Luz ámbar y listo para arrancar el plan sin precedentes de crear el túnel submarino más largo y profundo del mundo en condiciones extremas
El túnel tendrá una longitud de aproximadamente 26,7 kilómetros, y su punto más profundo alcanzará los 392 metros por debajo del nivel del mar.
En la costa occidental de Noruega se alza una obra de ingeniería sin precedentes: el túnel submarino Rogfast. Esta megaestructura, proyectada para convertirse en la carretera bajo el mar más larga y profunda jamás construida, atravesará fiordos, montañas y rocas sólidas, conectando puntos claves del litoral noruego.
El túnel tendrá una longitud de aproximadamente 26,7 kilómetros, y su punto más profundo alcanzará los 392 metros por debajo del nivel del mar. Para permitir el tráfico en ambas direcciones de forma fluida, Rogfast contará con dos tubos paralelos, cada uno con dos carriles de circulación. Además, una característica singular del proyecto es una rotonda subterránea doble, situada a unos 260 m bajo el mar, desde la cual partirá un acceso hacia la isla de Kvitsøy.
La motivación detrás de Rogfast es ambiciosa: sustituir los transbordadores que actualmente cruzan los fiordos, creando una conexión continua en la autopista costera E39. Esto reducirá drásticamente los tiempos de viaje —por ejemplo, entre las ciudades de Stavanger y Bergen se estima un ahorro de unos 40 minutos—, e incrementará la fiabilidad del transporte, independientemente del clima o del estado del mar.
Construir un túnel de semejante magnitud implica enormes desafíos técnicos: soportar la presión del agua a gran profundidad, asegurar la impermeabilización, garantizar la ventilación, la evacuación y la seguridad de miles de vehículos al día. Aun así, los responsables del proyecto planean abrir Rogfast al tráfico en 2033, con una inversión estimada en unos 25.000 millones de coronas noruegas.
Rogfast representa —más allá de un récord técnico— un salto hacia una movilidad más fluida, eficiente y resistente ante las barreras naturales. Una apuesta de futuro que podría transformar radicalmente los desplazamientos en la costa oeste noruega.
A medida que avanza la excavación, el proyecto se ha convertido también en un símbolo del compromiso noruego con las infraestructuras de alta complejidad: un laboratorio a escala real donde se aplican tecnologías de monitorización, modelado digital y seguridad que podrían marcar el estándar de los grandes túneles del futuro. Para Noruega, Rogfast no solo conectará regiones, sino que superará incluso los obstáculos naturales más imponentes pueden superarse con ingeniería precisa, planificación rigurosa y una visión clara de desarrollo territorial.