María Ángeles, española que deja Valencia para ser panadera en un pueblo de Cuenca: "Para vivir... De categoría"
Panes redondos, de aceite y orégano, roscas, magdalenas… y mucho más.

Cada vez son más quienes dan la espalda al vértigo de la vida urbana para abrazar la calma de los pequeños municipios. Hartos del tráfico, las prisas y la sensación de vivir a contrarreloj, muchos optan por instalarse en entornos rurales donde el tiempo parece avanzar a otro ritmo. Este es el caso de una valenciana que ha encontrado en un pueblo de Cuenca no solo un oficio, sino una nueva forma de vivir.
María Ángeles, natural de Valencia, ha cambiado la ciudad por Huerta del Marquesado, un pueblo conquense de apenas 170 vecinos, para poner en marcha de nuevo una panadería tradicional. La iniciativa, que ha sido recogida por el perfil @nosvamospalpueblo en TikTok, ha devuelto vida a un horno que llevaba años cerrado y ha encendido el interés por el pan artesano en el municipio.
“Soy la nueva panadera de Huerta del Marquesado, y la verdad es que estoy muy contenta. Es un pueblo maravilloso. Para vivir, de categoría. Calidad de vida 100%”, cuenta María Ángeles con orgullo. La grabación muestra además el ritmo del obrador, el trabajo con masa madre y el horno de leña conocido en la zona como “moruno” de escopeta. Un proceso completamente artesanal que, lejos de ser una moda, se ha convertido en su seña de identidad.
Amplia experiencia panadera
El horno, que opera bajo el nombre El Solanillo, presume de una oferta variada de productos tradicionales: panes redondos y de kilo, roscas, panes de aceite y orégano, magdalenas y galletas de limón típicas de la comarca. Este local llevaba cerrado desde octubre del año pasado y la reapertura ha contado con el respaldo no solo de los vecinos del propio pueblo, sino también de localidades cercanas deseosas de probar su pan y dulces artesanos.
María Ángeles llega a Huerta del Marquesado tras una etapa trabajando en la comarca, donde llegó a desempeñarse en localidades cercanas como Motilla del Palancar, y tras quedarse sin horno en su anterior puesto decidió explorar nuevas oportunidades en La Manchuela, donde finalmente se estableció. La emprendedora reconoce que se sintió “enamorada” del pueblo y de su gente, y que en este nuevo proyecto ha encontrado el equilibrio entre oficio tradicional y calidad de vida, según recoge El Digital de Cuenca.
El caso de María Ángeles es parte de una tendencia que ha ido creciendo cada vez más en los últimos años: profesionales que apuestan por el medio rural recuperando oficios artesanos y reabriendo comercios que actúan como motor social y económico en pueblos con baja población. Concretamente, en Huerta del Marquesado la panadería supone ahora un punto de encuentro y un servicio básico recuperado para los vecinos.
