La Guardia Civil desmonta la trama contra el ecologista Juan Clavero

La Guardia Civil desmonta la trama contra el ecologista Juan Clavero

Metieron droga en su coche y dieron un chivatazo a la Guardia Civil sólo para impedirle que siga protestando por agresiones al medio ambiente en Cádiz.

El activista de Ecologistas en Acción Juan Clavero.CANAL SUR / YOUTUBE

Juan Clavero es una institución en el movimiento preservacionista andaluz. Miembro de Ecologistas en Acción en Cádiz, es peleón, tan educado como contundente, la enciclopedia verde que consultan sus colegas, las administraciones públicas, la prensa. El pasado 26 de agosto fue detenido por tráfico de drogas cuando regresaba de una protesta entre las localidades gaditanas de El Bosque y Benamahoma. ¿Clavero? Los que lo conocen supieron desde el minuto uno que eso no podía ser. Cuando se conocieron los detalles, que apuntaban a una burda trama de película, menos. Su caso ahora está sobreseído, o sea, nada hay en su contra y, por contra, lo que hay abierto es un proceso contundente contra los que le tendieron la trampa y se estudia la posible complicidad de algún miembro de la Guardia Civil.

Lo que sigue es un repaso a los hechos, los probados y los no probados, de un caso que evidencia cuán incómoda es para algunos la batalla por el medio ambiente.

QUÉ PASÓ ESE DÍA

Clavero relata aún lo ocurrido aquel día con un deje de sorpresa en la voz que supera a la indignación. "Una empresa belga ha comprado unas fincas grandes en Parque Natural de la Sierra de Grazalema y las ha blindado totalmente, las ha cerrado, incluso los caminos públicos y las vías pecuarias, con vigilantes que ya no son de la zona y que van armados. Están entre El Bosque y Benamahoma. Nosotros llevábamos ya días haciendo marchas a la zona, cortando hasta las alambradas, en señal de protesta. Hemos ido a ver si vías pecuarias que ya tenían listo el deslinde estaban expeditas de verdad, a ver si los caminos públicos que tienen sentencias firmes para abrirse estaban o no estaban", pone en antecedentes.

"Hubo alguna reacción violenta en contra incluso, los ánimos estaban caldeados, pero ese día lo que pasó lo superó todo -prosigue-. Dejé mi furgoneta en el campo al inicio de la ruta de protesta, porque íbamos a ir subiendo un buen tramo, y le dije luego a un amigo que me bajara, cuando todo acabó. Entonces se nos acercó un señor a quien no conocía pidiendo ir con nosotros. Le dijimos que sí, claro, yo no le pido a nadie el DNI para sumarse a nuestras iniciativas. Ya en la zona baja me preguntó si podía llevarlo con mi coche a una venta cercana de El Bosque donde lo iban a recoger y yo accedí. Tuvo todo el rato una actitud rara, decía que se le habían caído unas gafas, rebuscaba por el asiento del copiloto, le suena el móvil y de pronto me dice que pare, que se baja. Le digo: "¿Tú no querías ir al bar?". Y me responde: "No importa, me bajo aquí". Y ahí paré".

Lo que pasó de seguido, inmediatamente, pasadas las tres y media de la tarde, es que una patrulla de la Guardia Civil le dio el alto, le registró el coche y lo acusó de llevar droga tras encontrar una bolsa en su coche. "Lo dijeron sin abrirla siquiera", matiza. "Absolutamente incrédulo", "engrilletado", "alucinado", Clavero se vio con un cargo de tráfico de drogas tras hallarse en el vehículo 47 gramos de cocaína -a la que su defensa calcula un precio de venta de más de 6.000 euros- que supuestamente iba a vender "a la feria de un pueblo". Fue a un par de calabozos y luego, puesto a disposición judicial.

CÓMO CIERRA EL JUEZ EL CASO

En esas primeras horas, Clavero pasa un suplicio tratando de entender qué le estaba pasando. Sin embargo, dice que guardó la calma, sabedor de que "no había hecho nada y mi relación con la droga es nula". Cuando declaró ante el juez, relató pormenorizadamente lo que había pasado y, según su testimonio, ya ni le preguntaron por sus presunta labor como narco. "El juez fue rápido, me empezó a preguntar por quién creía que me había metido la droga, vi que me entendía".

