Mujeres jirafa: tu foto, su esclavitud

Mujeres jirafa: tu foto, su esclavitud

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Hace años eran la imagen del exotismo. Hoy son la imagen de la esclavitud. Las mujeres Padaung, conocidas como Mujeres Jirafa, fueron durante muchos años el reclamo publicitario que las agencias de viajes utilizaron para atraer turistas al sudeste asiáticos. Entonces nadie se hacía preguntas.

Su historia

Las mujeres Padaung pertenecen al grupo étnico de los Kayan. Originarios de Gobi en Mongolia, sus tribus se desplazaron a Myanmar, antigua Birmania. A consecuencia del conflicto militar que asoló este país a finales de los años 80, miles de personas se desplazaron huyendo de la guerra hacia Tailandia. Dentro del grupo de desplazados del conflicto birmano, se encontraban los Kayan.

Cuando te conviertes en refugiado en otro país, una de tus pocas salidas es la mendicidad. Así acabaron muchas Padaung, cuyos cuellos recubiertos con aros atrajeron la atención de los pocos turistas que entonces viajan por el sudeste asiático. A cambio de una foto, recibían unas monedas. Eso pasó a principios de los años 90. Así nació la leyenda de las Mujeres Jirafa y su condena.

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Su condena

Poco tardaron las agencias de viajes, los gobiernos y la codicia de su propia tribu en ver un filón económico en la exhibición de las Padaung, a partir de ese momento rebautizadas como Mujeres Jirafa.

Hubo que esperar al siglo XXI para empezar a desmontar la imagen de belleza y exotismo que durante tanto tiempo representaban. Al fin se empezó a hablar de lo que realmente son estos campos de refugiados, también llamados cínicamente "poblados": zoológicos humanos donde explotan y esclavizan a mujeres.

El primer anillo de latón o cobre se lo colocan a las niñas a la edad de cinco años y a partir de ese momento van añadiendo aros hasta que el cuello no alcance para ninguno mas. Hay mujeres que han llegado a tener hasta 30 collares, cargando varios kilos de peso sobre sus cervicales. A partir de ese momento no podrán quitarse los anillos. Vivirán con ellos puestos cuando se laven, mientras duermen e incluso cuando vayan a dar a luz a una niña Padaung.

Naciones Unidas a través de ACNUR ha pedido a los turistas que no visiten estos campos de refugiados donde viven encerradas, ya que su existencia se mantiene únicamente con fines turísticos.

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Tu responsabilidad

La explotación de las Mujeres Jirafa es un lucrativo negocio que hace ricos a unos pocos y condena a las Paduang. Preservar o acabar con esta forma de esclavitud depende de la decisión que tomemos como turistas.

La principal medida que has de tomar como viajero responsable es no acudir a estos campos de refugiados. El día que no haya turistas visitando los poblados, cerrarán sus puertas y las mujeres que allí se exhiben quedarán libres. Ante la alarma social, quienes explotan a las Mujeres Jirafa han elaborado un discurso para mantener vivo el negocio y seguir atrayendo turistas.

Sostienen que las mujeres están libremente en los poblados y que son ellas las que reclaman su derecho a dedicarse al negocio turístico, porque esto les proporciona una vida mejor. Argumentan que su alternativa es la pobreza o la prostitución, mientras en el poblado están protegidas, son libres y reciben un salario por posar ante la cámara de un turista.

Muchas ONGs han denunciado que este discurso, supuestamente defendido por las propias Mujeres Jirafa, es fruto de la coacción de quien vive privado de libertad. El argumento podría sostenerse siempre y cuando las mujeres decidieran dedicarse a esta forma de vida, al cumplir su mayoría de edad. Pero este discurso se desmorona cuando a las niñas de cinco años se les impone la condena de los anillos y se las obliga a posar para la foto del turista.

Hay otro argumento aún mas demoledor para tirar por tierra esta teoría. Las Padaung como refugiadas que son, tienen derecho de asilo. Miles de birmanos se han beneficiado de este derecho y han podido iniciar una nueva vida en terceros países. Ninguno de estos beneficiarios ha sido una mujer Padaung. Nueva Zelanda y Finlandia han ofrecido expresamente a las Mujeres Jirafa asilo en sus países y Tailandia les ha negado la condición de refugiadas para que no puedan acogerse a este derecho.

El día que las mujeres Padaung dejen de ser un lucrativo negocio, serán mujeres libres. En tu mano está que ese día llegue.

Si quieres saber más sobre este tema te recomiendo el artículo Esclavas de su collar de Jesús G. Pastor.

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