Elena, abogada en un despacho en Madrid, sobre su sueldo: "Se ganan unos 2.500 euros mensuales"
Una conversación en la calle Serrano sobre el día a día en un despacho, sobre cómo abrirse paso en la capital y de lo que de verdad pesa para llegar hasta ahí.
Hablar de sueldos en Madrid se ha convertido casi en un deporte de riesgo: todo el mundo opina, pocos concretan y casi nadie pone cifras encima de la mesa sin rodeos. Por eso, cuando alguien lo hace con naturalidad, en mitad de la calle y sin powerpoint motivacional de por medio, el vídeo corre como la pólvora. Es justo lo que ha pasado con una entrevista publicada en TikTok que ha puesto cifras, barrio y despacho a una de las profesiones que más fantasía generan en redes: la abogacía en un “buen despacho”.
La protagonista se llama Elena, es abogada y trabaja desde hace tres años y medio en un despacho situado en la calle Ayala. La charla la graba Sebastián Medina, creador de contenido especializado en entrevistas callejeras, mientras pasean por plena Calle Serrano, entre escaparates de lujo y aceras de paso firme. La pregunta llega directa, sin anestesia ni circunloquios: “¿Y cuánto se gana más o menos como un abogado en un despacho así bueno?”. La respuesta no se hace esperar: “Mensualmente los 2.500 por ahí bien”.
La cifra, lanzada con la misma tranquilidad con la que se comenta el tiempo, ha bastado para disparar el interés. Elena vive en Atocha-Delicias, aunque se mueve a diario por otras zonas de la capital. “Para mí, la más top es esta zona y Chamberí. Yo trabajo por aquí, por eso me muevo mucho por aquí. Chamberí también salgo mucho. Frecuento mucho esta zona, aunque no vivo aquí ahora”, explica mientras camina por una de las arterias comerciales más reconocibles de la ciudad, en pleno Barrio de Salamanca.
Más allá del sueldo, la conversación entra en el terreno del consejo práctico, ese que suele venir después de varias hostias laborales bien encajadas. Preguntada por qué le diría a alguien que aspira a estar en su misma posición, Elena no tira de épica barata: “Que sea muy perseverante, que aunque reciba muchos no’s al principio siempre hay que seguir y que con constancia, esfuerzo y trabajo al final se consigue logrando las metas que uno persigue”. Nada revolucionario, pero dicho desde alguien que ya ha cruzado la puerta.
La parte más madrileña del discurso llega cuando Sebastián le plantea qué le diría a alguien que aterriza en la capital desde fuera. Elena lo tiene claro: “Lo primero que tienes que hacer es venir a Madrid. Pues buscarse mucho la vida, relacionarse muchísimo, que las relaciones aquí en Madrid son importantísimas, tanto a nivel laboral, social…”. Networking, pero sin anglicismos y con los pies en la acera.
El remate final termina de romper el tópico del joven profesional eternamente de alquiler. Cuando le preguntan cuánto paga de renta, Elena suelta otra frase que ha levantado cejas en comentarios: “No estoy de alquiler, me he comprado una casa ahora”. Y tan ancha.