El 15 de septiembre, el Juzgado Mixto de Ubrique dictó un auto por el que se sobreseyó la causa contra el ecologista, considerando que pudo haber sido víctima de un montaje para desacreditarlo. Literalmente: "existen elementos de juicio que llevan a concluir que el investigado no resulta autor de los hechos que se están investigando, y que muy al contrario de lo que parece en un primer momento, puede ser víctima de actuaciones malintencionadas por parte de terceros, que pretenden alejar al mismo de sus actividades habituales, involucrándolo en un delito del que no existe indicio alguno que permita conducir a su imputación".

El último informe de la Guardia Civil enfatiza la conclusión del juez. "No cabe duda de la gravedad y relevancia penal de los hechos investigados, de los que, dadas las circunstancias concurrentes, se podría calificar el hecho como delito de acusación y denuncia falsa. De haber prosperado la trama urdida podría haber conllevado que Juan Clavero Salvador fuera condenado a una pena de prisión por ser considerado como autor de un delito contra la salud pública, engañando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y al sistema judicial, lo que hubiera supuesto un daño irreparable en su honor y dignidad de éste y su familia".

Clavero se sabe afortunado. "Podría haber pasado un mes en prisión preventiva y salir de la cárcel imputado", resume. No ha sido así por varios motivos, que va enumerando, acelerado: porque se generó una corriente de solidaridad popular impresionante que dio fe de su inocencia; porque lo defendieron ONG, grupos vecinales y partidos políticos de todo tipo y condición; porque se repasaron las fotos de la marcha de aquel día y se dio con la imagen del misterioso hombre desconocido; porque ese rostro se compartió por las redes de la zona y se le puso nombre y dirección. "Era tan burdo todo que se desmontó la trama. Empezaba el reto de explicar lo que había pasado y buscar justicia, pero yo estoy agradecido de haber podido salir. Me veía en Puerto II", dice más relajado, usando una expresión gaditana que hace referencia a la cárcel más conocida de la zona.

(Puedes seguir leyendo tras la foto...).

  Vista general de la Sierra de Grazalema.JUNTA DE ANDALUCÍA

DESMONTANDO A LA "MAFIA"

La identificación del señor que perdió las gafas ha sido la clave para todo lo que ha venido después. "Gracias a la colaboración ciudadana" que Clavero no deja de aplaudir, identificó con fotos al sujeto ante la Guardia Civil, durante un interrogatorio de cuatro horas. Otros muchos ecologistas y manifestantes de aquel día también lo han señalado. Ya había hilo del que tirar. Usando las redes sociales, las cámaras de seguridad de la zona y otras pistas policiales, se ha podido establecer lo que hizo este hombre antes, durante y después del arresto del activista. "Se ha visto la cabina desde la que se hizo el chivatazo, se ve todo", añade.

¿Quién había usado a este señor para meter entre rejas a Clavero? El grueso de la "mafia", como la llama el afectado, se va desmadejando. Este 14 de diciembre, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Ubrique ha decidido incoar diligencias previas contra tres personas relacionadas con la Sociedad Breña del Agua Investments SL, por ser los presuntos artífices de la introducción de las drogas. Esta sociedad es propiedad del empresario belga Marnix Galle, o sea, el dueño de esas grandes fincas de Grazalema que han cerrado y usurpado varios caminos públicos, provocando una fuerte contestación social e incluyendo la marcha del día d. Hay un cuarto investigado: el "infiltrado" que acompañó a Clavero en la marcha de agosto.

El juez da el paso apoyándose en el informe redactado por la Guardia Civil, "en el que se identifica a la persona presunta responsable de introducir droga en la furgoneta de Juan Clavero, así como aquellas que presuntamente urdieron la trama y colaboraron para que se produjera la detención del activista ecologista por un presunto delito contra la salud pública", según un comunicado emitido por Ecologistas.

El Instituto Armado tiene otro frente en el que trabajar: el de su propia gente. La organización -que se personará como acusación en este proceso- pedirá que cabo que encontró la droga en el coche sea también citado porque "existen indicios suficientes" de que "se reunió en un restaurante de la zona con los responsables de la sociedad Breña de Agua Investments y que estuvo en contacto permanente con ellos el día en el que se produjeron los hechos".

Dentro de estos indicios se encuentra un vídeo y mensajes en los que, desde el control que montó, "les decía que no encontraba la droga y en los que los responsables de la sociedad le contestaban el lugar exacto del vehículo en el que tenía que buscarla". Así, "puede afirmarse sin ningún tipo de dudas que al menos este agente falseó el atestado que se presentó ante el juzgado para imputar a Juan Clavero en un falso delito contra la salud pública", concluyen.

Clavero es inocente. Ahora está por ver lo que la justicia estima sobre los demás.