Javier Cercas: "A unos chavales de 11 años no les haría leer 'El Quijote', es un error"

Javier Cercas: "A unos chavales de 11 años no les haría leer 'El Quijote', es un error"

El escritor publica 'El castillo de Barbazul', la última entrega de la trilogía (o no) 'Terra Alta'.

El escritor Javier Cercas.TUSQUETS

Por si le habían sucedido pocas cosas a Melchor Marín, ahora Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) lleva al límite al protagonista de la trilogía Terra Alta haciéndole enfrentarse en El castillo de Barbazul (Tusquets) al peor de sus miedos: la desaparición de su hija, Cosette.

De esta manera en la entrega final (o no, como deja caer) de la serie —“Esto ahora mismo es una trilogía con un final abierto”— Cercas explora de manera más palpable que en las anteriores un tema que hace de hilo conductor de todas, la violencia contra las mujeres, un “elefante que teníamos metido en nuestra casa” y que ha existido “desde que el mundo es mundo” sobre el que se empieza a tomar conciencia.

El escritor, que cree que ha logrado reinventarse con sus tres últimas publicaciones, también se centra en las élites, como hacía en Independencia, pero esta vez personificadas en un depredador sexual con una mansión en Pollença (Mallorca) que mucho recuerda a Epstein, y en cómo el dinero compra la impunidad.

Le Monde se ha preguntado si las novelas de la serie Terra Alta son Los Miserables del siglo XXI. ¿Lo son?

Que esto lo diga Le Monde... es brutal. No era mi madre la que lo escribió, ¿eh? Los Miserables es una de las mayores novelas que se han escrito nunca, si yo me acercase un poco a eso pues... no sé, ojalá.

Se ha hablado mucho acerca de si Terra Alta es thriller, si es western... Lo que se ve claramente en esta tercera entrega es que trata sobre la violencia contra las mujeres. ¿Se están abriendo los ojos de una vez?

El asunto de la violencia contra las mujeres estaba desde el primer libro, solo que ahora en el tercer libro se ven mejor los temas, los personajes, pero está desde el principio. ¿Estamos avanzando en este asunto? Obviamente. En mi generación este tema no existía y antes tampoco. Desde que el mundo es mundo la mitad de la humanidad tiene a la otra mitad de sirvienta, postergada, marginada, sometida, llámalo como quieras. Aristóteles, no me canso de citarlo, con respeto, un pilar de la civilización occidental, escribió ‘Las mujeres son inferiores a los hombres’. Y eso es porque todo el mundo lo pensaba hasta hace cuatro días. Que existe la violencia contra las mujeres, que han estado apartadas... no se lo ha inventado el feminismo, ha existido siempre. ¿Cuánto hace que computamos las mujeres asesinadas en España? 20 años [se comenzó en 2003]. ¿Antes no existía? Por supuesto que sí pero no contaba, o eran crímenes pasionales que suena hasta romántico. Leía hace dos días que según un informe hay dos agresiones sexuales cada hora en España. Es como si hubiésemos tenido un enorme elefante metido en nuestra casa y no nos hubiésemos dado cuenta de que estaba ahí. ¿Estamos mejorando? Sí, por lo menos ya sabemos que tenemos un problema. Ahora, esto no se arregla en dos días.

Desde que el mundo es mundo la mitad de la humanidad tiene a la otra mitad de sirvienta, postergada, marginada, sometida, llámalo como quieras

¿Este tema por qué me sale? En mis novelas anteriores no ocurría, aparece en Terra Alta y no de manera deliberada. ¿Por qué? No tengo ni idea. Para cualquier persona decente, normal y corriente, ves que están todo el día matando mujeres y te dan ganas de vomitar pero en Melchor Marín es una cosa más bestia, más especial.

Estas novelas de la Terra Alta son una forma de reinvención para mí. Cuando llegué a El monarca de las sombras dije ‘aquí hemos acabado algo, ahora vamos a empezar otra cosa’. No sabía cómo ni si iba a ser capaz, quería encontrar un nuevo escritor en mí mismo. A eso aspiro, a encontrar todos los escritores que llevo dentro y todas las personas que llevo dentro para vivir todas las vidas posibles. De algún modo quería reinventarme y me parece que lo he conseguido, humildemente. ¿Por qué quería reinventarme? Para poder seguir diciendo cosas nuevas: si tú te conviertes en un imitador de ti mismo, se acabó.

Aspiro a encontrar todos los escritores que llevo dentro para vivir todas las vidas posibles

Y, efectivamente, los nuevos temas han aparecido. Yo nunca había abordado la cuestión de la violencia contra las mujeres, el debate esencial entre ley y justicia... En mis novelas anteriores el pasado tenía una presencia muy importante en la medida en que era una dimensión del presente sin la cual el presente está mutilado, ahora en éstas lo que aparece es el futuro como una dimensión del presente.

¿Se queda en trilogía o hay esperanza para los fans de Melchor?

