Es hora de hablar de las infecciones de transmisión sexual

Es hora de hablar de las infecciones de transmisión sexual

Desde 2012, los casos de ITS en mujeres han crecido más de un 1.000% en España. Las expertas alertan de este dato y piden más educación sexual para prevenir.

Javier Zayas Photography via Getty Images

“Hay un estigma que te mueres, y eso hace que no se hable de ellas y que te sientas bastante sola. Lo vives de forma aislada, y luego cuando sacas el tema delante de más gente resulta que todo el mundo ha tenido alguna y ha pasado por lo mismo”.

El testimonio es de Paula, una joven de 24 años de Granada que reflexiona sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS). Sus palabras aparecen recogidas en el informe ′Infecciones de Transmisión Sexual (en mujeres en España)’, elaborado por el Observatorio de Salud Femenina de Bloom y publicado el pasado mes de junio, que revela que las ITS en mujeres han aumentado un 1.073% desde 2012 hasta 2019, fecha en que se conocen los últimos datos. Así, si en 2012 se registraron en España 1.390 de estos casos en mujeres, siete años después la cifra crecía hasta los 16.304.

Irene Pareja, directora de Bloom, reconoce que no podía creerse este porcentaje cuando lo vio sobre el papel. Y, sin embargo, ya intuía que las cifras iban a ser altas. De hecho, empezar a indagar sobre las ITS fue casi una súplica a voces de las mujeres que recurrían a la plataforma Bloom para resolver dudas sobre su salud. “Cada vez que tratábamos el tema de las ITS en nuestras redes, generábamos muchos comentarios, mensajes y consultas de chicas, del tipo ‘¿dónde puedo ir si tengo VPH [virus del papiloma humano]?’”, recuerda Pareja. 

Vimos que casi todas las chicas se habían cruzado con una ITS, que todas compartían el sentimiento de culpa, de incertidumbre, de no encontrar respuestas a muchísimas dudas
Irene Pareja, Bloom

Al percibir tal interés, desde la plataforma Bloom decidieron hacer entrevistas individualizadas con algunas de las usuarias. “Vimos que casi todas las chicas se habían cruzado con una ITS, que todas compartían el sentimiento de culpa, de incertidumbre, de no encontrar respuestas a muchísimas dudas”, expone la directora. Entonces, Pareja y sus compañeras preguntaron a ginecólogos, y encontraron la confirmación a sus sospechas: “Nos decían que estaban preocupados por el aumento de las ITS, que cómo podía pasar esto si se suponía que éramos la generación con más información”. 

¿La generación más informada?

Quizás en esa última frase se vislumbraba una de las claves. ¿Estamos realmente bien informados? De acuerdo con una encuesta realizada por el Observatorio Bloom a 2.021 personas sexualmente activas –la gran mayoría mujeres–, el 70% de las participantes considera que ha tenido una educación sexual regular, mala o muy mala, y más del 13% de ellas no sabría mencionar una sola ITS. Recordemos, por si acaso, que entre estas infecciones se incluyen la clamidia (constituye el 65% de todos los casos de ITS diagnosticados en los últimos siete años), la gonorrea (15,6% de los casos), la sífilis (5,6%), el VIH (8%) o el VPH, cuya cifra de diagnósticos no se contabiliza al considerar que casi todas las mujeres –cuatro de cada cinco– se infectarán a lo largo de su vida.

Es muy importante hacerse revisiones periódicas si se ha tenido una práctica de riesgo. Hay ITS que no producen síntomas
Asunción Díaz, ISCIII

Llama especialmente la atención el caso de la clamidia, cuyos diagnósticos en mujeres han crecido un 480% entre 2015 y 2019 en España, hasta alcanzar los 9.786 (en hombres se registraron 7.875 casos en 2019). Pese a su expansión, es una de las ITS menos conocidas por la población. No se incluyó como enfermedad de declaración obligatoria sometida a vigilancia epidemiológica hasta 2015, y a menudo no produce síntomas, sobre todo en mujeres, pero puede derivar con el tiempo en complicaciones.

Por ello, recalca Asunción Díaz, responsable de la Unidad de Vigilancia de ITS del Instituto de Salud Carlos III, “es muy importante hacer revisiones periódicas a aquellas personas que hayan podido tener una práctica de riesgo [sin la protección adecuada]”.

“Nos sorprende que el conocimiento sobre este tema es muy bajo”

Silvia de Sanjosé, epidemióloga, médico de familia e investigadora asociada en ISGlobal, ha podido constatar la desinformación sobre las ITS entre la población. “Cada vez que hacemos algún estudio sobre ello, nos sorprende ver que el conocimiento sobre estas enfermedades es muy bajo”, admite. 

