Un nuevo país de Europa quiere guardar armas nucleares de la OTAN
"Es necesario evaluar la posibilidad de modificar la Constitución si nuestros aliados proponen planes reales para desplegar armas nucleares o sus componentes en Lituania, así como revisar otras obligaciones", indica Lituania.

Lituania está dispuesta a acoger armas nucleares de la OTAN si es necesario, ante la creciente amenaza rusa, que puede ir mucho más allá de la invasión de Ucrania en curso.
Así lo ha afirmado la ministra de Defensa del país, Dovilė Šakalienė. "Es necesario evaluar la posibilidad de modificar el artículo 137 de la Constitución de la República de Lituania si nuestros aliados proponen planes reales para desplegar armas nucleares o sus componentes en Lituania, así como revisar otras obligaciones", cita Delfi News, un portal lituano.
Ese artículo 137 prohíbe actualmente las armas de destrucción masiva y las bases militares extranjeras en territorio lituano. Sin embargo, Šakalienė señaló que aún no se han presentado propuestas al respecto.
Anteriormente, el presidente polaco, Andrzej Duda, en una entrevista con el Financial Times, pidió a Washington desplegar armas nucleares en Polonia.
Ante las acciones rusas en Ucrania y los efectos desestabilizadores más amplios de la postura militar de Moscú, Lituania se ha mostrado más receptiva a reforzar sus medidas de seguridad, incluyendo la posibilidad de albergar armas nucleares de la OTAN. Aunque aún no se han presentado propuestas formales, la posibilidad sigue sobre la mesa, y Lituania ha reconocido que su estrategia de defensa nacional debe evolucionar en respuesta a las cambiantes realidades geopolíticas.
Lituania, junto con otros países de la Alianza Atlántica en la región, ha expresado una creciente preocupación por las actividades militares de Rusia y su discurso nuclear. Polonia, por ejemplo, también ha pedido el despliegue de armas nucleares estadounidenses en su territorio, lo que indica un deseo más amplio entre los miembros de la OTAN de Europa del Este de una mayor disuasión ante un vecino impredecible.
El despliegue de armas nucleares en la región del Báltico representaría una escalada significativa en la estrategia de la OTAN. Si bien la estrategia de disuasión nuclear de la OTAN se ha basado tradicionalmente en el concepto de armas nucleares estratégicas desplegadas en ciertos países miembros (como Alemania, Italia y Turquía), acercar las armas nucleares a las fronteras de Rusia sin duda enviaría una clara señal de la disposición de la OTAN para defender a sus miembros.
Sin embargo, esta decisión también conllevaría riesgos. Podría ser considerada una provocación por parte de Rusia, que podría interpretarla como un acto de agresión, lo que podría provocar contramedidas militares o una mayor escalada.
La situación también complicaría la relación del club atlántico con Vladimir Putin, ya tensa debido al conflicto en Ucrania y la actual carrera armamentística.