Stoltenberg, a Zelenski: "Hoy nos reunimos como iguales, anhelo el día que sea como aliados"

Stoltenberg, a Zelenski: "Hoy nos reunimos como iguales, anhelo el día que sea como aliados"

El secretario general de la OTAN da un espaldarazo clave a Ucrania en la cumbre de Vilna, mientras el mandatario ucranio considera que "lo óptimo" habría sido una "invitación formal" a la Alianza Atlántica.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y el secretario general de la OTAN, Jens Stolteberg, durante la cumbre de Vilna (Polonia).
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y el secretario general de la OTAN, Jens Stolteberg, durante la cumbre de Vilna (Polonia).Sean Gallup/Getty Images

Zelenski llegó a Vilna (Polonia) con el mismo objetivo con el que ha mantenido cada contacto con la OTAN. Llegó en busca de algo más que una promesa de futuro, un compromiso claro que les asegure que mientras se defienden del invasor ejército ruso, algún día la puerta de la Alianza Atlántica estará abierta para Ucrania. Las propias declaraciones del secretario general, Jens Stoltenberg, apuntan a que se abrirá, pero de momento no con las garantías ansiadas.

"Hoy nos encontramos como iguales. Espero con ansia el día en que nos encontremos como aliados", expresó el líder de la Alianza Atlántica durante la rueda de prensa conjunta, previa al Consejo OTAN-Ucrania, en un fiel retrato del argumentario del sentir mayoritario de los países integrados en la organización militar. Mientras continúe la invasión rusa, la entrada de Ucrania en la OTAN es imposible.

Por su parte, Zelenski, fiel a su perfil diplomático, agradeció todo el apoyo recibido por parte de los aliados, pero no ocultó que se trata de un espaldarazo, cuanto menos, tibio. Deslizó, al lado de Stoltenberg, que "lo óptimo" habría sido una "invitación formal". 

Hacia el compromiso de seguridad a largo plazo y nuevos paquetes de ayuda militar

"Tenemos en nuestra agenda tres prioridades: la primera son los paquetes de armamentos, la siguiente la invitación al ingreso, que será cuando se den las condiciones, y la tercera las garantías de seguridad en el camino a la incorporación a la OTAN", resumía a su llegada al acto internacional. 

El primer punto, como en anteriores cumbres de la OTAN, ya venía muy avanzado a falta de que se confirme un pacto adoptado en el seno del G7 para dar garantías de seguridad a Ucrania a largo plazo. Además, Zelenski anunció encuentros bilaterales con los mandatarios canadiense, galo y británico, Justin Trudeau, Emmanuel Macron y Rishi Sunak. 

Eso si bien Francia ya había confirmado ayer que enviarán a Ucrania misiles SCALP de largo alcance y después de que Reino Unido confirmase mediante comunicado de Downing Street que entregarán más de 70 vehículos de combate a Ucrania para garantizar que las fuerzas de ese país tengan los medios para transportar municiones y equipos vitales, así como evacuar a soldados heridos. También se suministrarán municiones adicionales y el equivalente a 50 millones de libras (58 millones de euros) para el mantenimiento de equipos.

El otro gran asunto de la Cumbre de Vilna (respecto a Ucrania, porque la cita está marcada por el desbloqueo turco a la adhesión de Suecia) ha sido precisamente en paralelo ese acuerdo, aún en curso, del G7. Ya ha despertado la ira de Moscú, en boca del portavoz del Kremlin: "Al proporcionar garantías de seguridad a Ucrania, (el G7) atenta contra la seguridad de Rusia", declaró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, tachando el hipotético compromiso de algo "extremadamente erróneo y potencialmente muy peligroso".

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Soy redactor de actualidad en El HuffPost, donde cada día realizo un seguimiento de todo lo que está pasando y marcando la jornada, con el único objetivo y árdua tarea de trasmitírselo a nuestros lectores de una forma en la que conozcan el contexto y el trasfondo más allá de un mero titular. Es decir, para que tu cuñado no pueda colártela otra vez.

 

Sobre qué temas escribo

Aunque en el día a día acabe escribiendo de cualquier cosa que suceda en el mundo, “puede que me recuerdes” de algunas temáticas que suelen quitarme el sueño con especial frecuencia. Me gusta escribir de política internacional, sobre todo cuando esta es eufemismo de atroces injusticias contra los derechos humanos o el medio ambiente, así como para acercar causas sociales que pasarían inadvertidas (la siguiente podría ser la tuya, así que escríbeme). La morriña también me devuelve en ocasiones a Galicia, sobre todo para que sus historias no se pierdan en el camino a la meseta.

 

Mi trayectoria

Antes de llegar a El HuffPost en 2021, fui periodista en La Voz de Galicia durante cinco años. En aquella etapa también pasé por los micrófonos de ‘Radio Voz’, en distintos programas radiofónicos. Y, aunque parezca poco probable, bebía más café que en la actualidad.


Soy de Ribeira, una bella localidad coruñesa que probablemente recuerdes del marisco, las páginas de sucesos o de personalidades de las que solemos presumir (tenemos a la triplista olímpica Ana Peleteiro y a una de las Tanxugueiras).


Aunque bromeo con que soy doctorado en Periodismo Gonzo, en realidad solo soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), pero, eso sí, tengo la orla de la misma tienda que la que se la hizo al rey Felipe VI. Aquellos años en Madrid me sirvieron para conocer la ciudad, pero también para entender que el mercado de la vivienda aún podía ir a peor. Ah, también tengo otra identidad secreta bajo la que hago rap o escribo poesía y que solo revelé en la redacción para que me dejasen entrevistar a artistas.

 


 

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