Roba los secretos de Mercadona en un pendrive y el despido inmediato llega a oídos de un juez al que no le tiembla la mano
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco avala el cese de un trabajador que copió más de 55.000 archivos confidenciales

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha dado carpetazo al caso de un empleado de Mercadona que se llevó por delante las normas de la empresa de Juan Roig y copiar en memorias USB más de 55.120 archivos confidenciales. Entre los documentos extraídos, datos sensibles como criterios logísticos, evolución de las ventas y objetivos estratégicos de la compañía. El juez no ha dudado en respaldar el despido disciplinario, considerando que el trabajador incumplió gravemente las normas éticas y de seguridad de la compañía, según El Diario Vasco.
El lío comenzó en septiembre de 2023, cuando el departamento de seguridad informática de Mercadona detectó una alerta: desde el ordenador del empleado se había extraído un volumen masivo de información. Una auditoría posterior reveló que los días 8, 9, 10 y 20 de septiembre, el trabajador copió los archivos en dispositivos de almacenamiento personal, algo expresamente prohibido por la empresa.
El empleado, sin embargo, no se quedó callado. En su recurso ante el TSJPV, alegó que Mercadona había espiado sus equipos informáticos sin su consentimiento, vulnerando su derecho a la intimidad. También aseguró que el despido era una represalia por haberse negado a modificar su horario laboral. Pero el tribunal no se ha tragado el argumento.
El TSJPV ha recordado que el convenio colectivo de Mercadona establece claramente las normas de uso de los dispositivos electrónicos. Entre ellas, figura la prohibición expresa de extraer información de la empresa, ya sea en papel o en dispositivos de almacenamiento privados. Además, la compañía deja claro que puede verificar el uso correcto de sus equipos mediante procedimientos de vigilancia.
El tribunal ha subrayado que el trabajador conocía estas normas y que, por tanto, no hubo vulneración de su intimidad. "El demandante tenía conocimiento de las reglas y de que la empresa podía verificar su cumplimiento", ha señalado la sentencia. Además, el TSJPV ha descartado que el despido fuera una represalia, como alegaba el empleado, y ha confirmado que se trató de una sanción por una infracción "muy grave".
La resolución no es firme y aún cabe recurso ante el Tribunal Supremo, pero de momento, el juez ha dejado claro que en Mercadona no se juega con la seguridad de la información. Y menos, con un pendrive.