Los republicanos hacen la vista gorda con los documentos clasificados que se llevó Trump

Los republicanos hacen la vista gorda con los documentos clasificados que se llevó Trump

"¿Cómo sabemos que eso es realmente lo que el presidente Trump se llevó a su casa?".

Documentos clasificados encontrados en casa de Donald Trump el 8 de agosto.Departamento de Justicia de Estados Unidos via Kyle Cheney en Twitter

Los fiscales federales revelaron el martes 30 de agosto más información explosiva sobre cómo el expresidente Donald Trump y su equipo se negaron en repetidas ocasiones a entregar documentos clasificados, y cómo podrían incluso haber tratado de obstruir la investigación criminal.

¿Cómo están reaccionando los miembros de su partido? Simplemente han optado por hacer la vista gorda y oídos sordos.

La cuenta de Twitter del diputado republicano Jim Jordan se burló de una foto que los fiscales proporcionaron de algunos documentos clasificados hallados en la mansión de Trump porque incluía una caja con portadas enmarcadas de la revista Time en las que aparecía Trump.

Los republicanos del Comité Judicial de la Cámara de Representantes tampoco quisieron hablar sobre los documentos marcados como “alto secreto”, que contienen la categoría de información más sensible, incluida información de las fuentes secretas de la inteligencia estadounidense. El Departamento de Justicia explicó que durante el registro del 8 de agosto en la mansión de Trump, en algunos casos, “incluso el personal de contrainteligencia del FBI y los abogados del Departamento de Justicia que realizaban el registro tuvieron que obtener autorizaciones adicionales antes de que se les permitiera revisar ciertos documentos”.

Sin embargo, los republicanos del Poder Judicial de la Cámara de Representantes consideraron que todo esto era mucho ruido y pocas nueces. Los agentes del FBI, según afirmaron los republicanos en un tuit de defensa a Trump, orquestaron una “sesión de fotos” y se llevaron las portadas de la revista Time “como recuerdo”.

Mientras que otros legisladores del Partido Republicano se mantuvieron en silencio tras la presentación del informe del Departamento de Justicia a última hora de la noche del martes, la gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, sugirió que el FBI estaba mintiendo y que había plantado los documentos en la finca de Trump, una teoría de la conspiración muy apoyada entre los conservadores.

″¿Cómo sabemos que eso es realmente lo que el presidente Trump se llevó a su casa? ¿Sabemos que él las puso allí? ¿Sabemos lo que hay dentro?” dijo Noem en una entrevista el miércoles por la mañana en Fox News.

Estos son solo los últimos malabares del Partido Republicano para justificar la negativa de Trump a devolver documentos clasificados al Gobierno, lo que supone una potencial violación de la Ley de Espionaje. Algunos legisladores del Partido Republicano han sugerido que los agentes del FBI actuaron en rebeldía durante la búsqueda, que tal vez había fuerzas extranjeras implicadas y que los supuestos documentos secretos que guardaba Trump no eran secretos en absoluto. También están sus intentos de desviar la atención señalando el caso del servidor de correo electrónico privado de Hillary Clinton en 2016.

Trump afirmó el miércoles que había desclasificado todos los documentos encontrados en su finca, a pesar de que sus propios abogados nunca dijeron tal cosa durante sus meses de negociaciones con el Gobierno sobre el manejo de los documentos antes del registro del 8 de agosto, según el Departamento de Justicia.

El expresidente también criticó la forma en que los agentes del FBI mostraron los documentos clasificados que guardaba en su finca en la foto que el Gobierno proporcionó el martes.

“Es terrible la forma en que el FBI, durante el asalto a Mar-a-Lago, tiró los documentos por el suelo (¡quizás para que la gente piense que fui yo quien lo hizo!), y luego hizo fotos para que todo el mundo los viera”, escribió Trump en su red social, Truth Social.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.