La CEOE vuelve a plantar al Gobierno y no acudirá a la reunión sobre el salario mínimo

La CEOE vuelve a plantar al Gobierno y no acudirá a la reunión sobre el salario mínimo

Porque "no se dan las condiciones", justifica la patronal, inmóvil en su propuesta inicial.

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, en una imagen de archivo.Marta Fernández Jara/Europa Press via Getty Images

La patronal CEOE vuelve a dar plantón al Gobierno, esta vez a cuenta del salario mínimo interprofesional. La entidad ha anunciado a última hora de este lunes que no acudirá a la reunión del martes convocada por Trabajo porque "no se dan las condiciones".

El intento del ministerio encabezado por Yolanda Díaz era unir a las tres partes en torno a la gran mesa de negociación para cerrar acuerdo respecto a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) durante 2023. La también vicepresidenta segunda quiere aumentarlo "hacia el tramo alto" de la recomendación del Comité de Expertos, que incrementaría esta renta mínima un 8,2%, hasta los 1.082 euros brutos en 14 pagas.

La patronal mantiene que el salario mínimo debería de subir el 4%, hasta 1.040 euros brutos al mes en 14 pagas, supeditado a establecer un régimen de deducciones aplicables al sector agrario y de modificar la normativa de revisión de precios en los contratos con el sector público para poder repercutir el incremento del SMI en los contratos en ejecución.

Sin embargo, el órgano de los empresarios justifica en un comunicado que ya trasladó al ministerio en diciembre su planteamiento respecto al SMI sin que haya recibido una respuesta. Por ello, añade, no acudirá a la reunión de mañana y queda "a la espera de recibir formalmente una propuesta del Gobierno para poder analizarla en profundidad" con sus organizaciones.

Llueve sobre mojado. Hasta ahora, solo se ha celebrado una reunión sobre este asunto, el pasado 21 de diciembre, y en ella tampoco estuvo la CEOE. Entonces adujo su malestar con Trabajo por la introducción de una enmienda en la Ley de Empleo que daba a la Inspección de Trabajo el control de las causas de los despidos colectivos. Además, la cita coincidía con la celebración de la Junta Directiva de la patronal, la primera tras la reelección de Garamendi como presidente.