Un niño de 12 años baterista y autodidacta consigue debutar con una reconocida banda de rock de su país: "Simplemente me lancé"
Todo gracias a un cartel.

Desde pequeños, todos tenemos un sueño. Algunos sueñan con ser futbolistas, otros con convertirse en médicos, cantantes, astronautas o artistas. Esos sueños nacen de lo que nos inspira, de lo que vemos en nuestro entorno o de lo que nos llama la atención. Son ilusiones que nos acompañan mientras crecemos, y aunque algunos cambian con el tiempo, otros se mantienen firmes.
Hay quienes logran cumplir sus sueños siendo aún niños, y otros que los alcanzan en la adultez, o incluso en la tercera edad. No hay una edad correcta para lograr lo que uno desea. Cada persona tiene su propio ritmo, sus propias circunstancias y su propio recorrido. Lo importante no es cuándo se cumple el sueño, sino que nunca se deje de creer en él.
El sueño de un niño australiano baterista y autodidacta se hizo realidad cuando subió al escenario junto a sus ídolos. Noah Pope, de tan solo 12 años, logró debutar como baterista con la legendaria banda de rock The Living End durante el Festival Wanderer, celebrado en la localidad costera de Pambula, en Nueva Gales del Sur.
Un cartel y un sueño cumplido
Todo comenzó cuando Noah, originario de Mogo, asistió con su madre al festival y se colocó en primera fila para ver a sus músicos favoritos. Con un cartel hecho a mano que decía “¿Puedo tocar la batería contigo?”, el joven buscaba llamar la atención de la banda.
Chris Cheney, vocalista y guitarrista de The Living End, lo vio entre la multitud de 10.000 personas y decidió darle una oportunidad. “Me dijo: ‘Me pondré en contacto contigo... Te veo sosteniendo el cartel. Tus brazos se ven muy cansados’”, recordó Noah al medio ABC Net.
Minutos más tarde, cuando el concierto llegaba a su fin, Cheney cumplió su palabra y lo invitó al escenario. Era la primera vez que la banda australiana —formada en los años 90 por Cheney, Scott Owen y Andy Strachan— permitía a un fan tocar con ellos en vivo.
“Simplemente me lancé”
Sin monitores internos ni ensayos previos, Noah tomó asiento frente a la batería. Cuando Cheney le preguntó qué quería tocar, el joven eligió Prisoner of Society, uno de los mayores éxitos de The Living End.
“No solo tocó la canción, la tocó con todo su esplendor”, admitió Cheney. “Fue un momento de euforia y alegría para el público y para nosotros”. Noah, aún incrédulo tras la experiencia, describió lo que sintió sobre el escenario: “Fue un poco aterrador al principio, pero cuando me metí en eso, solo me estaba divirtiendo", simplemente me lancé”.
