La Global Sumud Flotilla, el mayor intento de romper el bloqueo israelí de Gaza, zarpa este domingo desde España
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La Global Sumud Flotilla, el mayor intento de romper el bloqueo israelí de Gaza, zarpa este domingo desde España

"Si Israel sigue teniendo relaciones diplomáticas, políticas o comerciales con otros Gobiernos no verá ninguna razón para poner fin a la ocupación", cuenta Saif Abukeshek, uno de los coordinadores de la acción.

Saif Abukeshek, uno de los coordinadores de la Global Sumud Flotilla.Chedly Ben Ibrahim/NurPhoto

"No hay ningún palestino que pueda ver lo que está ocurriendo en Gaza y no dé lo máximo que pueda para que Israel pare el genocidio". Quien habla así es el activista hispanopalestino Saif Abukeshek, uno de los coordinadores de la Global Sumud Flotilla, "el mayor intento de romper el asedio ilegal israelí sobre Gaza" que zarpará desde España este domingo, 31 de agosto. El propio Abukeshek se embarcará en uno de los muchos buques que saldrán del puerto de Barcelona para reunirse con otros tantos el 4 de septiembre en Túnez, desde donde buscarán llegar por mar a Gaza. Tras los frustrados intentos del Madleen o el Handala, ambos interceptados en aguas internacionales por el Ejército israelí, esta vez la flotilla reunirá más de 40 barcos con tripulación civil proveniente de más de 40 países.

La idea de organizar esta gran flotilla surgió en junio. Según recuerda Abukeshek, que atiende a El HuffPost por teléfono, aquel mes se intentó romper el bloqueo "por tres vías, tierra, mar y aire, con el Madleen, la Global March To Gaza y el convoy del norte de África". "Los organizadores de los tres espacios nos hemos coordinado y hemos dicho: hay que seguir escalando, presionando. Vayamos ahora todos juntos por un solo camino, el mar", detalla el activista. El principal riesgo, de nuevo, es que Israel intercepte a los barcos, si bien esta vez serán unos cuantos. "Su reacción - explica Abukeshek - dependerá de la presión que se haga a nivel internacional. La manera en la que Israel actúa responde siempre a la complicidad de los Gobiernos y Estados. Ahora irá en la misma línea. Dependerá de la presión política, de si los Gobiernos hacen su trabajo. Nosotros haremos el nuestro, y si lo hacemos es porque los Gobiernos han fracasado en su principal responsabilidad, proteger a las personas".

Pese a la respuesta habitual de Israel, que bloquea el acceso y la llegada de ayuda a Gaza, Saif Abukeshek y sus compañeros confían en poder alcanzar la Franja. "Si no tenemos esperanza, no habríamos organizado todo esto. El momento del fracaso llega cuando se pierde la esperanza", cuenta el activista, que insiste: "Israel no va a parar el genocidio hasta que empiece a tener un coste. Si sigue teniendo relaciones diplomáticas, políticas o comerciales con otros Gobiernos, si no tiene consecuencias, no verá ninguna razón para poner fin a la ocupación".

Los intentos por llegar a Gaza a través del mar Mediterráneo se remontan al año 2008, cuando por primera vez dos buques de pesca cargados de ayuda humanitaria, el Liberty y el Free Gaza, pudieron atracar en la Franja después de que en 2007 Israel, pero también Egipto, bloquearan el acceso a Gaza por tierra, mar y aire. En uno de los barcos viajaba el activista de los derechos humanos nacido y criado en Khan Younis Musheir El-Farra. "Por primera vez en mi vida, fui a Gaza sin ser humillado, sin tener que pedir permiso a Israel. Lo logramos. Por fin lo logramos. Y ahora otros deben unirse a nosotros y hacerlo también", dijo tras el éxito del trayecto. El pasado mes de octubre de 2023, El-Farra estaba de regreso en Khan Younis y fue testigo de un bombardeo israelí a un bloque residencial que mató a 16 de sus familiares. "Cada noche oigo esos gritos, esos lamentos", contó el activista a The Guardian.

