Ucrania se suma a la letal guerra de motocicletas de Rusia pero no puede permitirse tantas bajas en sus filas
Su población es limitada y el margen para asumir bajas es mucho menor.

La guerra entre Rusia y Ucrania ha visto la aparición de tácticas cada vez más extremas. Una de las más inquietantes es el uso de motocicletas para asaltos relámpago, una estrategia que, tras verse en el frente oriental, ahora se replica en el sur del país, específicamente en la región de Zaporiyia. Los resultados son igual de sangrientos: decenas de soldados rusos son abatidos antes siquiera de alcanzar sus objetivos.
El viernes, la fuerza de tarea sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania informó que tropas rusas atacaron "en la zona de Malynivka". Sin embargo, analistas geolocalizaron el enfrentamiento en Nesteryanka, a unos 64 kilómetros de distancia. A pesar del cambio de localización, el desenlace fue el mismo: fracaso total para las fuerzas rusas.
"Su plan estaba condenado al fracaso. Nuestros soldados respondieron a los asaltos en motocicleta con fuego denso y, como resultado, ¡todo el equipo enemigo se incendió! ¡Ni un solo ocupante pasó!", declararon desde el mando ucraniano a Euromaidan.
A pesar de su altísima letalidad, la táctica no es tan irracional como parece. Según explicó la unidad ucraniana de drones Peaky Blinders, "implica grandes pérdidas, pero aun así tiene consecuencias seguras".
La lógica rusa es que, aunque la mayoría de las motos y sus ocupantes sean destruidos por minas, drones o artillería, unas pocas unidades podrían infiltrarse y establecer una posición desde la cual expandir una brecha en las defensas ucranianas. "Detrás de ellos está el mismo grupo, y luego más y más", advirtieron.
Desafíos para Ucrania
La clave de esta estrategia está en la abundancia de personal. Con 30.000 nuevos reclutas al mes, incentivados por primas económicas y una narrativa de victoria, Rusia puede permitirse este tipo de ofensivas suicidas. Ni siquiera las pérdidas masivas en estos asaltos afectan significativamente su balance de tropas mensuales.
Ucrania, en cambio, enfrenta un dilema más complejo. Su población es limitada y el margen para asumir bajas es mucho menor. Por eso, sorprende que el 425.º Regimiento de Asalto Independiente ucraniano haya anunciado la formación de su propia compañía de motociclistas.
"Durante el entrenamiento, los combatientes pasaron cientos de horas al volante y practicaron tiro en movimiento, disparando miles de balas", afirmó el regimiento, con la misión de penetrar rápidamente las líneas enemigas y realizar ataques de alta movilidad.
Pero el riesgo es evidente. ¿Puede Ucrania permitirse el lujo de imitar una táctica que, por su propia naturaleza, supone la casi segura pérdida de los efectivos enviados al frente? ¿Aceptará la sociedad ucraniana las consecuencias humanas de estos asaltos?
Por ahora, Rusia sigue presionando al norte de Zaporiyia con seis o siete ataques diarios. "La mayoría de estos motociclistas son suicidas. Pero, aparentemente, están completamente satisfechos con ello", resumieron los Peaky Blinders.