Hacienda llama a la puerta de una jubilada de 99 años exigiendo la declaración pese a haber pagado y empieza la cuenta atrás
¿Puede la Agencia Tributaria exigirlo igualmente? La respuesta en Alemania es "Sí".
Una carta de Hacienda puede ser rutinaria, pero a veces deja una sensación de desamparo difícil de digerir. Eso es lo que ocurrió con el caso que recoge el medio alemán Gegen Hartz: una mujer que entonces tenía 99 años, residente en un geriátrico y con un grado de dependencia muy alto (nivel 5), recibió un requerimiento para presentar varias declaraciones de la renta de forma retroactiva, y además con un plazo de solo cuatro semanas. Su hijo, de 76 años, explicó que su madre no podía cumplirlo por su estado de salud, tal y como trasladó su abogada.
La polémica, más allá de lo emocional, abre una pregunta práctica para cualquiera que tenga familiares mayores en Alemania (o para españoles que viven allí): ¿puede la Agencia Tributaria exigirlo igualmente? La respuesta es "Sí". En Alemania, también los pensionistas pueden estar obligados a declarar si sus ingresos superan el mínimo exento. En 2024, esa cuantía básica libre de impuestos estaba en 11.784 euros por persona. Si una persona cobra una pensión pública y además una pensión de viudedad, por ejemplo, es más fácil que se acerque o supere ese umbral y Hacienda pida explicaciones o declaraciones atrasadas.
El problema llega cuando no se responde. Aunque la situación personal sea delicada, ignorar el requerimiento puede activar una cadena de medidas: recordatorios, ampliación de plazo, multas coercitivas y, en los escenarios más complicados, una “estimación” de ingresos por parte de Hacienda. Esa estimación suele jugar en contra del contribuyente, porque puede situar los ingresos por encima de lo real y elevar la factura. Además, si la administración sospecha evasión fiscal, la revisión puede ampliarse mucho más allá de tres años y abrir la puerta a exigir declaraciones por periodos bastante más largos.
¿Qué se recomienda hacer si pasa algo así? Primero, pedir una prórroga cuanto antes (en Alemania es habitual que acepten ampliar plazos si se justifican motivos razonables como enfermedad o dependencia). Segundo, reunir documentación de ingresos y gastos, y buscar ayuda. No siempre hace falta un asesor fiscal privado: existen asociaciones de ayuda fiscal que orientan a pensionistas y familias.
También conviene recordar que, incluso con ingresos modestos, declarar puede salir a cuenta para evitar sustos y para aplicar deducciones típicas en la tercera edad (gastos médicos, parte de los costes de residencia y cuidados, ciertos seguros o servicios en el hogar adaptados a la edad). En resumen, aunque el caso indigne, el margen de maniobra real está en reaccionar rápido, pedir tiempo y presentar la declaración bien armada.