Un insoportable hedor a cerdos

Un insoportable hedor a cerdos

Hasta los mentirosos compulsivos deben tener en cuenta cuándo se pierde la credibilidad y empieza el hazmerreír.

Casado, en un mitin en una ganadería de ÁvilaEuropa Press News via Getty Images

Cada persona es un microcosmos muy complejo y es imposible saber la

profundidad de su pensamiento en el momento de votar. En Estados Unidos hay una pregunta clásica sobre el candidato: ¿confía usted en él o ella?, ¿le compraría un coche usado? A la vista del encochinamiento de Pablo Casado en estos tiempos y de su escalada en el ranking mundial de insultos políticos, tengo mis dudas de que tuviera éxito como vendedor de vehículos de ocasión. Acabaría vendiendo buñuelos de viento.

La reiteración en la malcriadez, el uso de medias verdades para precocinar trolas sobre cualquier asunto que se le cruce en el camino, sin pensar en que la gente puede ser muy fiel al PP pero que siempre hay una gota que colma el vaso; decir una cosa y su contraria, con abuso de la ley del fonil (embudo) termina provocando lo que Josep Tarradellas consideraba mortal de necesidad: hacer el ridículo.

Hasta los mentirosos compulsivos deben tener en cuenta cuándo se pierde la

credibilidad y empieza el hazmerreir. Además, una cosa es la mentira y otra cosa el cambio de circunstancias que impiden cumplir lo prometido. Seguramente ni Rajoy ni Montoro mintieron cuando aseguraron que no subirían los impuestos, como les acusaba el PSOE, y luego los subieron, y de qué manera. Es posible que de verdad creyeran que ellos podrían hacerlo y que tomaran en serio sus propias fabulaciones.

Pero Pablo Casado, un típico producto del aparato, sencillamente utiliza dos

técnicas en forma de tenaza: por una parte abona el terreno con una andanada de afrentas y un amplio catálogo de ofensas personales y por la otra vienen las

patrañas, las paparruchas, los bulos; en suma, el artificio. Cuando nada se respeta, cuando se pierde el pudor, cuando se maneja con destreza de trilero el  enredo, para que algo quede en el ambiente, empiezan las deserciones por vergüenza ajena. Sobre todo cuando el hilo de embustes supera ampliamente la capacidad intelectual más limitada.

El verdadero objetivo no era patriótico pero sí clave para su estrategia de acoso: impedir que se aprobara para que así Bruselas no enviara a España 10.000 millones de euros de los fondos de reconstrucción poscovid

La batalla de Castilla y León pintaba dura desde el principio. El candidato

socialista, Luis Tudanca, ganó las elecciones en este feudo del PP en 2019, pero el popular Fernández Mañueco pactó con el ‘ciudadano’ Igea y, así, en despachos, el perdedor se convirtió en ensoberbecido vencedor. Al final, despidió al crédulo hombre de Arrimadas, machacó a Cs y convocó elecciones anticipadas creyendo que se le iban a multiplicar los panes y los peces como a Isabel Díaz Ayuso. De acuerdo con los planes de Teodoro García Egea, el afamado lanzador de pipas de aceitunas, ese es el camino más seguro hacia La Moncloa.

Partieron de una suposición: que iban a ganar por goleada. Ningunearon a Tudanca centrando sus ataques en Sánchez, lo cual puede tener efectos secundarios adversos: el candidato socialista autonómico no se ha quemado. Aparece en cambio como el hombre serio y alejado de la campaña barriobajera de una derecha en fase de histeria al que se le puede comprar un tractor usado.

De repente, el ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, se cruza en el camino con unas declaraciones sensatas pero inoportunas sobre un tema que en realidad el propio PP compartía. Fomentar la ganadería extensiva, la de los prados, y poner límites a la intensiva, esas granjas de concentración con cientos de vacas aprisionadas, que es cierto que crean problemas. A partir de ahí parece que don Teodoro ordena ordeñar esa ubre. Empiezan las fotos de los dirigentes del PP con decorado de vacas y ovejas felices comiendo aperitivos de amapolas. Que es precisamente la fórmula que proponía Garzón. Por si alguien empezara a pensar, pues cortina de humo al aire con lanzamiento de trolas populares… en ‘órganos de Stalin’.

