En una isla cercana a España se encuentra la patata más cara del mundo: se ha llegado a pagar a 500 euros el kilo
Su alto coste se debe a la baja oferta, trabajo intensivo y alta demanda.

Presente en casi todas las cocinas del planeta, la patata es uno de los alimentos más universales y apreciados del mundo. Humilde en apariencia pero infinita en posibilidades, se consume frita, cocida, asada o en puré, y existen miles de variedades adaptadas a climas, suelos y tradiciones muy distintas. Desde las más comunes y asequibles hasta otras casi desconocidas fuera de su lugar de origen, este alimento no deja de sorprender.
En este contexto, en una pequeña isla francesa famosa por sus mareas y sus salinas se cultiva una variedad de patata tan escasa y delicada que ha alcanzado precios de auténtico lujo: la bonnotte de Noirmoutier, un tubérculo que ha llegado a costar 500 euros el kilo en subastas y momentos excepcionales del pasado. Esta isla cosecha las primeras patatas del año en marzo, meses antes que otros territorios de Francia.
La bonnotte es diminuta, a menudo cabe en la palma de la mano, y se distingue por su piel fina, textura cremosa y un ligero toque salino con matices cítricos que los gourmets comparan con un bocado marino. Su sabor deriva en gran parte de su cultivo, ya que crece en arenas costeras abonadas históricamente con algas y restos marinos, lo que le confiere ese aroma y sutil recuerdo del océano.
Una producción limitada
Lo habitual es que el coste de este tubérculo roce los 10 euros el kilo, pero hay varias razones por las que se dispara su precio. Primero, su producción es muy limitada: representa una fracción mínima de la cosecha total de la isla, solo unos centenares de toneladas frente a miles de toneladas de otras variedades, según recoge National Geographic, lo que la convierte en un producto de temporada y rareza.
Segundo, la recolección es enteramente manual y extremadamente cuidadosa. Las plantas se cosechan a mano, tubérculo por tubérculo, durante una ventana de tiempo muy corta a principios de primavera. Esa combinación de baja oferta, trabajo intensivo y demanda por parte de restaurantes de alto nivel es la que, en ocasiones puntuales, ha catapultado su precio hasta cifras excepcionales, llegando incluso a los 500 €/kg.
En Noirmoutier, la bonnotte se comercializa principalmente en mercados locales y a través de pequeñas cooperativas. El producto es reclamado tanto por cocineros consolidados como por consumidores que desean probar la “patata primicia” de la temporada. Pese a su fama, no representa una producción masiva, sino que su papel es más bien el de un emblema gastronómico de la isla.
Los chefs valoran este tipo de patata por su textura y por la recomendación de no pelarla para conservar todo su aroma. En Noirmoutier hay restaurantes que la incluyen en menús de alto nivel y mercados donde, en los días de pleamar, la isla muestra su otra cara. La bonnotte de Noirmoutier es, en resumen, un ejemplo de cómo un producto muy ligado a su lugar puede convertirse en reclamo gastronómico y mediático.
