Todo lo que puedes saber por la posición de la cola de tu perro

Todo lo que puedes saber por la posición de la cola de tu perro

Que mueva el rabo no siempre significa alegría.

Los perros están constantemente moviendo la cola. Cuando salen de paseo, cuando ven comer a su dueño, cuando se encuentran con otro perro e incluso cuando algo no les gusta demasiado. 

A grandes rasgos, podría decirse que los movimientos rápidos de cola quieren decir felicidad, y dejar el rabo rígido con el miedo. Pero no es tan sencillo. Los canes dicen mucho más con la cola de lo que se cree. Ni todos los movimientos son de felicidad, ni tampoco quiere decir lo mismo que el movimiento sea hacia la izquierda o hacia la derecha.

  .Getty Images

Los movimientos indican qué quiere decir, pero la longitud dice mucho de cómo es el animal. Los perros con el rabo más corto son menos sociables que los que lo tienen largo. Si el animal tiene la cola corta o se le ha cortado por razones estéticas —algo prohibido en España desde febrero de 2018— puede tener problemas para socializar, según señalan la etóloga Alba Benítez de la web Simiperrohablara.com como los investigadores del comportamiento animal Stephen Leaver y Thomas Reimchen de la Universidad de Canadá. Los de cola corta, Benítez señala que se tratan de compensar esta diferencia con sonidos como gruñidos o ladridos. Por su parte, Leaver y Reimchen demuestran en su estudio que los animales con el rabo cortado crecen son más agresivos.

Para comprender un poco más a estos compañeros peludos, esta guía da las claves sobre las señales que mandan a los dueños a través de su rabo.

Hacia arriba: alerta, estrés o agresividad

Colocar la cola recta del lomo hacia fuera o hacia arriba puede tener múltiples significados en función de varios factores y posturas. “En general, las colas altas indican seguridad, aunque hay varios matices”, apunta Benítez, autora del libro sobre lenguaje canino Si mi perro hablara. El significado concreto lo dan otras partes del cuerpo.

Por ejemplo, si tiene la cabeza levantada y la cola con la punta hacia arriba quiere demostrar su autoridad y marcar territorio, de forma relajada; si, por el contrario, tiene el cuerpo tenso, las orejas hacia arriba y el rabo recto del lomo hacia afuera es probable que esté estresado, presionado y llegue incluso a ladrar y atacar. “Hay que tener cuidado porque una cola estática pero en tensión puede indicar que el perro está en alerta”, detalla la etóloga.

  Movimiento y posición de las colas de los perros y emociones.El HuffPost/Simiperrohablara.com

La forma de la cola también da algunas señales sobre sus intenciones. Si la punta está como enroscada hacia dentro quiere decir confianza y autocontrol y, generalmente, se muestra apacible. 

En movimiento: ¡ojo a la velocidad y a la dirección!

Un perro que mueve el rabo es un perro feliz. Esto ocurre si estos movimientos son amplios o forman círculos, según indican en Mundo Animal. Esto querrá decir que el perro está contento, con ganas de jugar o excitado porque, por ejemplo, ha llegado su dueño, va a salir de paseo o va a comer. 

“Los perros mueven la cola cuando están contentos, pero también cuando siguen un rastro o cuando están acorralando a una presa. Además, el movimiento de cola o, simplemente, el gesto de levantarla, les ayuda a transmitir el olor de las feromonas de las glándulas anales”, apunta Benítez. Pero, al igual que sucede cuando tienen el rabo quieto, el movimiento no siempre significa lo mismo. Y, sobre todo, no siempre es sinónimo de felicidad.

“El movimiento de la cola suele estar relacionado con el grado de excitación del perro. Un perro nervioso moverá la cola más y más rápido que un perro relajado”, explica Benítez en su libro y apunta que si estos movimientos son cortos y rápidos quiere decir que el animal está en tensión y puede que  sea una señal de ataque o una huída inmediata.

Más allá de la velocidad, otro factor a tener en cuenta para conocer el estado de ánimo del animal es la dirección hacia la que dirige la cola. Este movimiento estaría relacionado de forma inversa con los hemisferios cerebrales del perro: el izquierdo asimila las reacciones positivas, mientras que el derecho lo hace con las negativas.

De esta forma, según establece un estudio publicado en la revista Current Biology en 2007: si mueve la cola hacia la derecha se debe, generalmente, a un estímulo positivo como jugar con su dueño o salir a pasear; mientras que si lo hace hacia la izquierda puede deberse a momentos de tensión como encontrarse con otro perro dominante.

Entre las piernas: relajación, miedo o agresividad

Que el perro meta el rabo entre las piernas es una de las posiciones más conocidas y quiere decir, en general, que algo no va bien. Tal y como indica Benítez, las colas bajas reflejan inseguridad y miedo, por lo que, en algunos casos, sobre todo si se combina con un lomo erizado y curvado, puede significar también un ataque inminente. 

El objetivo de esta postura, según señalan en Mundo Animal, es contener las feromonas que segregan por la vía anal e intentar pasar desapercibidos. En algunos casos, cuando se acompaña con temblores, puede significar otra necesidad fisiológica como que tiene frío o que se encuentra mal. 

Si el perro mueve el rabo en una posición baja puede que el animal que tiene cerca le genere desconfianza. Para diferenciarlo, tal y como señalaba el estudio de 2007, ayuda ver la velocidad y si va hacia la izquierda o hacia la derecha, o si se acompaña de otras expresiones como gemidos, gruñidos o enseñar los dientes.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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