La Rioja no es lugar para salir del armario
En casi todas las regiones españolas, salvo Madrid, Cataluña, Baleares y Canarias, que acogen a este tipo de población, muchos homosexuales se ven obligados a emigrar para poder vivir con naturalidad su orientación sexual.
El mes de junio fue la última vez que la pancarta de Gylda (Gays y Lesbianas de Aquí), la única asociación LGTB (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) de La Rioja, desfilaba en el Orgullo estatal de Madrid. En otoño, tras comprobar, una vez más, que la junta directiva no tenía relevo, decidieron disolver la organización, es decir, no habrá nadie que represente al colectivo en la comunidad autónoma. ¿Qué sucede para que los homosexuales se hayan quedado sin voz en La Rioja? Una de las principales causas es lo complicado que resulta dar el paso de salir del armario en una comunidad pequeña y conservadora como esta: "Es más difícil ser LGTB en La Rioja, una comunidad en la que el PP lleva más de veinte años, muy de derechas, lo que hace aún más dura la visibilidad. Además, Logroño es una ciudad pero parece un pueblo porque todo el mundo se conoce. Por si fuera poco, está rodeada de pequeñas poblaciones, por lo que muchos LGTB deciden emigrar a otras comunidades", aporta Francisco Pérez Diego, hasta ahora presidente de GYLDA.
Efectivamente, el Orgullo de Madrid es capaz de reunir a más de un millón de personas, pero en buena parte de la península, asumir públicamente que no eres heterosexual, sigue siendo casi una misión imposible. Según un estudio realizado hace unos meses por Ociogay.com, en casi todas las regiones españolas, salvo Madrid, Cataluña, Baleares y Canarias, que acogen a este tipo de población, muchos homosexuales se ven obligados a emigrar para poder vivir con naturalidad su orientación sexual.
Volviendo a La Rioja y las causas de la desaparición de Gylda, su secretario, José Sáenz, cree que tras el "efecto Zapatero", se relajaron: "Después de la aprobación del matrimonio igualitario, muchas de las personas LGTB de La Rioja se han casado, algunas han dado el paso de adopción o la inseminación para tener hijas/os y realmente no ha habido problemas para la normalización. No creemos que sea una cuestión de LGTB-fobia, más bien del temor de las personas LGTB a ser visibles por su trabajo, por su familia, por... quizás somos nosotras/os mismos los que nos anticipamos al rechazo e intentamos evitar el enfrentamiento. Además, hay que tener en cuenta que no todo el mundo vale o quiere enfrentarse a los medios de comunicación. Pero realmente, lo que ocurre es que la gente pasa del compromiso, del asociacionismo, de preocuparse de los intereses colectivos..."
Esta noticia triste, por un lado, indica el síntoma de que algo ocurre en aquella sociedad, pero, lo que es más preocupante, tendrá unos efectos. Hay cuestiones que no se pueden conseguir con la lucha individual, y es, por ejemplo, el que los jóvenes tengan referentes públicos, que no se sientan como patitos feos en el parque del Carmen de Logroño, rodeados por un lago de heterosexualidad.
En los últimos tiempos Gylda había logrado hablar de homosexualidad en centros educativos, celebrar tres jornadas temáticas en la Universidad de La Rioja, cada trimestre campañas de prevención de infecciones de transmisión sexual, la puesta en marcha de la Prueba Rápida de VIH-Sida y, sobre todo, se ha realizado oposición a los populares con campañas como "No votes PP" que no afectaron al cobro de subvenciones y convenio. "En los actos de 28-J se ha conseguido el apoyo total de partidos políticos, sindicatos, asociaciones culturales - educativas - juveniles, universidad e Instituciones Públicas y que izaran la bandera arcoiris en sus sedes". Todo eso a pesar de contar con un presidente regional abiertamente homófobo que sigue revalidando sus mandatos con mayoría absoluta.
¿Hay posibilidades de que surja otra asociación? Parece que ya ha habido dos intentos, pero ninguno de ellos ha cuajado. En estos días los miembros de la asociación han escuchado muchos lamentos, pero "cuando hemos profundizado en el tema nos decían: 'tenéis que seguir', 'tendríais que seguir'...; en ningún caso ha sido: 'tenemos que seguir' o 'voy/vamos a seguir'". Pero, como dice el secretario, José Sáenz, "pase lo que pase, será positivo. Porque, en caso de no existir una asociación, será porque los LGTB de aquí creen que no existe esa necesidad, y, en caso caso contrario, será positivo porque por fin ha habido relevo".
De momento, podéis ver la última participación pública de Gylda, aquí.