El desconocido cementerio de un pueblo de Extremadura en el que están enterrados cientos de militares alemanes
"Consigue invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz".
El desconocido cementerio de un pueblo de Extremadura en el que están enterrados cientos de militares alemanes
"Consigue invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz".
El desconocido cementerio de un pueblo de Extremadura en el que están enterrados cientos de militares alemanes
"Consigue invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz".
El desconocido cementerio de un pueblo de Extremadura en el que están enterrados cientos de militares alemanes
"Consigue invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz".
El desconocido cementerio de un pueblo de Extremadura en el que están enterrados cientos de militares alemanes
"Consigue invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz".

En el tranquilo y pintoresco pueblo de Cuacos de Yuste, en plena comarca cacereña de La Vera, se oculta una historia poco conocida pero cargada de simbolismo. Allí, a escasos 500 metros del histórico Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V, se encuentra el único cementerio militar alemán de España.
Es un lugar silencioso y austero donde están enterrados 180 soldados alemanes, la mayoría fallecidos en territorio español como consecuencia de naufragios o derribos durante los conflictos bélicos del siglo XX.
Una historia que comienza en los mares y cielos de España
Entre los caídos, 154 combatieron bajo el mando de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que 26 pertenecieron al ejército alemán de la Primera Guerra Mundial. Todos ellos murieron en las costas o cielos españoles, lejos del frente principal, en accidentes, naufragios, o durante misiones militares que terminaron en territorio neutral.
Cada tumba del cementerio comparte un diseño común: una cruz de granito oscuro, con el nombre del soldado, su rango y sus fechas de nacimiento y fallecimiento. Sin embargo, 30 de ellas no tienen nombre, solo una inscripción en alemán que significa "Un soldado alemán desconocido".

¿Por qué Cuacos de Yuste?
La elección de Cuacos de Yuste como lugar de descanso eterno no fue casual. El Monasterio de Yuste guarda un profundo vínculo con la historia alemana, ya que fue allí donde murió Carlos I de España y V de Alemania. Ese nexo histórico y simbólico llevó al gobierno alemán a decidir que todos sus soldados fallecidos en territorio español debían ser reunidos allí.
Antes de su creación, los cuerpos estaban repartidos en cerca de 200 tumbas en cementerios municipales de unas 40 ciudades españolas. En 1979, con el apoyo del Ayuntamiento, entonces dirigido por el socialista Gregorio García Muñoz, comenzaron las obras del cementerio. El proyecto fue impulsado por el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, la entidad alemana encargada del cuidado de los cementerios de guerra.
Un espacio para la paz, no para la exaltación
El alcalde actual del municipio, José María Hernández García, aclara que el cementerio no tiene ninguna vinculación con homenajes nazis ni simbología del Tercer Reich: “Es un lugar que lo que consigue es invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz". Además, insiste en que el camposanto se ha integrado como un punto más del interés turístico de la zona, y que nunca ha recibido quejas por su existencia.
En el tranquilo y pintoresco pueblo de Cuacos de Yuste, en plena comarca cacereña de La Vera, se oculta una historia poco conocida pero cargada de simbolismo. Allí, a escasos 500 metros del histórico Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V, se encuentra el único cementerio militar alemán de España.
Es un lugar silencioso y austero donde están enterrados 180 soldados alemanes, la mayoría fallecidos en territorio español como consecuencia de naufragios o derribos durante los conflictos bélicos del siglo XX.
Una historia que comienza en los mares y cielos de España
Entre los caídos, 154 combatieron bajo el mando de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que 26 pertenecieron al ejército alemán de la Primera Guerra Mundial. Todos ellos murieron en las costas o cielos españoles, lejos del frente principal, en accidentes, naufragios, o durante misiones militares que terminaron en territorio neutral.
Cada tumba del cementerio comparte un diseño común: una cruz de granito oscuro, con el nombre del soldado, su rango y sus fechas de nacimiento y fallecimiento. Sin embargo, 30 de ellas no tienen nombre, solo una inscripción en alemán que significa "Un soldado alemán desconocido".
