El mundo en llamas: así ha prendido la ira de punta a punta del planeta
Hong Kong, Irán, Irak, Líbano, Chile, Bolivia, Colombia... Las protestas se encadenan, distintas, pero con la raíz común de la injusticia, la desigualdad y la falta de futuro
La mecha de la ira ha prendido en el mundo. Desde el pasado verano, se encadenan las protestas, las manifestaciones, las huelgas en lugares dispares del planeta como Hong Kong, Irán, Irak, Líbano, Chile, Bolivia o Colombia.
Cada levantamiento tiene sus razones domésticas, para nada intercambiables, pero en la raíz late un sentimiento común: estamos ante ciudadanos que no pueden más, que arrastran situaciones injustas, que entienden que no se les está dando ni voz ni voto, que se sienten desamparados por sus gobernantes y que asumen que la única vía que les queda es la de la protesta.
Hay muchos elementos comunes en esta rabia, muy generacional, empezando por el fracaso del estado propio, siguiendo por la desigualdad que genera el poder, la falta total de empatía, la desafección y ese sentimiento de que son los jóvenes y las clases menos pudientes las que siempre salen perdiendo. A eso se suma la respuesta a sus exigencias, que está siendo mayoritariamente la represión y la mano dura, no la negociación y el diálogo. Más leña al fuego.
Este es el mapa de situación de los principales conflictos abiertos en este final de 2019, que amenazan con mantenerse vivos en 2020. Si cambian la faz de sus países o se quedan en conatos, el tiempo debe decirlo.
Protestas en Hong Kong en pleno 70ª aniversario de la China comunista
Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.
Sobre qué temas escribo
Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.
También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.
Mi trayectoria
Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.
En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo.
Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí 'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.