ¡Fíjese en los candidatos a presidente!

KIKO HUESCA/EFE

Los especialistas en campañas electorales señalan que el candidato -especialmente el candidato a presidente- constituye uno de los tres componentes claves de lo que denominan el mensaje electoral. Los otros son la trayectoria del partido y el programa. Es decir, las características y el perfil de los candidatos sirven para entender, tanto o más que el programa o la reputación del partido, qué tipo de mensajes se está dando a los electores. Pretender separar una dimensión del resto no solo es complicado, sin duda es un error estratégico.

Por otro lado, conviene recordar que los partidos no son -aunque a veces pudiera parecerlo- entes monolíticos. Los procesos de selección de candidatos generalmente involucran a bastantes personas que tratan de ejercer influencia sobre la composición de la lista electoral. Incluso en los partidos con procesos de selección más centralizados y jerárquicos el resultado es un punto de equilibrio entre las preferencias de varios actores. Algunas veces el resultado es más difícil de reconciliar con el programa y la trayectoria anterior. Otras menos.

A continuación mostramos la foto global de cada partido tratando de mostrar en qué medida encaja con sus argumentos de campaña.

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El PP fue el gran vencedor de las elecciones autonómicas de 2011 y gobierna 11 de las 14 Comunidades Autónomas que analizamos (incluimos a Andalucía y excluimos Ceuta y Melilla). Lo lógico es que sus candidatos reflejen esta realidad. Cerca del 60% de sus candidatos son actualmente presidentes autonómicos. De hecho sólo dos de los presidentes (Madrid y Murcia) no se presentan a la reelección y ninguno de ellos fue candidato en las elecciones de 2011. En estas circunstancias, es lógico que la tasa de continuidad sea muy alta (57%) y que sus candidatos sean los que tienen la media de edad más alta (52 años) y el mayor grado de experiencia en parlamentos o gobiernos autonómicos. De hecho, esto último parece casi una condición sine qua non porque todos ellos, incluso los que están en la oposición, tienen experiencia en este nivel.

Más allá del rap de Monago, uno de los mecanismos que el PP ha utilizado para renovarse ha sido la inclusión de mujeres como cabeza de lista (43%). De ahí que junto con los socialistas tengan el porcentaje más altos de todos los partidos.

El otro es un poco más sutil y se refleja en el número de candidatos que son licenciados en derecho (36%). Por sorprendente que parezca, el PP no es ya el partido con más abogados entre sus cabezas de lista. En lo que el PP no ha cambiado es en la forma de elegir a sus candidatos. Por el momento es el único que no utiliza las primarias.

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El PSOE también apuesta por la continuidad de sus actuales presidentes autonómicos. Sin embargo, estos constituyen una minoría sobre el conjunto (14%). La apuesta del PSOE en estas elecciones es la de liderar la bandera del cambio seguro. Para ello ha organizado algunas elecciones primarias (38%), ha cambiando a casi todos los presidenciables autonómicos y, como el PP, presenta la tasa más alta de mujeres (42%). Frente a los nuevos partidos, el PSOE aporta como elemento distintivo candidatos maduros (50 años de media) y con amplia trayectoria autonómica (78%) y nacional (57%). Coincidiendo con su perfil mainstream el PSOE es el partido de la izquierda con mayor número de candidatos licenciados en derecho (28%).

IU tiene un papel muy complicado en estas elecciones porque no es la única alternativa de voto útil y no puede canalizar en exclusiva el voto de protesta de la izquierda. La dificultad de presentar un perfil electoral diferenciado es también visible a través del perfil de sus candidatos. Por un lado, IU se presenta bajo la bandera del cambio porque ha renovado a una parte substancial de sus presidenciables (menos del 30% continúan), los ha seleccionado a casi todos (78%) mediante elecciones primarias y su media de edad está por debajo de los 50 años. Por el otro, la mitad de sus candidatos tienen cierta experiencia en los parlamentos autonómicos. Las dificultades estratégicas se han complicado, además, por las diferencias sobre la confluencia con Podemos que causó la baja de su candidata a la Comunidad de Madrid, Tania Sánchez.

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Para el común de los mortales es difícil comprender las grandes diferencias que separan a Ciudadanos de UPyD. Lo mismo pasa con sus candidatos, que tienen medias de edad parecidas (40 y pocos), similares porcentajes de mujeres (menos del 30%), igual bisoñez institucional y cifras afines de licenciados en Derecho. Por cierto, en esto ambos partidos están muy por encima de los candidatos del PP. En lo que sí son distintos es en el uso que han hecho de las primarias. Mientras UPyD ha seleccionado a casi todos sus presidenciables autonómicos mediante este método, Ciudadanos sólo lo ha hecho en poco más del 40% de los casos. La otra diferencia es que UPyD está en crisis y ha tenido que cambiar a última hora a cerca del 30% de sus presidenciables autonómicos mientras que Ciudadanos es la sensación del momento.

Podemos comparte con Ciudadanos y UPyD su falta de experiencia institucional. Esto le sitúa en una excelente posición para captar el voto de protesta de la izquierda. Sus candidatos son los más jóvenes de todos los partidos (39 años de media) y, además, es el único partido que ha aplicado a rajatabla las primarias como proceso de selección de sus presidenciables autonómicos (de hecho, para toda la lista). Aunque tienen más licenciados en derecho (21%) que IU, lo más destacado es la notable presencia de candidatos con formación en ciencias sociales. Una consecuencia indeseada de las primarias ha sido, sin embargo, la baja presencia de mujeres (21%) como cabezas de lista. De momento esto ha sido compensado, en parte, por el protagonismo de Teresa Rodríguez en Andalucía.

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