Desde aquella ruptura exitosa del bloqueo naval, solo cuatro viajes más tuvieron el mismo resultado. Ninguno más. Israel no permitió que ningún otro barco llegara a la Franja. En 2010, el Ejército israelí asaltó la Flotilla de la Libertad y asesinó a una decena de activistas del barco turco Mavi Marmara. Quince años después, el Gobierno de Benjamin Netanyahu continúa con el envío de equipos de élite de las fuerzas militares israelíes para impedir la llegada de más barcos. Los últimos intentos fueron los de los buques Conscience en mayo, el Madleen en junio y el Handala en julio. Mientras el primero fue atacado por drones, Israel asaltó los dos últimos, detuvo a sus tripulantes y los deportó, como contó a El HuffPost uno de ellos, Sergio Toribio.

Toribio viajaba a bordo del Madleen junto a la activista Greta Thunberg, que también viajará en uno de los barcos que saldrán este fin de semana. Thunberg forma parte además del Comité Directivo de la Global Sumud Flotilla, "ayudando a guiar la misión y a difundir su mensaje de resistencia no violenta, solidaridad y liberación palestina".

La Global Sumud Flotilla zarpará pocos días después de que la ONU declarase de manera oficial la hambruna en Gaza. Según Naciones Unidas, solo en julio se identificaron más de 12.000 niños con desnutrición aguda. El Gobierno de Israel, por su parte, intensifica sus ataques. Tras amenazar con un asalto definitivo a la ciudad de Gaza, esta semana el mundo entero pudo ver cómo Israel atacó dos veces consecutivas el hospital Nasser, asesinando a al menos 20 personas, cinco de ellas periodistas. La Corte Penal Internacional mantiene activa la orden de arresto contra el primer ministro israelí por posibles crímenes de guerra y de lesa humanidad.

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Me llamó Héctor Juanatey, aunque como dice Xoan Tallón, eso no importa, todo el mundo tiene un nombre. Me gusta escribir y contar cosas. En El HuffPost escribo de política, y como política lo es todo, decirles esto es como decir todo y decir nada.

 

Sobre qué temas escribo

En El HuffPost escribo, como ya les dije, de política, que es todo. Si quisieran entrar más en detalle, les cuento: por gustar, me gusta escribir de todo aquello que me preocupa dentro y fuera de la redacción. En los últimos años, por ejemplo, he estado investigando el ascenso de la extrema derecha, una suerte de virus invisible que crece cada día más. Un crecimiento, sin embargo, que también tiene responsables, y en ellos me gusta fijarme, ya sea Elon Musk, Mark Zuckerberg o influencers de ultraderecha con cada vez más adeptos. Pero también la política es causa de la desafección de la que beben los ultras. De ahí que no haya que olvidarse nunca de temas fundamentales como la vivienda; en definitiva, de las condiciones materiales de la ciudadanía. Por ese motivo, también, y desde la cobertura que hice para Público durante el 15M en la Puerta del Sol, en Madrid, he centrado gran parte de mi trabajo en las diferentes reivindicaciones de la movilización social. Sospechen siempre de aquellos periodistas que acostumbran a agobiar con la cantinela de la objetividad. Al final, solo buscan desprestigiar el sentido mismo de la profesión.

 

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Pese a todas las advertencias, desde que me decanté por estudiar periodismo (Licenciatura y Máster en Periodismo de Investigación), a excepción de un parón en el que trabajé en discurso y comunicación política, he tenido la suerte de dedicarme a escribir. Empecé en La Voz de Galicia y, tras dejar la terruña (Galicia) y mudarme a la capital en busca de oportunidades laborales, pasé por Público, La Sexta, fui redactor fundacional de eldiario.es, y he escrito para un buen número de medios como Praza.com, la revista Luzes, Playground Magazine, La Marea, Vanity Fair o CTXT. En una ocasión estuve en el campamento de refugiados de Dajla, en el Sahara, y de allí me traje unas breves anotaciones que fueron publicadas como libro, ‘Dajla. Apuntes desde o Sahara’, editado por Praza. En otra, entrevisté a Txema Guijarro, una de las personas que trabajó en el asilo de Julian Assange y Edward Snowden, y esos diálogos se transformaron también en libro, ‘El analista. Un espía accidental en los casos Assange y Snowden’, de Libros del KO. En otro lapso de tiempo, creé junto a los cómicos Facu Díaz y Miguel Maldonado un programa de humor, La Tuerka News, porque tengan claro que sin risas nos vamos a la m*****.

 


 

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