Paula, estudiante española que contaba coches en Holanda: "Te pagaban 150 euros al día por no hacer absolutamente nada"
Una forma fácil de ganar dinero siendo estudiante.

Para muchos jóvenes, estudiar en el extranjero implica aprender a cuadrar horarios, gastos y, a menudo, buscar trabajos que les permitan mantenerse sin renunciar a la vida universitaria. Cuando eres estudiante, casi cualquier empleo sirve si ayuda a llegar a fin de mes, y la creatividad suele abrir la puerta a oficios tan inesperados como bien pagados. Este es el caso de Paula, una estudiante española en Holanda que le pagaban por contar coches.
Paula, conocida en redes como @miniveorra, cuenta en una publicación cómo compatibilizó sus estudios en los Países Bajos con un trabajo poco habitual. "Te pagaban 150 euros al día por no hacer absolutamente nada", asegura atónita. La oferta, publicada por el propio Gobierno neerlandés, se enmarca dentro de los puestos de trabajo dirigidos exclusivamente para estudiantes y personas en situación de desempleo.
“Nos apuntamos sin saber muy bien lo que era”, confiesa entre risas hablando de ella y su mejor amiga. Al poco después, descubrieron que el trabajo implicaba coger un vehículo provisto por la empresa, desplazarse hasta un punto asignado y registrar el paso de coches durante la jornada. Lo sorprendente fue darse cuenta de que nadie supervisaba realmente su labor, lo que les permitió aprovechar esas horas para explorar las ciudades y los pueblos.
“El trabajo de mi vida”
Según el testimonio, ella y su mejor amiga aprendieron pronto a optimizar la jornada. “La gente no va a contar coches. Si te dan un coche durante 10 horas para ir a Ámsterdam, no te vas a sentar en una calle a contar coches todo el día”, asegura. En su lugar, calculaban estimaciones aproximadas a partir de la afluencia de gente en la zona y rellenaban el informe final en base a ese cómputo.
Eso les dejaba tiempo libre para visitar la ciudad, hacer turismo o incluso aprovechar para combinarlo con otros trabajos online que les permitieran aumentar sus ingresos. “Era un poco trampa, ¿pero con 19 años quién se iba a pasar 10 horas contando vehículos?”, resume. La creadora admite que en ocasiones llegó a declarar números imposibles y plantea la hipótesis de que la administración no realizaba un control exhaustivo de los informes.
“Mi teoría conspiratoria es que a ellos les da absolutamente igual”, relata. El salario y la flexibilidad del puesto convirtieron la experiencia en, según ella, “el trabajo de mi vida” para una estudiante con carné de conducir. Para los estudiantes que emigran en busca de ingresos rápidos, el atractivo económico puede pesar más que las condiciones de control o la calidad metodológica del propio estudio.