¿Por qué Cuacos de Yuste?
La elección de Cuacos de Yuste como lugar de descanso eterno no fue casual. El Monasterio de Yuste guarda un profundo vínculo con la historia alemana, ya que fue allí donde murió Carlos I de España y V de Alemania. Ese nexo histórico y simbólico llevó al gobierno alemán a decidir que todos sus soldados fallecidos en territorio español debían ser reunidos allí.
Antes de su creación, los cuerpos estaban repartidos en cerca de 200 tumbas en cementerios municipales de unas 40 ciudades españolas. En 1979, con el apoyo del Ayuntamiento, entonces dirigido por el socialista Gregorio García Muñoz, comenzaron las obras del cementerio. El proyecto fue impulsado por el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, la entidad alemana encargada del cuidado de los cementerios de guerra.
Un espacio para la paz, no para la exaltación
El alcalde actual del municipio, José María Hernández García, aclara que el cementerio no tiene ninguna vinculación con homenajes nazis ni simbología del Tercer Reich: “Es un lugar que lo que consigue es invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz". Además, insiste en que el camposanto se ha integrado como un punto más del interés turístico de la zona, y que nunca ha recibido quejas por su existencia.
En el tranquilo y pintoresco pueblo de Cuacos de Yuste, en plena comarca cacereña de La Vera, se oculta una historia poco conocida pero cargada de simbolismo. Allí, a escasos 500 metros del histórico Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V, se encuentra el único cementerio militar alemán de España.
Es un lugar silencioso y austero donde están enterrados 180 soldados alemanes, la mayoría fallecidos en territorio español como consecuencia de naufragios o derribos durante los conflictos bélicos del siglo XX.
Una historia que comienza en los mares y cielos de España
Entre los caídos, 154 combatieron bajo el mando de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que 26 pertenecieron al ejército alemán de la Primera Guerra Mundial. Todos ellos murieron en las costas o cielos españoles, lejos del frente principal, en accidentes, naufragios, o durante misiones militares que terminaron en territorio neutral.
Cada tumba del cementerio comparte un diseño común: una cruz de granito oscuro, con el nombre del soldado, su rango y sus fechas de nacimiento y fallecimiento. Sin embargo, 30 de ellas no tienen nombre, solo una inscripción en alemán que significa "Un soldado alemán desconocido".
¿Por qué Cuacos de Yuste?
La elección de Cuacos de Yuste como lugar de descanso eterno no fue casual. El Monasterio de Yuste guarda un profundo vínculo con la historia alemana, ya que fue allí donde murió Carlos I de España y V de Alemania. Ese nexo histórico y simbólico llevó al gobierno alemán a decidir que todos sus soldados fallecidos en territorio español debían ser reunidos allí.
Antes de su creación, los cuerpos estaban repartidos en cerca de 200 tumbas en cementerios municipales de unas 40 ciudades españolas. En 1979, con el apoyo del Ayuntamiento, entonces dirigido por el socialista Gregorio García Muñoz, comenzaron las obras del cementerio. El proyecto fue impulsado por el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, la entidad alemana encargada del cuidado de los cementerios de guerra.
Un espacio para la paz, no para la exaltación
El alcalde actual del municipio, José María Hernández García, aclara que el cementerio no tiene ninguna vinculación con homenajes nazis ni simbología del Tercer Reich: “Es un lugar que lo que consigue es invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz". Además, insiste en que el camposanto se ha integrado como un punto más del interés turístico de la zona, y que nunca ha recibido quejas por su existencia.
En el tranquilo y pintoresco pueblo de Cuacos de Yuste, en plena comarca cacereña de La Vera, se oculta una historia poco conocida pero cargada de simbolismo. Allí, a escasos 500 metros del histórico Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V, se encuentra el único cementerio militar alemán de España.
Es un lugar silencioso y austero donde están enterrados 180 soldados alemanes, la mayoría fallecidos en territorio español como consecuencia de naufragios o derribos durante los conflictos bélicos del siglo XX.