Mucha gente no sabe, por ejemplo, que algunas ITS son prevenibles con vacuna –como ciertos tipos de VPH–, que el preservativo puede proteger en gran medida frente al VIH, la sífilis o la gonorrea –pero no tanto frente al VPH–, o que en algunos casos la infección será silenciosa, pero en otros puede evolucionar y generar una enfermedad, e incluso infertilidad si llega a las trompas de Falopio, señala la experta.  

Lo peor es aceptar un riesgo por no conocerlo, por ser ignorante
Silvia de Sanjosé, ISGlobal

Este desconocimiento contrasta con el “interés” que percibe la epidemióloga cada vez que asiste a centros escolares para “trabajar con los estudiantes el VPH” –tema en el que está especializada–: “Si les explicas bien las cosas, los jóvenes van a saber cómo protegerse y qué riesgos existen”. “Pero lo peor es aceptar un riesgo por no conocerlo, por ser ignorante”, advierte De Sanjosé. “Mucha gente no lo sabe y no es responsable de sus actos”, dice. “Hay que ser conscientes de a qué riesgos nos atenemos cada vez que cambiamos de pareja sexual”.

A qué se debe un incremento tan fuerte

No obstante, no todo el aumento de ITS en España puede explicarse por el desconocimiento, apuntan los expertos. Por un lado, se han mejorado los sistemas de detección y diagnóstico de los centros y las comunidades autónomas, lo cual ha llevado a afinar los registros de ITS; por otro lado, el cambio de tendencia se entiende como algo en buena parte cultural, observado en otras regiones. Tal y como explica Asunción Díaz, existen “diversos factores” que influyen en este crecimiento: “Reducción del uso de preservativo, mayor facilidad para tener relaciones sexuales a través del uso de aplicaciones de contactos y mayor desplazamiento de la población”, cita.

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En el caso de España, y según los informes del Instituto de Salud Carlos III, el aumento en la incidencia de ITS se da a partir de la primera década de los 2000, después de años de una caída sostenida de los casos. Asunción Díaz explica que este nuevo sentido ascendente de la curva se vio primero en Europa, “a mediados de los años 90”, y “se atribuye a cambios de comportamientos tras un avance muy importante en la epidemia de VIH: el descubrimiento de los tratamientos antirretrovirales de alta eficacia en 1996”.

“La introducción de estos tratamientos cambió radicalmente la historia natural de la infección de VIH al reducir drásticamente la mortalidad, y esto pudo provocar en la población general cambios en las conductas sexuales seguras, pues la infección por el VIH ya no conducía al fallecimiento de forma ineludible”, aclara la experta. Dicho de otra manera, la población, al ver que la enfermedad de transmisión sexual más conocida y temida –el VIH– se hacía leve e incluso indetectable, relajó las precauciones en sus hábitos sexuales.

Reducción del uso de preservativo, mayor facilidad para tener relaciones sexuales a través de aplicaciones y mayor desplazamiento de la población

Silvia de Sanjosé contempla esta tendencia creciente como una especie de “ola”, vinculada “necesariamente con los hábitos de la población”. Los cambios en la sexualidad de la gente que se han dado “en los últimos 40 años” son profundos. “La población nacida en los años 30 era mayoritariamente monógama; ahora, un joven de 16 años puede tener hasta cinco compañeros sexuales”, comenta. Además, razona la epidemióloga, “hay mucho movimiento poblacional, y esto implica que también hay más probabilidad de contraer infecciones”.

Según los datos que recoge el Observatorio Bloom, el 80% de los casos de ITS diagnosticados en 2019 en mujeres corresponden a jóvenes de entre 15 y 34 años.

Los grandes núcleos urbanos, en el foco

El informe Bloom refleja también que los grandes núcleos poblacionales –y turísticos– concentran un mayor número de diagnósticos de ITS. De hecho, en 2019, el 58% de todas las ITS detectadas en mujeres en España se registraron en Cataluña, el 11% en Madrid, el 5,6% en Andalucía y el 5% en el País Vasco. 

Una encuesta del HBSC de 2018 revela que el uso de los anticonceptivos de barrera ha decrecido, sobre todo entre la población más joven. Según este estudio, las prácticas de riesgo entre chicos y chicas adolescentes se incrementaron de un 16,1% en 2002 hasta un 24,6% en 2018, y el porcentaje de chicas que habían usado el preservativo en su última relación coital descendió 11 puntos (un 71,2% en 2018).

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La ‘marcha atrás’ todavía pesa

El sondeo realizado este año por Bloom muestra que el 94,5% de las participantes había usado algún tipo de métodos de protección: en su mayoría el preservativo (83,9% lo ha utilizado y el 49,6% lo utiliza habitualmente) y las pastillas anticonceptivas (57,9% las ha empleado y el 22,6% las emplea habitualmente). No obstante, según esta encuesta, el tercer ‘método anticonceptivo’ más utilizado –se entrecomilla porque ni protege ante las ITS ni ante un posible embarazo– es la marcha atrás (el 26,3% de las entrevistadas lo ha realizado y el 9,5% de ellas lo lleva a cabo habitualmente).

