El verdadero ‘eurodrama’: la representante de Ucrania se retira

El verdadero ‘eurodrama’: la representante de Ucrania se retira

El conflicto entre con Rusia ha salpicado a Eurovisión y a la cantante Alina Pash.

Alina Pash durante su actuación en la preselección de Ucrania.YouTube

El Chanelazo del Benidorm Fest no es nada comparado con el calvario de la preselección de Ucrania de cara a Eurovisión. El país eligió el pasado sábado a su representante para viajar a Turín en mayo, pero no ha salido como esperaba.

La ganadora de la preselección fue Alina Pash con su canción Tini zabutykh predkiv (Sombras de los ancestros olvidados), con la que quería rendir homenaje a la cultura ucraniana frente a la ocupación rusa.

Sin embargo, la polémica ha enfangado su participación dada la tensa situación que se vive entre Rusia y Ucrania y finalmente ha optado por rechazar su participación en el certamen, tal y como ha comunicado a través de sus redes sociales.

“Soy ciudadano de Ucrania, sigo las leyes de Ucrania, trato de llevar las tradiciones y los valores de Ucrania al mundo. Lo que resultó ser esta historia no es en absoluto lo que puse en mi canción”, ha empezado diciendo en un mensaje en que ha querido dejar claro que es una “artista, no un político”.

“No tengo un ejército de relaciones públicas, gerentes, abogados para resistir todo este ataque y presión, el allanamiento de mis redes sociales; amenazas Y también unos mensajes absolutamente inaceptable que las personas se permiten sin comprender la situación y olvidando la dignidad de todos los ciudadanos de Ucrania”, ha añadido.

“No quiero esta guerra virtual y el odio. La guerra principal ahora es externa, que llegó a mi país en 2014. No quiero estar más en esta sucia historia. Con gran pesar retiro mi candidatura como representante de Ucrania en el Festival de la Canción de Eurovisión. Desafortunadamente. Lo siento mucho”, ha sentenciado.

El conflicto estalló cuando el grupo Kalush Orchestra, segundos clasificados de su preselección, el Vidbir 2022,  acusaron de tongo a la ganadora, que se impuso con la máxima puntuación del jurado y siete puntos del público, mientras que el conjunto obtuvo seis puntos del jurado y la máxima puntuación del público.

“Cuando queríamos verificar los resultados del protocolo, la puerta se cerró frente a nosotros. […]. Queremos justicia, solo enséñanos ese papel, eso es todo. Creo que es una posición muy extraña. Si todo hubiera estado bien, no habría habido tales acciones”, declararon tras la victoria de Pash.

Horas después de su victoria, salió a la luz un viaje que Pash había realizado en 2015 para acudir a una boda a Crimea.

El Servicio Estatal de Guardia de Fronteras asegura que no emitió un certificado de cruce legal de la frontera administrativa de la Crimea ocupada a Pash. Sin embargo, para participar en la preselección tenía que presentar uno, por lo que se iba a estudiar si el que enseño era falso.

Con respecto a la polémica, la televisión ucraniana fue contundente. “La detección de violaciones a las condiciones de participación de la Selección Nacional ya ha llevado a la exclusión de participantes, y no podría haber excepciones. Las reglas son iguales para todos y se mantienen sin cambios”, señalaron en un comunicado.

Además de esto, se han hecho públicas unas imágenes de Pash en 2012 vistiendo una sudadera con la bandera de Rusia, con la que podrían considerarla como simpatizante del país, con las penas que eso conlleva.

Tras la polémica generada, la propia Pash manifestó en un primer momento en redes sociales y en diversas entrevistas la voluntad de continuar adelante con su tema y su candidatura.

“Volví a enviar una solicitud para obtener dicho certificado directamente en mis manos. Tan pronto como lo tenga, lo publicaré en mi cuenta de Instagram. Y tomaré tantos certificados como sean necesarios para demostrar que no violé nada”, recalcó este lunes en su cuenta de Instagram.

“Quiero agradecer a todos los ucranianos que me apoyaron en la Selección Nacional y me siguen apoyando. ¡No tiene precio! Creo que cada uno de ustedes entiende y siente el poder de mi canción. ¡Cómo debe sonar este mensaje al mundo entero!”, enfatizó.

La televisión ucraniana había paralizado por el momento las relaciones con Pash y, según informó Mykola Chernotytskyi, director de la corporación pública, este viernes iban a confirmar su descalificación tras consultar con la guardia fronteriza. “Los estafadores no pueden representar a Ucrania en Eurovisión”, zanjó en un primer anuncio inicialmente previsto para este miércoles.

Esto no es la primera vez que ocurre. En 2019, la cantante Maruv fue cuestionada por dar conciertos en Rusia durante su gira. De hecho, tal y como recuerda Bluper, durante la preselección, la cantante Jamala representante de Ucrania en 2016, le preguntó: ”¿Crimea es Ucrania?”. A lo que ella respondió algo incómoda: “Ucrania, por supuesto”.

Tras varias preguntas similares en la promoción y las condiciones que imponía la televisión ucraniana, Maruv finalmente rechazó participar en Eurovisión. “Soy una ciudadana de Ucrania, pago impuestos y amo sinceramente a Ucrania. Pero no estoy lista para hablar con consignas, convirtiendo mi estancia en un festival en promociones de nuestros políticos. Soy músico, no un murciélago en la arena política”, señaló entonces.

Entonces, se ofreció la candidatura a los segundos y terceros clasificados que rechazaron la candidatura. Por este motivo, en 2019, en el certamen celebrado en Tel Aviv (Israel), Ucrania no tuvo representante.

Para 2022, tras la victoria de Alina Pash, la candidatura de Ucrania partía como una de las favoritas para ganar el certamen, según las apuestas. Por ahora, habrá que esperar a ver con qué canción se presentan finalmente al festival.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

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Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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