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En Finlandia sigue desplomándose la extrema derecha frente al avance de la izquierda: ¿qué está pasando?

En Finlandia sigue desplomándose la extrema derecha frente al avance de la izquierda: ¿qué está pasando?

Las severas políticas de austeridad del Gobierno finlandés, en el que participan los ultras del Partido de los Finlandeses, pasan factura a una extrema derecha que creció tras asegurar que defendería a unos trabajadores cada vez más pobres.

Manifestación en Finlandia contra la extrema derecha.Antti Yrjonen/NurPhoto

Aunque con menos carisma y sin duda una atención muy inferior, hay en Finlandia un Gobierno que ha encontrado en Margaret Thatcher su modelo. Una coalición de la derecha y la extrema derecha que, nada más llegar al poder, implementó drásticos recortes del gasto público, sobre todo en Sanidad, al mismo tiempo que rebajó impuestos a los más ricos. Con la excusa thatcherista de equilibrar el presupuesto del país, el Ejecutivo finés, según Amnistía Internacional, se afanó en abordar severas medidas de austeridad que, sorpresa, se han topado ahora con el rechazo de la mayoría de la población. En las recientes elecciones municipales y regionales del pasado 13 de abril, planteadas casi como un referéndum por los recortes, el Gobierno perdió, debido sobre todo al desplome de la extrema derecha.

La ultraderecha del Partido de los Finlandeses, se dejó casi un 7% de los votos en comparación con 2021. El Partido Socialdemócrata de la exprimera ministra Sanna Marin, se convirtió en el partido más votado con su mejor resultado en dos décadas, con un 5,3% más, y la Alianza de Izquierdas aumentó sus votos en un 1,3% superando a la extrema derecha y a los verdes. Mientras, la derecha del actual primer ministro, Petteri Orpo, se dejó en 1,2% en las regionales aunque, eso sí, ganó medio punto en las municipales. La extrema derecha, al final, es la que más notó el descalabro tras haberse presentado en los últimos años como verdadera defensora de unos trabajadores cuyos derechos ahora asola con sus políticas presupuestarias. La líder del Partido de los Finlandeses, Riikka Purra, es la ministra de Economía.

En Jacobin, Li Andersson, eurodiputada de una Alianza de Izquierdas que logró un resultado histórico en las últimas elecciones europeas, explicaba el resultado de las elecciones de abril: "Ya no somos realmente un país nórdico modelo. Finlandia es un lugar donde hemos visto realmente lo que significa la cooperación entre la derecha y la extrema derecha. Han impuesto recortes históricos a la seguridad social y la sanidad y han aplicado una serie de reformas del mercado laboral muy criticadas. [...] Si nos fijamos en el resto de Europa, estos partidos todavía se permiten el lujo de presentarse simplemente como la voz del pueblo. Pero aquí podemos ver realmente lo que hacen cuando están en el poder. La gente ha sentido el impacto de sus políticas. Y es simplemente thatcherismo aderezado de racismo".

Según el medio público finés Yle, el Instituto Finlandés de Salud y Bienestar ha advertido de un aumento de la tasa de pobreza en 1,7 puntos en el país debido a las políticas del Gobierno. Unas 100.000 personas más en situación de pobreza, sobre todo personas desempleadas y estudiantes. Este año, Amnistía Internacional realizó un informe para examinar el impacto de las medidas de austeridad en el derecho a una vivienda digna. Según la organización, las medidas de austeridad sistemáticas y generalizadas, dirigidas a la seguridad social, los servicios sociales y el apoyo para la creación de viviendas asequibles, "han frenado décadas de éxito excepcional en la reducción del sinhogarismo". El número de personas sin hogar, alerta Amnistía, "está aumentando por primera vez en más de una década, al igual que otros indicadores de vivienda inadecuada: los desahucios, la sobrecarga del coste de la vivienda y la necesidad de servicios relacionados con la vivienda". Avisan, además, de que mientras "un número creciente de personas vive en condiciones de vivienda precaria", lo que hace el Gobierno es planear "nuevas medidas de austeridad".

A las políticas de austeridad se suman además, como es habitual en los Gobiernos participados por la extrema derecha, normas muy restrictivas con la migración. El ejecutivo finés quiere prohibir el rechazo a inmigrantes de terceros países que lleguen a Finlandia a través de Rusia. Amnistía Internacional, de nuevo, advierte del incumplimiento de los derechos humanos. "Esta ley – ha señalado Dinushika Dissanayake, directora regional adjunta de AI para Europa – socava gravemente el acceso al asilo y la protección frente a la devolución en Finlandia. No solo pone en peligro los derechos de las personas que buscan seguridad, sino que, además, conducirá a la arbitrariedad y la violencia en la frontera". La norma "nunca debió haberse aprobado". "Es incompatible con la recién aprobada normativa de la UE sobre crisis y fuerza mayor. Va más allá de todos los poderes otorgados por la legislación de la UE y esperamos que la Comisión Europea examine rigurosamente su legalidad", han pedido desde Amnistía.

Eso del paraíso progresista y más feliz del mundo, dos definiciones que siempre se les ha otorgado a Finlandia más allá de sus fronteras, ya no es tan así. Quizás el mejor ejemplo esté en lo que hace un tiempo escribió Mike Watson en The Guardian. A finales de 2024, contó su experiencia después de mudarse al país. "Me mudé a Finlandia creyendo que era un sueño progresista. No ha sido así", resumió. Watson destacó incluso que un 25% de los estudiantes tienen dificultades para comprar comida. Sí, en Finlandia. En otro artículo escrito hace unos días, después de las elecciones locales y regionales, Watson se mostró más esperanzado. En su opinión, estos resultados pueden apuntar a un "comienzo de la primavera en toda Europa". Al menos, defiende, Finlandia demuestra "que los recortes a la asistencia social y al gasto público son populares hasta que afectan a los votantes" y "que las políticas progresistas atraen a los votantes cansados de la austeridad".

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Hay que tener en cuenta, pese a todo, que en las elecciones locales y regionales participa menos gente que en unas generales. Pasó lo mismo en las europeas, en las que también cayó la extrema derecha frente al avance de la izquierda. Pero, de igual modo, la ultraderecha finlandesa está cayendo también en las encuestas de cara a unos comicios que están previstos para 2027. Mientras, han encontrado ya un culpable que explique su declive: los medios de comunicación.