Desde Bloom recuerdan que la mayoría de las ITS se transmiten por la entrada en contacto de fluidos orgánicos (saliva, secreciones vaginales y cervicales, semen) durante el sexo oral, vaginal o anal. La transmisión también puede darse a través de la leche materna, la sangre y, en caso del virus del papiloma humano, mediante el contacto directo piel con piel.

Lejos queda el ‘Yo pongo condón’

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Salud Sexual, el pasado 4 de septiembre el Ministerio de Sanidad lanzó la campaña Sal como quieras, pero no salgas sin condones, dirigida principalmente a los jóvenes. Se trata de incidir en el uso correcto del preservativo como “la única manera de protegerte del VIH y otras infecciones de transmisión sexual”.

Sanidad tiene una larga trayectoria en campañas para fomentar el uso del preservativo, pero los últimos datos recopilados por el Observatorio Bloom reflejan que estas no siempre han tenido el alcance deseado. El 79,3% de las participantes encuestadas no recuerda ninguna campaña comunicativa reciente de concienciación sobre las ITS. Algunas de las más populares, como la famosa Yo pongo condón, de 2008, ni siquiera iban destinadas a prevenir las ITS, sino los embarazos no deseados. 

Estamos viendo cambios en los hábitos sexuales de la gente, pero vemos que la educación no está acompañando
Irene Pareja

Para Irene Pareja, directora de Bloom, este es un reflejo más del enfoque tradicionalmente adoptado para abordar la educación sexual en España. “Básicamente es ‘ponte el condón, no te vayas a quedar embarazada’”, ilustra. En su opinión, “estamos viendo cambios en los hábitos sexuales de la gente, pero vemos que la educación no está acompañando”. 

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Pareja comenta, por ejemplo, que en la actualidad la población se relaciona “de una forma que no siempre es heterosexual, en la que simplemente el condón ya no vale”. El informe de Bloom cita el caso de una mujer de 25 años de Barcelona diagnosticada con VIH a la que nadie le explicó que podía contraer el virus siendo lesbiana. “Ni en mi ginecólogo ni en ningún sitio lo había escuchado. Siendo lesbiana puedes contraer ITS, pero no hay información dirigida a las mujeres”, lamenta la joven. 

Siendo lesbiana puedes contraer ITS, pero no hay información dirigida a las mujeres

Irene Pareja considera que “cuando se pierde el riesgo de quedarse embarazada, la gente ya no es tan consciente y se relaja a la hora de prevenir ITS”. “Verano, alcohol, calor, sexo es el cóctel perfecto para las ITS”, enumera.

En defensa de la educación sexual (en los colegios)

Desde el Observatorio Bloom insisten en que no pretenden culpabilizar o estigmatizar, pero sí concienciar –sobre la importancia del uso de preservativos, de hacerse pruebas de detección…– y, ante todo, defender la necesidad de extender la educación sexual en los centros. 

La recién aprobada ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual –conocida como ley de ‘sólo sí es sí’– incluye la educación sexual en todos los ciclos escolares, instando a que el sistema educativo disponga de contenidos sobre educación sexual, igualdad de género y educación afectivo-sexual para los alumnos de todos los niveles educativos. 

Las charlas a nivel familiar también son importantes, pero la escuela es el ámbito más adecuado para tratar estos temas
Silvia de Sanjosé

Irene Pareja lo celebra: “En la educación radica todo, desde conocer los métodos anticonceptivos hasta saber cuál va mejor para uno mismo”. A veces, puede ser algo tan simple (o tan complejo) como sugerir a los jóvenes: “Si vas a empezar con una pareja estable, ¿por qué no os hacéis los dos un chequeo y ya os quedáis tranquilos?”, plantea Pareja.

No eres “una promiscua” por haber contraído una ITS

La epidemióloga Silvia de Sanjosé le da la razón. “La educación sexual es muy importante”, zanja. “Las charlas a nivel familiar también lo son, pero sabemos que a veces eso es más complicado; por eso la escuela es el ámbito más adecuado para tratar estos temas”, afirma, convencida.

El sexo es algo bueno, saludable y placentero, mucho más si es seguro
Laura Cámara, sexóloga

La directora de Bloom incide en que no conciben su informe como “una manera de alarmar, de asustar a las mujeres o a los hombres”, sino como “una forma de decirles: existen las ITS, hay que protegerse frente a ellas, algunas pueden tener complicaciones como cáncer de útero, pero si has contraído una ITS no eres ni una promiscua ni una descuidada”. “Es algo que ocurre y normalmente te puedes curar”, dice Pareja.

Como apunta la sexóloga Laura Cámara en el citado estudio, no se trata de “educar en el miedo” como se hizo en los años 90, sino de “promover una educación sexual desde un enfoque positivo”. “Porque el sexo es algo bueno, saludable y placentero, mucho más si es seguro”, remacha la experta. 

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es