Los 'annus horribilis' de Isabel II: las grandes crisis de su reinado

Los 'annus horribilis' de Isabel II: las grandes crisis de su reinado

La monarca más longeva del Reino Unido cumple siete décadas en el trono.

Isabel II, en la apertura del Parlamento en 2016.WPA Pool via Getty Images

Ni nació para ser reina, ni la educaron como tal, pero Isabel II ha terminado convirtiéndose en la soberana más longeva de la historia de Reino Unido. Este domingo se cumplen setenta años de su subida al trono, después de que su padre, el rey Jorge VI, muriera de manera prematura a los 56 años.

Isabel II pasó a ser jefa del Estado con solo 25 años, aunque su coronación se celebró más de un año después, en junio de 1953. En sus primeros años el trono aplacó las críticas del sector más exigente de la prensa modernizando el papel de la monarquía y dejando entrar a las cámaras de televisión hasta la cocina, algo que posteriormente se le ha vuelto en contra en algunas ocasiones.

A pesar de las voces críticas, la figura de Isabel II es incuestionable a pesar de los escándalos que han rodeado a los Windsor en estas siete décadas. Setenta años dan para mucho y la monarca británica ha tenido que enfrentarse a varios annus horribilis, oficiales y extraoficiales.

1957: Las críticas de Lord Altrincham, el primer asalto contra la reina

Después de la crisis del canal de Suez, comenzaron a alzarse voces contra la reina Isabel II, que apenas llevaba un lustro en el trono. Una de esas voces fue la más potente y cambió para siempre la monarquía británica, se trata de Lord Altrincham, un noble inglés que renunció a su título para trabajar como editor y periodista.

En el verano de 1957 publicó un ensayo en el que acusaba a la reina de haber perdido el contacto con la sociedad, de sonar “como una colegiala” en sus discursos, de ser “insufrible” y de que su estilo le producía “dolor en el cuello”. El texto era una llamada a gritos a la modernización de la Casa Real y en el seno de los Windsor tomaron nota, especialmente Felipe de Edimburgo, favorable a que las cámaras retrataran la intimidad de la familia. Esa Navidad, Isabel II retransmitió por primera vez en televisión su tradicional discurso.

1986: La polémica de su enfrentamiento con Margaret Thatcher

Los años 80 fueron tiempos convulsos en Reino Unido, en los que Margaret Thatcher gobernó con puño de hierro aplicando políticas demasiado radicales para muchos, entre los que podría haberse incluido la propia Isabel II. En 1986 se publicó un artículo en The Sunday Times que citaban fuentes de Buckingham en el que se revelaba que la monarca estaba “preocupada” por algunas de las políticas de Thatcher. En concreto, por las políticas económicas de la primera ministra, la crisis de los mineros y su respuesta desde el gobierno, además de la negativa de la política conservadora de aplicar sanciones duras contra el apartheid en Sudáfrica.

  Isabel II, Ronald Reagan y Margaret Thatcher en 1984.PA Images via PA Images via Getty Images

También se llegó a decir que la propia Thatcher hablaba de que si Isabel II votara en unas elecciones lo haría en favor del partido contrario al suyo. Ninguna de las dos se pronunció al respecto, pero tras dejar el cargo la monarca otorgó a la política dos grandes distinciones del país: la Orden del Mérito y la Orden de la Jarretera. Además, acudió al funeral de la líder conservadora en 2013.

1992: El annus horribilis oficial: divorcios, incendios e impuestos

Este año se le hizo tan cuesta arriba a la monarca británica que reconoció en un discurso para celebrar los 40 años de su coronación que había sido su annus horribilis. “No es un año que recordaré con placer intenso”, dijo en su discurso, pronunciado en noviembre en Guildhall, en plena City de Londres. Días antes, el castillo de Windsor, símbolo de permanencia de la monarquía británica, era devastado por un incendio que obligó a la reconstrucción de parte de las instalaciones.

Antes de ese suceso, la reina afrontó meses turbulentos derivados de las separaciones de sus hijos. En marzo fueron el príncipe Andrés y Sarah Ferguson quienes rompieron su matrimonio, publicándose meses después unas fotos en topless de Ferguson mientras un ejecutivo de finanzas de Texas le chupaba los dedos de los pies en una playa. Más discretos fueron la princesa Ana y su exmarido, Mark Philips, que se divorciaron en abril. Días después del discurso de Isabel II, ya en diciembre, Carlos y Diana de Gales se separaron formalmente, pero meses antes ya se había publicado la biografía no autorizada de Lady Di firmada por Andrew Norton que fue un verdadero escándalo.

A todas esas turbulencias personales hay que sumar las acusaciones de falta de transparencia en las finanzas que llevaron a la monarca a tomar la decisión de pagar por primera vez impuestos sobre sus ingresos privados a partir de 1993. Isabel II también decidió reducir el número de miembros de la familia real para recortar e intentar ganarse de nuevo a la opinión pública.

1997: La muerte de Lady Di deja la popularidad de Isabel II en su momento más bajo

El divorcio del príncipe Carlos y Diana de Gales había dejado la popularidad del heredero en horas bajas y convertido a Lady Di en una estrella, querida por la mayoría de británicos. Por eso su muerte en agosto de 1997 dejó a la sociedad conmocionada. Cuando sucedió la tragedia, Guillermo y Harry estaban en Escocia con su familia paterna, que intentó aislarlos en un primer momento.