Una historia que comienza en los mares y cielos de España
Entre los caídos, 154 combatieron bajo el mando de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que 26 pertenecieron al ejército alemán de la Primera Guerra Mundial. Todos ellos murieron en las costas o cielos españoles, lejos del frente principal, en accidentes, naufragios, o durante misiones militares que terminaron en territorio neutral.
Cada tumba del cementerio comparte un diseño común: una cruz de granito oscuro, con el nombre del soldado, su rango y sus fechas de nacimiento y fallecimiento. Sin embargo, 30 de ellas no tienen nombre, solo una inscripción en alemán que significa "Un soldado alemán desconocido".
¿Por qué Cuacos de Yuste?
La elección de Cuacos de Yuste como lugar de descanso eterno no fue casual. El Monasterio de Yuste guarda un profundo vínculo con la historia alemana, ya que fue allí donde murió Carlos I de España y V de Alemania. Ese nexo histórico y simbólico llevó al gobierno alemán a decidir que todos sus soldados fallecidos en territorio español debían ser reunidos allí.
Antes de su creación, los cuerpos estaban repartidos en cerca de 200 tumbas en cementerios municipales de unas 40 ciudades españolas. En 1979, con el apoyo del Ayuntamiento, entonces dirigido por el socialista Gregorio García Muñoz, comenzaron las obras del cementerio. El proyecto fue impulsado por el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, la entidad alemana encargada del cuidado de los cementerios de guerra.
Un espacio para la paz, no para la exaltación
El alcalde actual del municipio, José María Hernández García, aclara que el cementerio no tiene ninguna vinculación con homenajes nazis ni simbología del Tercer Reich: “Es un lugar que lo que consigue es invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz". Además, insiste en que el camposanto se ha integrado como un punto más del interés turístico de la zona, y que nunca ha recibido quejas por su existencia.
En el tranquilo y pintoresco pueblo de Cuacos de Yuste, en plena comarca cacereña de La Vera, se oculta una historia poco conocida pero cargada de simbolismo. Allí, a escasos 500 metros del histórico Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V, se encuentra el único cementerio militar alemán de España.
Es un lugar silencioso y austero donde están enterrados 180 soldados alemanes, la mayoría fallecidos en territorio español como consecuencia de naufragios o derribos durante los conflictos bélicos del siglo XX.
Una historia que comienza en los mares y cielos de España
Entre los caídos, 154 combatieron bajo el mando de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que 26 pertenecieron al ejército alemán de la Primera Guerra Mundial. Todos ellos murieron en las costas o cielos españoles, lejos del frente principal, en accidentes, naufragios, o durante misiones militares que terminaron en territorio neutral.
Cada tumba del cementerio comparte un diseño común: una cruz de granito oscuro, con el nombre del soldado, su rango y sus fechas de nacimiento y fallecimiento. Sin embargo, 30 de ellas no tienen nombre, solo una inscripción en alemán que significa "Un soldado alemán desconocido".
¿Por qué Cuacos de Yuste?
La elección de Cuacos de Yuste como lugar de descanso eterno no fue casual. El Monasterio de Yuste guarda un profundo vínculo con la historia alemana, ya que fue allí donde murió Carlos I de España y V de Alemania. Ese nexo histórico y simbólico llevó al gobierno alemán a decidir que todos sus soldados fallecidos en territorio español debían ser reunidos allí.
Antes de su creación, los cuerpos estaban repartidos en cerca de 200 tumbas en cementerios municipales de unas 40 ciudades españolas. En 1979, con el apoyo del Ayuntamiento, entonces dirigido por el socialista Gregorio García Muñoz, comenzaron las obras del cementerio. El proyecto fue impulsado por el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, la entidad alemana encargada del cuidado de los cementerios de guerra.
Un espacio para la paz, no para la exaltación
El alcalde actual del municipio, José María Hernández García, aclara que el cementerio no tiene ninguna vinculación con homenajes nazis ni simbología del Tercer Reich: “Es un lugar que lo que consigue es invitar a la reflexión y buscar la concordia y a la paz". Además, insiste en que el camposanto se ha integrado como un punto más del interés turístico de la zona, y que nunca ha recibido quejas por su existencia.
