Una mujer demanda a su empresa por haber cobrado durante veinte años sin trabajar: "Quedarse en casa no es un privilegio"
Laurence Van Wassenhove se queja de que le obligaron a estar en "inacción forzada" y ha decidido acudir a los tribunales: "He sufrido un vacío profesional".

¿Te imagas que te paguen un sueldo durante más de veinte años sin tener que ir a trabajar? Pues esto es precisamente lo que le ha ocurrido a una trabajadora francesa que. lejos de estar feliz por esta situación, ha demandado a su empresa por "inacción forzada".
Laurence Van Wassenhove, de 59 años, ha presentado una demanda contra la telefónica Orange alegando que durante más de 20 años no se le asignaron deberes ni responsabilidades. Según cuenta el diario griego iefimerida.gr, la mujer entró a trabajar con muchas ganas tras formarse como asistente de recursos humanos. Sin embargo, su salud se vio pronto deteriorada al sufrir epilepsia y epiplejía (parálisis que afecta a un lado del cuerpo), y se vio incapaz de continuar con sus habituales funciones.
Debido a problemas de salud, pasó a un puesto de secretaria con menos obligaciones. Algo que, en principio, sería bueno para ella dado su estado. Pero no a los ojos de Laurence.
En 2002, Vas Wassenhove solicitó a su empresa un traslado a otra zona de Francia. Sin embargo, según una evaluación médica, se la consideró no apta para el desempeño de sus funciones y fue puesta en estado de reserva. "Me pagaban, sí, pero me trataban como si no existiera", señala a los medios tras denunciar a su empresa.
La mujer de 59 años acusa ahora a Orange de ponerla primero en reserva, después darle de baja por enfermedad y finalmente de ofrecerle una jubilación anticipada por invalidez. Según ella, vivió durante 20 años en un "vacío" profesional, lo que la llevó a una depresión severa.
En su demanda, Laurence afirma que la empresa incumplió su deber legal de satisfacer sus necesidades médicas y ofrecerle un trabajo "significativo". Según ella, esto está recogido expresamente en la legislación laboral francesa. "Cobrar, estar en casa y no trabajar no es un privilegio. Es muy difícil soportarlo", aseguró en declaraciones a la cadena FTV.
La empresa Orange, por su parte, declaró al medio francés La Dépêche que había tenido en cuenta la "situación social personal" de su empleada y se había asegurado de que permaneciera en las mejores condiciones posibles durante el período en que estuvo "inactiva". Finalmente, también consideraron llevarla a un nuevo puesto de trabajo, una idea que no se materializó al estar frecuentemente de baja.
