'Piove, porco governo'

'Piove, porco governo'

Llueve a mares y al Gobierno los chuzos le caen de punta.

Pedro Sánchez y Yolanda DíazEuropa Press News via Getty Images

El Gobierno socialcomunista de Sánchez, por el camino que va, es y será culpable de todo lo malo que ocurra. Ahora lo es de los efectos inflacionistas de la invasión rusa en Ucrania, y en particular de la espiral de precios del sector eléctrico y de los hidrocarburos al que se suman las materias primas y los bienes y servicios como consecuencia de la invasión y la guerra de Ucrania.

Este nuevo jinete del Apocalipsis se suma a una larga pandemia que ahora cumple dos años y al volcán de La Palma, sin entrar a otros fenómenos, que de todo ha habido en algo más de media legislatura. De lo que sí se puede responsabilizar al Gobierno es de responder con más o menos equilibrio, acierto y agilidad al tiempo de las catástrofes en el que vivimos, sean éstas naturales o de origen humano.

Como parte de este relato incriminatorio, el candidato ‘in pectore’ del PP. el señor Feijóo, tan pronto acusa al Gobierno de forrarse con la subida de los precios a costa del contribuyente, tal como si estuviese en el origen de la misma, como le emplaza a que rebaje inmediatamente todos los impuestos a la electricidad, a los productos energéticos y a los carburantes.

  Alberto Núñez FeijóoEuropa Press News via Getty Images

Pero además le exige que lo haga de forma general, sin tener en cuenta los sectores implicados, su grado de afectación, ni tampoco el carácter estructural o coyuntural, a corto o a medio plazo de las medidas y de sus condiciones, y para todo ello de la posibilidad de negociación y acuerdos antes de adoptarlas.

De lo que no cabe duda es que la prioridad es ampliar el bono social eléctrico para evitar el impacto de la subida en los sectores de baja renta y más vulnerables, y evitar las repercusión de las subidas en los alquileres para evitar las caras más duras de la pobreza energética y habitacional, recientemente negadas contra toda evidencia por el gobierno de la Comunidad de Madrid.

La urgencia se extiende también a sectores especialmente afectados como el transporte o el agrario. Todo ello exige plantearse también las fuentes de financiación alternativas con las que sostener el fortalecimiento de los servicios públicos y el Estado del bienestar.

No deja de ser una paradoja que el PP cuando estaba en el Gobierno no haya actuado como ahora predica

No deja de ser una paradoja que el PP cuando estaba en el Gobierno no haya actuado como ahora predica. Muy al contrario, ha subido con carácter general el IVA y los impuestos a la electricidad, y más recientemente, ya desde la oposición. se ha posicionado por sectarismo sistemáticamente en contra de las rebajas fiscales, así como de cualquier recorte de los beneficios de las compañías eléctricas, propuestas por el Gobierno y aprobadas por el parlamento, para hacer frente a la escalada de la factura eléctrica.

Por otra parte, para los conservadores el Gobierno ya hace tiempo que era el principal responsable de la inflación de precios, incluso desde antes de la invasión de Ucrania, no importa que la inflación fuera a consecuencia de un efecto rebote generalizado en todas las economías de nuestro entorno, después del largo parón económico y social de la pandemia y del posterior estrangulamiento de la cadena de suministros.

Un factor que explica el carácter de dicho repunte inflacionario, al que además se ha sumado la decisión europea de hacer frente a los compromisos para frenar el cambio climático acelerando la descarbonización y la transición a las energías limpias, junto al ahorro y la eficiencia energética, y asimismo como producto de un inadecuado modelo marginalista de fijación de precios, que tiene su origen en una decisión del conjunto de la Unión Europea. Lo que se podría llamar una tormenta casi perfecta. Es más difícil hacer responsable el Gobierno socialcomunista del oligopolio eléctrico, de los costes de transición a la competencia ni de los beneficios caídos del cielo, porque en su conjunto responden al modelo de liberalización del mercado energético puesto en marcha fundamentalmente por los ejecutivos del PP.

Pero lo que tampoco le importa a la derecha es que la inflación sea un fenómeno que venga unido a la recuperación de la actividad económica y del empleo, como así ha ocurrido durante este último año y sigue ocurriendo hoy, a pesar del anuncio de los nuevos vientos de crisis provocados por la guerra. Tampoco que ahora, con la invasión de Ucrania, se reconoce la influencia de la estrategia de Putin de la mano de la empresa Gazprom, que han aplicado desde hace meses en relación a las reservas de gas, con el objetivo de preparar la guerra. Porque en definitiva la derecha trata de seguir caracterizando la situación, poco menos que como excepcional y catastrófica, para así  presentar el cambio como inevitable y al nuevo candidato conservador como un salvador.

  Pedro SánchezEuropa Press News via Getty Images

Por si esto no fuera suficiente, también en su momento se hizo responsable al Gobierno de la pandemia. No tanto del origen virus, aunque algunos aún hoy hablen de su origen comunista, sino debido a su rápida transmisión en España, que achacaron entonces a las manifestaciones del 8M, obviando el resto de los eventos multitudinarios de ese mismo fin de semana y aunque luego hayamos sabido que el virus ya había entrado en España con antelación. Una imputación de responsabilidad que fue reiterada luego en las olas sucesivas, bien debido a la supuesta inutilidad confinamiento, como luego como consecuencia de la estrategia de cogobernanza, considerada casi como omisión de socorro a las CCAA en medidas de salud pública adoptadas en su ámbito competencial.

Según ellos, la pandemia debería haberse evitado o cuanto menos atajado mucho antes. No importa que como con la inflación haya ocurrido lo mismo en el resto del mundo, tampoco que los modelos de gestión de la pandemia, salvo algunos casos muy concretos, hayan sido en general muy similares y no mucho mejores que el nuestro. Ahora, dos años después, se responsabiliza al gobierno de la inadecuación del estado de alarma, de los confinamientos y de las restricciones sin reconocer su carácter general ni por tanto la aportación de dicha gestión a la contención de la pandemia. Ni siquiera asumen que la estrategia, la logística y administración de las vacunas en España ha sido un ejemplo dentro de Europa.

Antes de la pandemia, el estigma del Gobierno era su inédita composición bipartita y de izquierdas, así como sus apoyos en la investidura que se decía tenían como contrapartida la ruptura de España y la liberación de los presos de ETA, algo repetido en cada uno de los decretos, en decenas de leyes, así como en los dos proyectos presupuestarios. Incluso antes de las últimas elecciones la deslegitimación era por haber llegado al gobierno mediante un procedimiento constitucional como es una moción de censura.

En definitiva, que la conclusión de estas acusaciones es el prejuicio de una supuesta ilegitimidad y desgobierno, cuando en realidad lo que se pretende decir es que el único gobierno legítimo, eficaz y con la suerte a su favor es el gobierno de la derecha.

Y es que sólo ellos han nacido para gobernar.

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Médico de formación, fue Coordinador General de Izquierda Unida hasta 2008, diputado por Asturias y Madrid en las Cortes Generales de 2000 a 2015.