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Un voluntario español llega a 19 kilómetros de la guerra y entrega un regalo de 19.000 euros al ejército ucraniano

Un voluntario español llega a 19 kilómetros de la guerra y entrega un regalo de 19.000 euros al ejército ucraniano

"Los rusos siguen con una mentalidad de la Edad Media. Si llegan a un territorio sienten que tienen barra libre para robar, violar a mujeres, niños y hombres, y a matar", cuenta.

Imagen de archivo de un soldado ucraniano.Anadolu via Getty Images

Miguel Winkels Arce es un economista español de 58 años que transformó radicalmente su vida hace más de un año al convertirse en uno de los miles de voluntarios que han ofrecido su apoyo a Ucrania en su lucha frente a la invasión rusa.

"En el siglo XXI, nadie pensaba que volveríamos a ver en Europa una guerra con masacres de civiles, fosas comunes, torturas y violaciones sistemáticas como arma de guerra", dice Winkels a Confilegal, reflejando el horror que ha presenciado. 

"Pero es lo que ha pasado. Los rusos siguen con una mentalidad de la Edad Media. Si llegan a un territorio sienten que tienen barra libre para robar, violar a mujeres, niños y hombres, y a matar. Se han llevado a miles de niños ucranianos secuestrados a su territorio", añade. El economista ha sido testigo directo de esto desde su primera incursión en Ucrania para transportar provisiones y vehículos a zonas de conflicto.

Implicación como voluntario

Winkels comenzó su labor humanitaria donando dinero a organizaciones no gubernamentales (ONG) que apoyan a Ucrania. Cuando se dio cuenta de que podía hacer más, y comenzó a viajar personalmente al país para entregar vehículos todoterreno y otros suministros esenciales, como visores nocturnos y camuflaje. 

"Al principio, sin apenas medios, con civiles y voluntarios, los ucranianos consiguieron frenar al que se supone es el segundo ejército más poderoso del mundo. Eso demuestra una determinación increíble, pero también deja claro que necesitan ayuda constante", recuerda.

Aumento de ayuda pese a la amenaza de drones

Winkels destaca que el esfuerzo logístico que sostiene a las ONG no es solo colosal, sino también arriesgado. Cada semana se organizan convoyes con material de primera necesidad, y a menudo, algunos vehículos no regresan debido a los bombardeos o el caos de la guerra. 

"Algunas entregas tienen cierto riesgo. Los bajamos desde Estonia. Sabemos que hay zonas donde el simple hecho de moverse te pone al alcance de los drones rusos. Pero no hay otra opción. Los entregamos a una distancia de 10-20 kilómetros del frente. Bajamos varios vehículos y los conductores volvemos en uno". Estas entregas se realizan de noche, sin luces, y solo se confían a la visión nocturna para no convertirse en blancos.

A lo largo de sus misiones, el economista ha entregado hasta tres coches totalmente equipados al ejército ucraniano. Estos vehículos, mayormente Mazda L200 y Toyotas Hilux, son vitales para el ejército ucraniano, ya que permiten a las tropas de infantería moverse, evacuar heridos y transportar provisiones a zonas peligrosas cerca del frente. Uno de ellos, el pasado mes de diciembre, fue un todoterreno producto de aportaciones de españoles: "Fueron 19.000 euros lo que costó".

Las donaciones de ciudadanos de todo el mundo son cruciales, y recientemente, la tensión política entre Donald Trump y Volodímir Zelenski en la Casa Blanca provocó un aumento en las aportaciones. Winkels relata cómo, en pocas horas tras el incidente, un colega en Rumanía consiguió recaudar 10.000 euros para la compra de otro todoterreno.

Para Winkels, la guerra en Ucrania no es solo una cuestión de soberanía nacional, sino una batalla por el futuro de Europa. "Si cae Ucrania, cae Europa", afirma rotundamente. Según él, si Rusia ganara la guerra, no se detendría en Ucrania, sino que buscaría expandir su control a otros países de Europa del Este.