El dolor de pueblo se transformó en indignación, criticando de manera salvaje la gestión de la crisis de la monarca, que no se había dejado ver la muerte de Diana. Cinco días después del fallecimiento, Isabel II se vio obligada a hacer un discurso retransmitido en directo en televisión, de riguroso luto, en el que hablaba de la que fuera su nuera como “un ser humano excepcional”. Detrás de ella se veía a la multitud agolpada en Buckingham dejando flores a la princesa.

Era la segunda vez que Isabel II se dirigía a la nación en un discurso televisado más allá del tradicional mensaje navideño. La primera fue para hablar de la Guerra del Golfo en 1991. Pero este no fue el único momento excepcional y fuera de protocolo que se permitió la monarca para aplacar las críticas: la bandera de Buckingham ondeó a media hasta, el ataúd de Lady Di portó el estandarte real pese a ya no formar parte de la monarquía y el más significativo, la reina bajó la cabeza e hizo una especie de reverencia cuando el féretro de la princesa pasó por delante de ella. Lo nunca visto.

  La reina Isabel II, en su histórico discurso en honor a Lady Di.YOUTUBE

2020: Meghan y Harry dejan la Casa Real

El 2020 no fue un año fácil para nadie, pero antes de que llegara la pandemia, Isabel II recibió el primer jarro de agua fría en enero. Fue en ese momento cuando Meghan y Harry emitieron un comunicado en el que anunciaban que dejaban de ser “miembros activos” de la familia real.

Ahí comenzaba un culebrón que no se ha cerrado a día de hoy y que ha puesto un océano de por medio entre los Sussex y el resto de la familia. El matrimonio viajó primero a Canadá con su hijo Archie y después a California, donde compraron una mansión valorada en 14 millones de euros en Montecito. Los tabloides británicos se lanzaron contra ellos, se especuló con un distanciamiento con su hermano Guillermo y Markle se manifestó políticamente contra Trump, algo que no gustó en Reino Unido, pues la familia real debe ser neutral.

Esto era solo un aperitivo de lo que estaría por llegar al año siguiente, cuando Isabel II recibiría varios mazazos.

2021: La cruzada de los Sussex sigue, el príncipe Andrés contra las cuerdas y el fallecimiento de Felipe de Edimburgo 

Si 2020 había sido calentito para los Windsor, el año pasado la familia vivió uno de los peores años de su historia. En abril Isabel II perdió a Felipe de Edimburgo, su “roca”, que falleció a los 99 años después de haber estado ingresado semanas antes por problemas de corazón.

Su funeral, celebrado en la más estricta intimidad por las restricciones derivadas de la pandemia en Reino Unido, quedó en parte empañado por la precaria situación del príncipe Harry y el príncipe Andrés.

En marzo, con su abuelo todavía ingresado, se emitió la entrevista de Meghan y Harry con Oprah Winfrey. La charla de los Sussex con la célebre presentadora cayó como una bomba nuclear en Buckingham: pensamientos suicidas, la pelea entre Markle y Middleton, la “decepción” de Harry con su padre y la acusación de racismo dentro de la Casa Real que obligó a la monarca a pronunciarse. La pareja solo salvó a una persona en su quema, a la intocable Isabel .

A pesar de la charla que mantuvieron Harry, Guillermo y Kate a la salida del funeral del duque de Edimburgo, la relación entre los hermanos ha seguido siendo distante durante todo el año. Por si la entrevista no hubiera sido suficiente, se anunció la publicación de las memorias “explosivas” del hijo pequeño de Carlos y Diana de Gales, con revelaciones que hasta ahora no se habían publicado. Esto, según algunos tabloides, habría llevado a Isabel II a plantearse retirarle la invitación a los actos para celebrar sus setenta años de reinado en junio.

El otro elefante en la habitación el día del adiós de Felipe de Edimburgo, fue el príncipe Andrés, al que la reina acaba de retirarle todos sus títulos y honores militares por su relación con el caso Epstein y las acusaciones de agresión sexual vertidas contra él por parte de Virginia Giuffre. Después de que Ghislaine Maxwell, la especie de ‘madame’ de Epstein y suspuesta amiga del príncipe Andrés, fuera condenada por un tribunal en Estados Unidos, la situación del hijo favorito de Isabel II se ha complicado.

  ASCOT, UNITEEl príncipe Andrés y Ghislaine Maxwell en una imagen de archivo.Tim Graham Tim Graham Photo Library via Get

Giuffre lucha por llevarlo al banquillo y durante todo el año pasado se ha producido un tira y afloja entre las autoridades estadounidenses y británicas. El duque de York se ha visto acorralado por la justicia y sus abogados han llegado a presentar un acuerdo firmado por Epstein y la víctima para librarse de dar explicaciones, no ha sido así.

A principios de enero de 2022 la justicia estadounidense rechazó la petición de Andrés, que tendrá que sentarse en el banquillo si los tribunales así lo consideran. Esta es la decisión que llevó a Isabel II a retirarle todos sus títulos y a impedirle que vuelva a utilizar el título de ‘alteza real’. Acaba de empezar y este año ya se presenta complicado para la reina.