Toda la ciencia que está por llegar
En una de sus últimas entrevistas, el siempre lúcido José Luis Sampedro fue preguntado por Iñaki Gabilondo hacia dónde nos dirigimos después de la crisis del sistema capitalista. «Para mí, lo único que funciona y progresa en este momento es la ciencia», reflexionaba Sampedro. «Si esto continúa, vamos a ir hacia una nueva versión del despotismo ilustrado pero con una cúpula en gran parte científica, un despotismo científico. Lo que pasa es que el dinero también jugará un papel importante en la ciencia, pero el ideal de los científicos no es el mismo que el de los financieros. Ahora tenemos tremendas conquistas científicas, la nanotecnología, la neurobiología y un montón de cosas que yo ignoro pero me doy cuenta de que ahí caben muchas cosas.»
Tanto le impactaron estas palabras a Gabilondo que, como le confesaba a Buenafuente en Late Motiv, desde entonces mira todos los días las páginas de Nature y Science notando cómo la ciencia está cambiando a gran velocidad y se embarcaría en la realización del programa «Cuando ya no esté» en el que entrevista a científicos para intentar intuir cómo será el mundo dentro de 25 años. «Es un tiempo vertiginoso en el que las cosas están sucediendo a una velocidad que nunca antes se había conocido», afirma Gabilondo.
Esta velocidad con la que se está moviendo la ciencia se puede percibir, por ejemplo, en la lista que elabora la revista Science con los diez descubrimientos más importantes de cada año. Tras la primera detección de ondas gravitacionales en 2016 procedentes del choque de dos agujeros negros,la detección de ondulaciones del espacio-tiempo encabeza de nuevo la lista por segundo año consecutivo pero esta vez producidas por la fusión de dos estrellas de neutrones ocurrida en una galaxia a 130 millones de años luz, llamada NGC4993. Este descubrimiento supone añadir un nuevo sentido para asomarse al Universo como declaraba Barry C. Barish a SINC, premio Nobel de Física en 2017: «Es el nacimiento de un nuevo y poderoso campo que llamamos astronomía multimensajero».
El segundo lugar de la lista lo ocupa el descubrimiento de una nueva especie de homínido (el orangután de Tapanuli) mientras que en la tercera plaza destaca la técnica de criomicroscopía electrónica (cryo-EM) que permite congelar y visualizar biomoléculas en plena actividad, siendo también reconocida con el Nobel de Química de 2017. Gracias a esta última técnica, ha sido posible obtener, por ejemplo, los «fotogramas» de proteínas que remodelan membranas celulares, de las enzimas que reparan el ADN o de cómo actúa el sistema CRISPR en la edición genética. Justamente, una nueva versión de la herramienta CRISPR que permitiría editar las letras del material genético para el tratamiento de enfermedades corrigiendo mutaciones tanto en el ADN como en el ARN también ha sido uno de los descubrimientos del año 2017.
El nacimiento de un repositorio de artículos pre-print (bioRxiv) de biología de libre acceso, un nuevo fármaco (pembrolizumab) contra el cáncer basándose no en el órgano donde se origina sino en su ADN, la recuperación de hielo antártico congelado hace 2,7 millones de años, el estudio de los fósiles más antiguos de nuestra especie descubiertos en Marruecos con unos 300.000 años de antigüedad, el triunfo de la terapia génica para tratar enfermedades neuromusculares de bebés agregando un gen del que carecían sus medulas espinales o un pequeño detector de neutrinos completarían la lista de los logros más relevantes del pasado año.
Entre los grandes fracasos de la ciencia de 2017, Science destaca las medidas anti-ciencia de la administración Trump como la renuncia al acuerdo climático de París y los importantes recortes presupuestarios en investigación que movilizaron a científicos de todo el planeta en la Marcha por la Ciencia. También sobresalen negativamente los casos de acoso sexual y discriminación laboral en el mundo académico y científico, así como especies amenazadas con la extinción como la vaquita marina de la que solo quedan unos 30 ejemplares en el mundo.
De cara a este 2018, muchos parecen intuir que los grandes avances científicos se harán en algunos campos de los destacados anteriormente. Respecto a la edición genética, la herramienta copy-paste CRISPR, que nació gracias al español Francis Mojica (firme candidato al Nobel), continuará revolucionando la medicina. Hasta ahora ya ha sido empleada con ratones o puntualmente con un niño con piel de mariposa pero para el próximo año está previsto que se hagan varios ensayos clínicos con pacientes humanos con anemia o con el papilomavirus así como utilizarlo en la lucha contra el cáncer.
Otro de los grandes hitos que se espera para este año es la exploración espacial a Marte (una de las prioridades para Trump) gracias al lanzamiento del cohete Falcón Heavy o a la misión InSight de la NASA con la que se espera estudiar en detalle el interior y los movimientos sísmicos del planeta rojo. La NASA continuará también buscando nuevos exoplanetas cercanos a la Tierra. Además, se esperan nuevos avances en inteligencia artificial, la mejora de capacidades cognitivas de los humanos o investigaciones antienvejecimiento pero quizás lo más acuciante sea la lucha contra el cambio climático para lo que está previsto que en 2018 se prueben algunas estrategias pare reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera. Como intuyeron Sampedro y Gabilondo, la ciencia está evolucionando a un ritmo vertiginoso. Mantengan los ojos bien abiertos y sigan bien informados porque esto no ha hecho nada más que despegar.