Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
Cambiar vidas entre raquetas y sillas: el proyecto de la Asociación Enrique Esteire Perla In Memoriam a partir del tenis adaptado

Cambiar vidas entre raquetas y sillas: el proyecto de la Asociación Enrique Esteire Perla In Memoriam a partir del tenis adaptado

La entidad cuenta con varias academias en África y plantea nuevos centros en Irak o Vietnam para "ofrecer una semilla de esperanza" a niños con necesidades especiales en sitios "donde se les veía como apestados". "Esto es mucho más que hablar de tenis en silla", exponen a El HuffPost sus responsables.

Niños practicando tenis en silla de ruedas en una de las academias de la Asociación Enrique Esteire Perla In MemoriamCedida por la Asociación Enrique Esteire perla In Memoriam

"... Es que no es tenis en silla, son vidas, son esperanzas que no tenían". Los ojos de Carlos Esteire brillan durante la conversación. Este empresario y fundador de la Asociación Enrique Esteire Perla In Memoriam (AEEPIM) no habla de un proyecto de deporte adaptado en el tercer mundo; habla de un proyecto para cambiar existencias a partir del deporte adaptado en el tercer mundo. Que no es lo mismo. Porque, como deja claro, las raquetas son el medio, no el fin. 

Hijo del recordado fundador del Club de Tenis Chamartín que da nombre a su entidad, Carlos siempre tuvo claro que "quería darle a la sociedad algo de lo que me ha dado la vida". Lo hace en recuerdo de su padre "y amigo" y con la premisa de ofrecer "un horizonte" a niños discapacitados por todo el mundo. Porque el proyecto arrancó en Valencia, pero pronto se expandió a Sudáfrica, Eswatini —antigua Swazilandia—, Mozambique... y ya apunta a Vietnam, Egipto o Irak. De este último país recuerda una escena: "Jugar con niños que han perdido una pierna en Bagdad te pone la piel de gallina".

El reto lo afronta junto a un grupo de compañeros y amigos, encabezados por la directora de la asociación, Beatriz Abril. Ambos se reúnen con El HuffPost para explicar un programa que nace de una premisa: la unión del deporte y el compromiso social puede "aportar mucho a un colectivo silenciado pese a suponer un 10% de la población mundial". El de las personas con algún tipo de discapacidad, para más señas.

El grueso de su labor se desarrolla en lugares "donde un niño con discapacidad es una vergüenza para las familias". Son países, lamenta Carlos, "que aún sufren guerras civiles, con minas escondidas o las consecuencias de ataques químicos" que han causado y siguen causando amputaciones y otros problemas a los más pequeños. Una tragedia que se multiplica en mundos donde persisten miedos y creencias espirituales, por lo que no es raro que las familias "escondan" o "desprecien" a un hijo discapacitado. "Hasta hacerle dormir fuera de la casa, que lo he vivido", detalla el presidente.

"En Maputo (capital de Mozambique) recuerdo que una chica llegó tarde a nuestras clases y nos dijo que no le habían dejado subir al autobús con su silla. Esa chica llegó rota y salió feliz, salió una persona plena", prosigue, incidiendo en la idea de que "esto va mucho más allá de ganar o perder partidos".

Es ahí donde entra la Asociación Enrique Esteire Perla In Memoriam, a través de academias de tenis instaladas en colegios de niños con necesidades especiales. Allí estudian pequeños con espina bífida, ciegos, albinos, parapléjicos... La asociación ayuda construyendo o reconstruyendo las pistas de tenis y aportando los monitores, además de materiales como raquetas o pelotas.

"Entrenan dos días, dos horas a la semana", prosigue el impulsor del proyecto, orgulloso de los mensajes que envían los responsables de dichos centros educativos. "Nos transmiten que los niños mejoran su actitud, sus estudios... y que otros chicos sin discapacidad que podían verles como apestados empiezan a verles con admiración. Es una semilla de bienestar", expone. 

