Ya en la edición de 2024 fue el motivo principal de las tensiones. Y, para la de este año, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival, ha vuelto a admitir la participación de Israel en el certamen. De nuevo, varios artistas se han pronunciado al respecto y, en una entrevista con El País, ha sido el exganador del concurso, Damiano David, de Måneskin, el que ha sido preguntado al respecto. 

Ha asegurado al rotativo que él tiene una opinión acerca de esta coyuntura. Ahora bien, ha apuntado que se trata de "conversaciones complicadas". "Creo que preguntarnos a los cantantes también es un poco violento, porque ante todo somos cantantes y tenemos muy poca información", ha añadido. 

Asimismo, ha considerado que su generación se encuentra "viviendo un momento histórico que será estudiado". "Es difícil hablar de ello porque está sucediendo ahora y todo está cerca, pero también siento miedo y ansiedad por muchas cosas", ha concluido.

Respecto a este tema, ha sido precisamente este martes cuando la ONG británica Artists For Palestine y el movimiento francés BDS han compartido una carta abierta pidiendo la la exclusión de la radiotelevisión israelí KAN del certamen por ser "cómplice del genocidio contra los palestinos en Gaza".

El comunicado, recogido por la agencia de noticias EFE, apunta que creen "en el poder unificador de la música, por eso nos negamos a permitir que se utilice como herramienta para encubrir crímenes de lesa humanidad". 

La misiva va firmada por varios exconcursantes y ganadores de otras ediciones de Eurovisión. Entre ellos, el irlandés Charlie McGettigan, que salió vencedor en 1994, y el portugués Salvador Sobral, que hizo lo propio en 2017. 

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