Estampida de rusos a un paraíso para eludir sanciones: Están creando un "pequeño Moscú"
"Es repugnante que los rusos puedan sentarse tranquilamente en la playa mientras su presidente invade una nación soberana. Una prohibición de la inmigración de rusos sería un arma poderosa para poner fin a la guerra", dice un tailandés.

Tailandia se ha convertido en un paraíso para los rusos. Viajan allí no sólo de vacaciones, sino también para comprar bienes inmuebles. Así eluden las sanciones por la guerra en Ucrania, impuestas por buena parte de los países occidentales por su invasión de 2022.
Ciudades como Pattaya y la isla de Phuket atraen en masa a los turistas rusos ofreciendo lujo, entretenimiento y servicios adaptados a sus necesidades.
Pero la creciente presencia rusa ha provocado controversias entre lugareños y visitantes, debido a las diferencias culturales y la crisis geopolítica que rodea la contienda, como explica un reportaje del diario polaco Onet.
Los rusos, explica, acuden ahora de forma muy visible a Pattaya, para disfrutar de sus tesoros: centros comerciales, cabarés y clubes abiertos las 24 horas del día y a precios razonables. Muchos de ellos han apostado incluso por la zona para comprar una residencia de vacaciones, estable. Y hasta se han multiplicado los casos de multipropiedad.
Para las empresas locales, la afluencia de turistas rusos supone un impulso financiero, especialmente en el sector hotelero e inmobiliario. Han florecido los restaurantes, bares y hoteles que atienden a huéspedes de habla rusa. Sin embargo, la creciente presencia rusa también está provocando reacciones encontradas entre los lugareños y otros viajeros.
En medio de la actual crisis geopolítica por la invasión rusa a Ucrania, algunos turistas y locales están frustrados por la facilidad con la que los rusos continúan viajando y disfrutando de destinos recreativos como Pattaya.
"Es repugnante que los rusos puedan sentarse tranquilamente en la playa mientras su presidente invade una nación soberana. Una prohibición de la inmigración de rusos sería un arma poderosa para poner fin a la guerra", comentó una de esas personas entrevistadas.
Aunque Tailandia se mantiene neutral en el conflicto, evitando sanciones directas contra los turistas rusos, el debate sobre su presencia en la ciudad de Pattaya continúa. Además, este no es el único lugar de Tailandia que gusta a los rusos. La isla de Phuket también ha sido un lugar de refugio para ellos durante los últimos tres años durante la invasión de Ucrania. Aquí es donde escapan del servicio militar obligatorio, de la opresión política y del impacto económico de las sanciones occidentales.
Los representantes del sector turístico no se quejan de esta situación. Algunos restaurantes han comenzado a servir los platos favoritos de los rusos, los gimnasios ofrecen baños de hielo y saunas, y un lugar de entretenimiento ha comenzado a organizar noches de cine y presentaciones en vivo, en ruso.
Phuket se está convirtiendo en el "Pequeño Moscú", bromea Boon Yongsakul, vicepresidente de la Asociación Inmobiliaria de Phuket. Según datos de la Policía Turística de Phuket, a partir de 2022, los rusos constituyen el grupo más grande de visitantes extranjeros. El número de visitantes rusos se cuadriplicó hasta alcanzar 1,03 millones al año.
Tailandia tiene hambre de más turistas, por lo que está animando a los rusos a venir. La Autoridad de Turismo de Tailandia pretende atraer a 2,2 millones de turistas rusos este año, en comparación con los 1,7 millones de 2024. En 2023, Moscú abrió un consulado en Phuket para atender al creciente número de ciudadanos rusos.
"A medida que más y más personas se dan cuenta de que aquí es seguro, las comunidades rusas se hacen cada vez más grandes", dijo Yongsakul. “Tienen sus propias iglesias, sus propios negocios, su propia comida”, añadió.
Tailandia también está facilitando a los extranjeros la compra de propiedades, lo que supone una bendición para los rusos que buscan un lugar donde guardar su dinero.
Y aunque la llegada de los rusos ha generado crecimiento económico, no todos están contentos con su visita. "Es algo positivo para la propiedad, pero no para la comunidad en su conjunto", comenta Yongsakul.
Los rusos traen dinero, pero no llega a los tailandeses. Los turistas rusos utilizan las ofertas de sus agencias de viajes y operadores turísticos, por lo que el dinero regresa a Rusia. Los residentes también señalan las diferencias culturales entre los ciudadanos tailandeses y rusos, que en última instancia conducen al caos y a una pérdida de calidad de vida.