Inicialmente debo decir que cuando acabé Terra Alta lo planeé como una tetralogía. Dije ‘Esto no ha acabado aquí’ e instantáneamente imaginé, planeé y escribí en parte cuatro libros. Ahora es una trilogía con final abierto, vamos a ver qué pasa. Aquí hay varias cosas; la primera, las novelas son como las guerras, se sabe cómo se empiezan, nunca se sabe cómo se acaban. Cervantes no tenía ni idea de que iba a escribir la segunda parte de El Quijote que, por cierto, es bastante mejor. Y por otro lado, el problema, aparte de que los lectores dicen ‘¿Nos vas a dejar así?’, lo cual es muy bonito y agradable, estos personajes están vivos. Esto nunca fue una serie, eran tres novelas distintas y un solo libro verdadero.

  Portada de 'El castillo de Barbazul'.TUSQUETS

Menciona la guerra; el ministro de Cultura Miquel Iceta ha dicho "¿Cómo vamos a dejar de leer a Dostoievski o a Tolstoi? Eso no hay que hacerlo en ningún caso, pero sí debemos cesar toda colaboración con el gobierno ruso”.  Me venía a la cabeza Melchor leyendo esas novelas rusas... ¿cómo ve el debate de cancelar o no la cultura de ese país?

Estoy de acuerdo con ese planteamiento. La cultura rusa y los ciudadanos rusos son una cosa, como la cultura española y los españoles eran una cosa en el franquismo y otra cosa era colaborar con las instituciones franquistas. Toda idea de que los rusos son culpables es absurda: quien es culpable es el señor que ha tomado la decisión de invadir un país a sangre y fuego, eso hay que distinguirlo, como había que distinguir entre Franco y los españoles. Había muchos españoles que estaban contra Franco, o que no lo decían pero lo sentían, o que estaban engañados, como ahora muchos rusos están engañados por Putin. Creo que es muy bueno que la cultura rusa venga aquí y que nosotros vayamos allí. No sé por qué hay rockeros que cancelan conciertos allí: yo iría y diría ‘oigan, este señor les está engañando’.

En una parte del libro Melchor y Cosette leen Los Miserables y ella no conecta igual que su padre con la obra. Recordaba ese reciente artículo sobre la lectura obligatoria de clásicos en los institutos. ¿Cuál es su opinión?

La literatura es un placer, como el sexo, pero también es una forma de conocimiento, como el sexo. Cuando alguien me dice que no le gusta leer lo único que se me ocurre es darle el pésame o acompañarle en el sentimiento. Yo fui profesor muchos años en la universidad, no en el instituto, pero les decía siempre ‘Mira, voy a poner lecturas obligatorias’. Pero ‘lectura obligatoria’ es un oxímoron, porque la literatura es un placer.

Dicho esto, creo que sí tiene que haber lecturas obligatorias y yo las ponía. Me gustó mucho lo que decía el otro día mi amigo Javier Rodríguez Marcos en El País el otro día: estamos en contra de obligar a la lectura, pero también se obliga a enseñar matemáticas y no les gustan, o las espinacas, pero tienen que comerlas. Aquí la clave es el profesor y cómo planteamos la cuestión: si como un castigo o como lo que es, un placer. Pero hay que darles un libro adecuado.

Y darles clásicos, como obligar a leer El Quijote, ¿sería lo adecuado?

La clave es qué les das a leer. A unos chavales de 11 años yo no les haría leer El Quijote. Punto. Es un error. Pero puedes hacerles leer otros libros, como La isla del tesoro, que es un clásico, y El Quijote, a su debido tiempo. Tú les puedes hablar de él y si lees, que sea un capítulo y se lo explicas muy bien explicado. La tarea no es fácil; no puedes hacerles leer el Mio Cid o El Quijote a unos chavales de 11 años, me parece un error, porque la lengua es antigua y por muchos motivos. Otra cosa es hablar del libro, explicárselo bien, leer un fragmento...

  El escritor Javier Cercas.TUSQUETS

Acaban de ser los Premios Goya, con Las leyes de la frontera. ¿Qué sientes cuando ves tus obras llevadas al cine o al teatro? 

Alegría, porque significa que las novelas están vivas. No tengo el más mínimo sentido de propiedad sobre mis novelas, cero. En el momento que acabo un libro ya no me pertenece y lo mejor que le puede ocurrir a un libro es que pertenezca a la gente.

Una de las pocas verdades absolutas que conozco la dice El Francés, el bibliotecario de la cárcel de Quatre Camins que introduce a Melchor en la literatura: “La mitad de una novela la escribe el autor, la otra mitad la escribe el lector”. Esto es así. Una novela es una partitura y es el lector el que la interpreta, y cada lector la interpreta a su manera. Y en eso consiste grandísima parte de la magia de la literatura. Hay un enorme malentendido y es creer que el protagonista de la literatura es el autor. No es verdad, es el lector.

Con Terra Alta se llevó el Premio Planeta. Esta última edición fue la del gran revuelo con Carmen Mola. ¿Qué le pareció aquello?

No lo entendí. No me lo explico. ¿Porque eran tres? ¿Porque era mujer? ¿No se pueden poner seudónimos de mujer? Leí unas cosas que no entendí, no sé dónde está la polémica. Leí unas cosas totalmente incomprensibles. ¿Porque eran tres? ¿Es más fácil escribir a seis manos que a dos? A mí me parece más difícil. ¿Porque era un seudónimo de mujer? Pues que use todo el mundo seudónimo de mujer si quiere, ¿está prohibido eso? Las mujeres usaban seudónimo de hombre. ¿Qué tiene que ver eso con el feminismo? No lo entiendo. Me pareció una falsa polémica.

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