Se han cansado de emponzoñar con suposiciones y falsedades la imagen de España en Europa con dados con plomo para impedir que Sánchez pueda administrar todo ese río de dinero

Lo mismo o parecido se repite en toda España. Por recordar los consejos de la

medicina preventiva, que trata de evitar el crecimiento de la obesidad infantil, la

diabetes, el alcoholismo, la hipertensión, todo eso que está en carteles pegados en las paredes de los Centros de Salud de toda España…. se monta el engaño: “El gobierno socialcomunista quiere arruinar a los cultivadores de remolacha porque dicen que el azúcar es malo para la salud”. No lo es en pequeñas dosis, lo es, y mucho, cuando se abusa. Lo mismo que la carne sea roja o merengada; igual que el vino o el agua con gas… o los salados, o tantas cosas. El veneno es la dosis, decía Paracelso. Da lo mismo. Si el esfuerzo inútil conduce a la melancolía, la persistencia en el truco del almendruco aflora el fraude. Los castellano-leoneses no son tontos; bueno alguno habrá, como en todas partes, pero la inmensa mayoría sabe separar la paja del trigo y cuándo ya está bien de burlas. Pero es que con el casadismo teodorizante es lo mismo se trate de lo que se trate.

Pura doctrina Aznar de gobernar sin complejos. En Lorca, Región de Murcia, se ha prefabricado un falso escándalo ex aequo por el PP y VOX: que los socialistas quieren acabar con la granjas de cerdos, importante negocio del municipio. Falso. Fake. La verdad es que había un amplio consenso en el Ayuntamiento para limitar las cercanías de estos almacenes de cebo al suelo urbano, a los colegios, a los centros de salud, a los cauces de agua y acuíferos, a los pozos… Lo que podría llamarse un cordón sanitario en uno de los términos municipales más extensos de España. Pues bien, infiltrados del PP y VOX exaltan a los ganaderos que en turba entran a la fuerza en el Pleno e intentan agredir a los concejales. Ya el 27 de julio de 2020 se había acordado la suspensión de licencias. ¿Y la salud pública? Silencio. Se rueda. Un enorme hedor a cerdos sopla en el ambiente.

Ya en diciembre pasado un juez señaló las nulas inspecciones y el negacionismo durante años del gobierno del PP en Murcia como causa del daño al Mar Menor. En enero la Unesco exigía a España que cierre las fincas junto a Doñana que el PP, Cs y VOX quieren legalizar. Mucho chau chau sobre la importancia mundial de este ecosistema mientras se esquilma. desvergonzadamente.

Son datos, no cuentos.

En esta campaña de intoxicación y furia lo último ha sido el esperpento en el

Congreso, cuando un diputado del PP, el fontanero que es la mano derecha de la mano derecha de Casado, hizo una chapuza que a pesar de todos los desvelos de Génova por abortar la reforma de la reforma laboral dio el voto que le faltaba a Sánchez para sacar adelante su propuesta. Casado ya contaba con la traición de los dos diputados de UPN. La Unión del Pueblo Navarro había negociado su apoyo con el presidente del Gobierno, pero se alinearon arguyen que motu proprio con los populares. También la reacción es insólita. Que si tongo, que si pucherazo. Como ironiza Zapatero, “ el gol en propia puerta sube el marcador”. En ocasiones anteriores muchos diputados se han equivocado al votar, presencial o telemáticamente, incluso los principales líderes, y nunca se ha repetido la votación.

Lo votado, votado está. Es lo que hay y que todos han aceptado con elegancia, o fair play. Menos esta vez, porque el verdadero motivo no era una reforma

electoral acordada por los agentes sociales, la patronal y los sindicatos, como

quería la UE. El verdadero objetivo no era patriótico pero sí clave para su

estrategia de acoso: impedir que se aprobara para que así Bruselas no enviara a España 10.000 millones de euros de los fondos de reconstrucción poscovid.

Lo han venido intentando desde que se dio luz verde a estas ayudas. Se han

cansado de emponzoñar con suposiciones y falsedades la imagen de España en Europa con dados con plomo para impedir que Sánchez pueda administrar todo ese río de dinero. Porque eso sería muy ‘peligroso’ para la estrategia de desgaste sin cuartel que lleva a cabo Casado en dura competencia con Abascal: suben las pensiones, sube el SMI, suben los contratos indefinidos, baja el paro, baja la brecha social que tanto ha preocupado a los organismos internacionales… Por eso las constantes romerías y denuncias a las instituciones europeas. ¡Y viva España!

Dijo la calmada y muy educada Nadia Calviño que qué le pasaba a Casado, que si estaba desequilibrado. Bueno, lo que se dice equilibrado, equilibrado, desde luego en las sesiones de control del Congreso y en los mítines no lo parece.

Mientras tanto se esparce el olor a bosta y boñiga de norte a sur y viceversa.

Incluyendo los banquillos.

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Empezó dirigiendo una revista escolar en la década de los 60 y terminó su carrera profesional como director del periódico La Provincia. Pasó por todos los peldaños de la redacción: colaborador, redactor, jefe de sección, redactor jefe, subdirector, director adjunto, director... En su mochila cuenta con variadas experiencias; también ha colaborado en programas de radio y ha sido un habitual de tertulias radiofónicas y debates de televisión. Conferenciante habitual, especializado en temas de urbanismo y paisaje, defensa y seguridad y relaciones internacionales, ha publicado ocho libros. Tiene la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.