En qué punto se encuentran las vacunas españolas frente al covid

En qué punto se encuentran las vacunas españolas frente al covid

La de Hipra, las del CSIC... ¿dónde han quedado sus avances y cómo pueden actuar frente a las nuevas variantes?

63b55b7e1f00003300e025f1DAX Images/NurPhoto via Getty Images

Hace unos meses daba la impresión de que la ‘carrera por la vacuna’ frente al covid ya había terminado, de que incluso la pandemia era ya algo del pasado. La primera ola explosiva de coronavirus en China –cuando el resto del mundo se había olvidado de esto– recuerda a la población que, en realidad, la epidemia no ha acabado y, sobre todo, que la vacunación sigue siendo fundamental para reforzar la protección.

Desde las últimas semanas, España está inmersa en la fase de las cuartas dosis (o segunda dosis de recuerdo), que se están resistiendo a atraer a la población entre el hastío pandémico, las fiestas navideñas y los sucesivos contagios, que realmente nunca han dejado de estar ahí. 

Hace tiempo también que se dejó de escuchar novedades sobre las tan esperadas vacunas españolas frente al covid, y quizá ha llegado el momento de hacer un repaso sobre el punto en el que se encuentra su evolución. 

La promesa de la vacuna de Hipra

La más avanzada es, sin duda, la conocida como vacuna de Hipra, que se encuentra en proceso de revisión por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), siendo este el último paso antes de su autorización en Europa. 

Cierto es que tanto la farmacéutica española Hipra –con sede en Amer (Girona)– como el Gobierno de España confiaban en que esa última revisión de la EMA no se alargara tanto, y la vacuna pudiera ser comercializada antes de acabar 2022

La Comisión Europea cerró el pasado agosto un acuerdo de compra conjunta con Hipra para asegurar el suministro de 240 millones de dosis de su vacuna proteica a la Unión Europea, un convenio por el que ya han mostrado interés 14 Estados miembros, entre ellos España, Francia o Austria, y que prevé un precio por dosis por debajo de los 10 euros. 

El acuerdo, en todo caso, establece el derecho y no la obligación de compra, pero ya hay más regiones en contacto con Hipra para poder exportar la vacuna, entre ellas Estados Unidos y América Latina. 

Los ejecutivos de la empresa explicaron hace unos meses que el interés por esta vacuna se debe a que ofrece “un espectro muy amplio de protección” y a que las condiciones de conservación son más favorables para la exportación, al conservarse entre los 2 y 8 grados y no necesitar congelación durante su transporte y almacenaje, a diferencia de las producidas con ARN mensajero (Moderna y Pfizer).

La ministra de Ciencia, Diana Morant, destacó también en su momento la utilidad de la vacuna de Hipra para hacer frente a nuevas variantes. Esta vacuna “recombina las proteínas de las variantes Alfa y Beta”, explicó Morant, lo cual es una ventaja con respecto a otras modalidades de vacuna: “Sería una vacuna posible para el refuerzo, posiblemente ya incluyendo estas variantes nuevas”. 

Los resultados obtenidos hasta la fecha demuestran que esta vacuna produce anticuerpos neutralizantes frente a las variantes de preocupación actuales y también eficacia en la prevención de la enfermedad. “Las vacunas recombinantes, entre las que se encuentra la española de Hipra de próxima autorización, permitirán administrar dosis de refuerzo con otro tipo de vacunas, lo cual incrementará la respuesta inmunitaria”, aseguró por su parte Fernando Moraga Llop, vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología.

La ministra Morant volvió sobre la cuestión de esta vacuna hace unos días, al reconocer un retraso de la autorización de la vacuna por parte de la EMA. La ministra mostró su “absoluto respeto” por la Agencia Reguladora del Medicamento Europea, y destacó que en estos momentos “la exigencia está siendo mucho mayor a la hora de aprobar una nueva vacuna”, a diferencia de lo que pasaba en plena pandemia. “Como ahora ya hay vacunas no estamos en el mismo momento, pero hoy los tiempos son los tiempos de la EMA”, comentó Morant, que aun así aseguró que todos los ensayos clínicos “están yendo bien”.

¿Y qué pasa con las del CSIC?

Existen otros proyectos de vacuna frente al covid en España al margen de Hipra, aunque ninguno de ellos ha obtenido todavía la autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para iniciar los ensayos con personas. 

Entre ellos está el de Mariano Esteban y Juan García Arriaza, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), que comenzó siendo el más avanzado y acabó en decepción. El pasado mes de marzo, el CSIC decidió retirar la solicitud que había hecho a la AEMPS para la realización de un ensayo clínico en España, aludiendo a que la población española ya estaba mayoritariamente vacunada frente al SARS-CoV-2, por lo que costaba encontrar nuevos voluntarios para el ensayo.

Otro proyecto de vacuna del CSIC es el del reconocido Luis Enjuanes, que consiste en una vacuna administrable por vía intranasal. El equipo de Enjuanes sigue avanzando, pero el propio virólogo ha reconocido que “siendo realistas”, el prototipo de vacuna en el que trabaja no podrá tener un “uso práctico” al menos hasta finales de 2023, dada la “complejidad de la vacuna”. “Llegamos más tarde, pero adaptados a las diferentes variantes”, ha recalcado Enjuanes.

El objetivo es que la vacuna sea esterilizante –esto es, que impida la infección y no sólo los casos graves–, lo cual sería un avance tremendamente significativo, pero al mismo tiempo tremendamente complejo. Como explicó Enjuanes en esta entrevista con The Conversation, la vacuna en la que trabaja se basa en un replicón sintético de ARN, algo intermedio entre las vacunas de Pfizer y Moderna, que son sintéticas, y las que se basan en virus, o sea, organismos vivos. De momento sus ensayos se están realizando en animales.

Por último, la vacuna que investiga Vicente Larraga, también del CSIC, emplea un modelo ya utilizado para tratar la Leishmania, en el que llevan “más de 30 años” trabajando. A la espera de una autorización de la AEMPS para poder ser probada en humanos, continúan los ensayos en animales. 

Se trata de una vacuna de ADN, que se caracteriza por su introducción directa para que actúe como vector de expresión en las células de mamífero, y que además no requiere frío para su mantenimiento. Entre las novedades que presenta esta vacuna se incluye el uso del inyector de perfusión cutánea (por vía subcutánea sin aguja), sistema que permitiría una distribución e inoculación más efectiva haciéndola más accesible. 

Los últimos ensayos realizados con esta vacuna han mostrado resultados esperanzadores: “A partir del día dos evita la replicación del virus, es decir, induce memoria y genera anticuerpos a los tres meses”, aseguró Larraga en verano.