La excepción nórdica: por qué en Finlandia, Suecia y Dinamarca crece la izquierda y cae la extrema derecha

La excepción nórdica: por qué en Finlandia, Suecia y Dinamarca crece la izquierda y cae la extrema derecha

Al contrario que en el resto de Europa, la ultraderecha pierde apoyo en el Norte de Europa, con una izquierda en resultados históricos.

Li Andersson, de la Alianza de Izquierdas de Finlandia, obtuvo un resultado histórico en las europeas.Antti Yrjonen

“Los puntos positivos en las elecciones de la Unión Europea son pocos, pero existen”. Esta pequeña luz al final del túnel la pone en el periódico sueco Aftonbladet el politólogo neerlandés experto en extrema derecha Cas Mudde. Si bien es cierto que los comicios demostraron el esperado auge de la extrema derecha y la caída de la izquierda, no conviene ser derrotista. “Aunque a la extrema derecha le fue bien en la mayor parte de Europa”, sostiene Mudde, “los resultados fueron peores” de lo que esperaban. Es el caso de los países nórdicos.

Finlandia, Suecia y Dinamarca han protagonizado este domingo una suerte de oasis electoral. Al contrario que en el resto de Europa, la extrema derecha ha perdido posiciones y la izquierda ha crecido. En Finlandia, la Alianza de Izquierdas obtuvo el mejor resultado desde hace 45 años; en Suecia, el Partido de la Izquierda fue el que más aumento; y en Dinamarca, la Izquierda Verde logró ser el partido más votado.

Los factores para entender la excepción nórdica, si se le puede llamar así, son diversos. En el caso de Finlandia, donde se puede votar directamente a los candidatos, tuvo mucho que ver la popularidad de Li Andersson, de la Alianza de Izquierdas finlandesa. Hasta ella mostró su sorpresa al conocer que habían obtenido diez puntos más que en las anteriores europeas. Según han comentado algunos miembros del partido, la “campaña de barro” que sufrieron por parte de sus detractores, que intentaban relacionarles con “sentimientos prorrusos”, jugó a su favor. “La gente votó con corazón”, detallaba uno de sus candidatos. Allí, los ultraderechistas Verdaderos Finlandeses vieron caer su apoyo de forma drástica. Obtuvieron seis puntos menos que en los anteriores comicios.

Algo parecido ha ocurrido en Suecia, donde la extrema derecha de los Demócratas Suecos retrocedió dos puntos, siendo la primera vez que pierden apoyo, mientras el Partido de la Izquierda aumentó su apoyo en cuatro puntos, alcanzando el 11% de los votos. Los socialdemócratas, además, que recibieron la mayor cantidad de votos (24,9%) no habían crecido en unas europeas como sucedió este domingo. Por otro lado, los verdes superaron a la extrema derecha y se situaron como el tercer partido más apoyado.

En el caso sueco, el partido de extrema derecha ha tenido que lidiar durante las últimas semanas con una investigación periodística que reveló que la formación había estado utilizando cuentas troll en redes sociales para, además de lanzar sus mensajes ultraderechistas, atacar incluso a sus socios en el Gobierno. Esta misma noche, tras el seguimiento electoral, de nuevo el periodismo les ha puesto en una situación límite. Uno de sus diputados fue pillado cantando una canción de corte nazi.

En Dinamarca, por otro lado, la Izquierda Verde ha sido el partido más votado, logrando el 17,4% de los votos. Allí, los socialdemócratas han quedado segundos, aunque también han perdido bastante apoyo. Sin embargo, los peores parados han sido los ultraderechistas y los conservadores, que tan solo han logrado un escaño cada uno.

También en Aftonbladet, la profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Gotemburgo Marie Demker apunta a una serie de factores que pueden explicar lo sucedido en los países nórdicos. Según cuenta, “cuestiones como el clima y el medio ambiente ocupan un lugar destacado entre los votantes, a diferencia de lo que ocurre en Alemania o Francia”. Asimismo, considera que “la mayoría de la población está a favor de pertenecer a la UE”, y algunos partidos de extrema derecha, aunque ahora varíen sus posiciones, siempre han estado por una salida tipo Brexit. Pero quizás lo más reseñable sea que en estos países el voto a la extrema derecha “no es de protesta” porque, por ejemplo, tanto Verdaderos Finlandeses como Demócratas Suecos forman parte del Gobierno. Eso y la baja participación. En Suecia, a los ultraderechistas les cuesta movilizar a su votante, mucho más en unas europeas.

El análisis de Mudde es similar. El experto en extrema derecha no cree que exista una excepcionalidad nórdica a nivel político. El politólogo habla de “elecciones de segundo orden”. En las europeas, explica, “los partidos gubernamentales tienden a ser castigados y los partidos de la oposición obtienen buenos resultados”. Además, trata de explicar que el pensamiento europeo debe cambiar. Los partidos de extrema derecha siempre han tenido mucho apoyo en este tipo de contiendas, pero eso sucedía cuando aún se les podía considerar partidos pequeños, algo que ya no ocurre. Se han normalizado.

Aunque Mudde no ve muchos motivos para celebrar, sí cree que hay esperanza: “La extrema derecha no representa al pueblo, solo a una minoría del pueblo. Hay muchos más europeos que se distancian de los partidos y la política de extrema derecha”.