El responsable del OIEA aclara qué ocurre, qué puede ocurrir (y qué no) en la central nuclear de Zaporiyia tras el ataque a la presa

El responsable del OIEA aclara qué ocurre, qué puede ocurrir (y qué no) en la central nuclear de Zaporiyia tras el ataque a la presa

Descarta que la situación sea comparable, "ni en el peor de los escenarios", al accidente de Chernóbil, aunque sí habla de una situación "seria".

Exteriores de la planta nuclear de Zaporiyia, en una visita del director general del OIEA, Rafael GrossiAnadolu Agency via Getty Images

"Una situación seria, muy seria, pero no genera un pánico inmediato" es la que vive, a estas horas la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa. La voladura de la presa de Kajovka, en las inmediaciones, ha disparado el temor nuclear ante la pérdida de agua en esta planta. Un riesgo 'real' al que ha querido poner coto el director general del Organismo Internación de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.

El responsable de la institución de control de la cuestión nuclear ha aclarado en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE que "ni en el peor de los escenarios" la situación en Zaporiyia podría compararse con el desastre de Chernóbil en 1986.

El problema, según Grossi, es que la ruptura de la presa cercana ha motivado un descenso en los niveles de agua que se acumulan en un reservorio clave para la central. A un ritmo de "entre 5 y 7 centímetros por hora", el nivel del agua no deja de bajar. El principal problema llegaría, ha explicado el director del OIEA, "cuando el nivel de agua baje de los 10 metros no podrá ser bombeada hacia el reservorio y la central va a tener que 'arreglárselas' con el agua que ya tiene dentro de su perímetro".

Esto aseguraría reservas "para un tiempo", sin determinar cuánto, pero dejaría a la central de Zaporiyia en riesgo porque no habría posibilidad de renovar esa reserva acuífera. 

Preguntado por qué podría pasar entonces, Rafael Grossi ha querido marcar "el peor escenario que podría darse pero que hoy son puras especulaciones, nada real". Este sería que en la central, "al perder la capacidad de enfriamiento habría un derretimiento del núcleo reactor, conocido en inglés como meltdown, lo que genera una dispersión de radioactividad en el medio ambiente que puede llegar a ser muy grande y muy grave".

De haber un accidente en Zaporiyia no sería comparable a Chernóbil en cuanto a las características, sino que sería más parecido a lo de Fukushima
Rafael Grossi, director Organismo Internación de Energía Atómica 

El director del Organismo Internacional de la Energía Atómica ha remarcado que, si se llegase al peor de esos escenarios, "no sería comparable a Chernóbil en cuanto a las características, porque allí hubo una explosión de los reactores y eso motivó que se proyectará gran cantidad de radiactividad, sino que al ser un derretimiento sería más parecido a lo de Fukushima en 2011".

"Pero está en nosotros evitar algo así, como digo desde hace tiempo", ha seguido explicando, al detallar que "en Chernóbil se debió a una cantidad de errores técnicos motivado por un sistema extraño y opaco como era el soviético y en Fukushima fue un desastre natural con el tsunami y el terremoto, pero en Zaporiyia no habría más a quien culpar que a nuestra inactividad".

El alto mando nuclear se "abstiene" de opinar acerca de quién está detrás del ataque a la presa de Kajovka, pese a las reiteradas sospechas sobre el bando ruso. Al respecto, ha alegado que su organismo "es el 'cancerbero nuclear' y no debemos entrar en culpas sin tener la información completa". "A mí lo que me interesa es evitar un accidente nuclear y en eso estoy", ha añadido, descartando casi con total probabilidad un conflicto nuclear en esta guerra.

Armas nucleares, un extremo "muy poco probable"

"La utilización de armas nucleares la veo muy poco probable. Ha habido momentos de esta guerra en los que se ha hablado con demasiada ligereza de este asunto", ha proseguido, cuestionado sobre esta recurrente amenaza. 

Para Grossi, "tanto Rusia como Ucrania, como España, son países nucleares. Por tanto tienen un conocimiento cabal de lo que técnicamente significan que una central nuclear sea afectada". 

Y volviendo a su argumento anterior, ha remarcado que "en una guerra nada puede ser excluido, pero ese ataque nuclear no parece probable. Lo que sí es una posibilidad es un accidente nuclear y es lo que estamos analizando".

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es