Beatriz Abril y Carlos Esteire (3ª y 2º por la izda. atrás), directora y presidente de la Asociación, en una de sus academias en SudáfricaCedida por la Asociación Enrique Esteire In Memoriam

La integración no acaba ahí. La directora explica que también hay un proyecto de cara a las jóvenes promesas que empiezan a destacar. "A quienes despuntan se les va haciendo un seguimiento más profundo, se les intenta llevar a campamentos, a competiciones juniors..., una suerte de 'alto rendimiento'", intenta explicar evidenciando las diferencias  de alcance con lo que podemos entender como alto rendimiento en España o Europa, aunque el concepto resulte similar.

Hablamos, hasta ahora, de niños. La situación se torna más compleja con el paso a la edad adulta, lo que Carlos denomina el "techo de cristal a los 18 años". "A la salida del colegio hay un vacío enorme. Se está trabajando en torneos future para romper ese techo", siempre de la mano de Patrick Selepe, uno de los pioneros de este deporte en Sudáfrica y mano derecha de Carlos y Beatriz. "Fue él quien nos contó que aquí el tenis ayuda pero allí cambia vidas".

La pregunta surge al calor de la conversación. ¿Cómo paga la AEEPIM todo esto? Reconoce Beatriz que "prácticamente todo es financiación propia; asumimos que queríamos correr y eso supone invertir". "Si quieres hacer una hoguera tú tienes que poner la chispa", retoma rápido Carlos. Admite que el mundo de las donaciones es muy complejo, aunque "ahora no es nuestra prioridad". Sí lo es otro modelo de negocio que quiere desarrollar aprovechando "la exportación de productos, como aceite de Sudáfrica o textil de Egipto". Una venta que reportaría un "beneficio directo para la entidad".

En sus planes está dar el salto de asociación a fundación. "Yo tengo negocios y podría montarlo bajo ese paraguas empresarial, pero no queremos eso. Quiero demostrar que se pueden generar recursos propios, aunque no renunciemos a una donación o una subvención", prosigue el empresario y alma de este proyecto.

  Varios niños con los que trabaja la AEEPIM, en una imagen de sus entrenamientosCEDIDA POR LA ASOCIACIÓN ENRIQUE ESTEIRE PERLA IN MEMORIAM

Con todo, las academias de tenis son sólo "una de las tres patas" de actividad, siempre con el tenis adaptado y la integración como ejes. Entre risas, Beatriz rememora que "empezamos la casa por el tejado", con una presentación en forma de torneo de tenis adaptado de exhibición, con la colaboración de la Rafa Nadal Academy y la participación de grandes nombres del circuito.

"Desde ahí hemos ido abriendo puertas y planteando nuevos caminos para darle un enfoque no tan inmediato, sino a largo plazo". Entre ellos, el trabajo con la cantera o la organización de foros y jornadas, sumado a una presencia constante en los grandes torneos y en citas como los Juegos Paralímpicos de París 2024. "Otro mundo", expresan ambos, impactados aún por lo que vivieron en la capital francesa y sus gradas llenas.

Si ya estaban convencidos, París les hizo dar otro paso adelante, no sólo en el tenis. De momento ya vislumbran un nuevo open de tenis en silla y para octubre celebrarán el primer torneo ITF Enrique Esteire, con el respaldo de la Federación Internacional de Tenis. Pero más allá de la raqueta, apuntan I Foro Internacional del Deporte para Personas con Discapacidad, que celebrarán en septiembre con apoyo del Comité Paralímpico Español.

"Habiendo llegado de rebote, conseguir agitar tanto el sector y ganarnos el respeto de los compañeros y entidades, es emocionante y motiva a seguir y crecer", culminan ambos. 

¡Mantente al día con El HuffPost! Sigue todas las noticias desde tu móvil en nuestra APP. Puedes descargarla tanto para Android como iOS.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es