Días en la vida

Días en la vida

Resulta que un mismo día es alegre o triste, según pinte el color del cielo.

Imagen de archivo de un amanecer.Getty Images/iStockphoto

Hay días que amanecen con vida y otros que de primeras nacen muertos. Hay días en los que suceden cosas, buenas o malas, y otros en los que reina la monotonía. Hay días marcados por los titulares de los periódicos y otros en los que no pasa nada, salvo en el bar del Congreso, donde siempre pasa algo.

Hay días marcados por una noticia triste o feliz que te puede tatuar de por vida y otros que pasan sin saludar como el vecino nuevo rico. Hay días en los que el rostro feliz de un niño te alegra el viaje en metro y otros en los que dos adultos, en el mismo lugar, discuten horas más tarde porque han visto antes un sitio.

Hay días en los que uno no se levantaría de la cama ni para ir al baño y otros en los que la cama parece invitarte a salir para comerte el mundo. Hay días en los que no merece la pena hablar, y otros en los que no sólo te apetece hablar, sino escuchar.

Todos los días nos movemos a la misma velocidad en la Tierra que gira alrededor del Sol concretamente a veintinueve coma ocho metros por segundo. Pero hay días que parecemos una tortuga africana en un zoo y otros un delfín en alta mar. Días que invitan a la suerte y otros casi a la muerte con las cartas marcadas antes de empezar la partida.

Los días se suceden y todos están registrados en el calendario, unos en rojo y otros en negro aunque, si no hay un cambio estacional, todos ellos se ponen de acuerdo en sumar las mismas horas: veinticuatro. Aun así, la sensación que tenemos es que cuando llueve o hace sol nos mueven a un ritmo diferente. Resulta que un mismo día es alegre o triste, según pinte el color del cielo.

Hay días en los que merece la pena caminar por la ciudad y detenerse en un parque a reflexionar, y otros en los que no te da tiempo ni a pensar. Hay días en los que todo son prisas y otros en los que te sobra tiempo hasta para pararte a observar.

Hay días en los que una señora sonriente te alegra con un buenos días, y otros en los que un conductor te pita sin ton ni son, mientras mira desafiante por su espejo retrovisor y paga contigo sus penas de casa, del trabajo y vete tú a saber...

Hay días en los que te hace gracia ver cómo unos gorriones pican un trozo de pan al tiempo que son observados por un hombre desde el banco donde cae un rayo de sol. Y otros días en los que sólo hay cacatúas invasoras que te dejan un recuerdo en forma de deposición en la chaqueta.

Hay días en los que a las nueve y media sería mejor esconderse debajo de las sábanas y otros en los que no ves el momento de decir adiós: Leyendo un libro frente a la chimenea, tomando la penúltima en un bar con los amigos, viendo una película con tu pareja compartiendo la manta, …Hay días así que nunca deberían terminar.

La sección de cuerdas al final de A day in the life (The Beatles) terminan con un acorde en Mi mayor de piano que se evapora como el final de este día. Es hora de despedirse, mañana será otro día.

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Jorge Todolí (Madrid, 1978) es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Fotografía en la Escuela EFTI y MBA en Empresas e Instituciones Culturales de Santillana Formación. Siempre le ha gustado reírse más que hacer reír, aunque tiene sus momentos de gloria, sobre todo cuando se toma unos botellines con los amigos. Ha trabajado en Europa Press, además de publicar en el suplemento dominical Magazine ( El Mundo) y formar parte en sus inicios del equipo de Teinteresa.es como redactor y responsable de las redes sociales del periódico. Actualmente es coeditor de Parecedelmundotoday.com y piensa sobre la vida y el humor.