La directora de una guardería ve el nivel de violencia de los disfraces de los niños y lanza un comunicado urgente
“Han cruzado la línea de lo aceptable”.

Halloween, con sus luces tenues, decoraciones espeluznantes y juegos de “truco o trato”, se convierte en una noche mágica donde los niños son los protagonistas. Es una oportunidad para que los más pequeños den rienda suelta a su imaginación. Princesas, superhéroes, calabazas, fantasmas… los disfraces infantiles transforman a los niños en sus personajes favoritos de cuentos y películas.
Para muchos padres, elegir el disfraz perfecto se convierte en una tradición familiar. Algunos lo confeccionan en casa con cariño y creatividad, mientras que otros disfrutan buscando el modelo ideal en tiendas o mercadillos.
Sin embargo, hay quienes se toman demasiado en serio la idea de asustar en Halloween. Esto ha llevado a que la directora de la unidad internacional de guarderías Playschool Pohjantähti, perteneciente a la cadena Pilke, emita un comunicado urgente dirigido a los padres, tras detectar un preocupante aumento en la violencia de algunos disfraces.
Según el medio Ilta Sanomat, Ringa Sunn, directora del centro ubicado en Vantaa, Finlandia, explicó que, aunque Halloween es una tradición cada vez más popular en las guarderías, algunos atuendos recientes han cruzado la línea de lo aceptable: "Definitivamente hay disfraces que van más allá de lo permitido”, afirmó Sunn. “Hemos visto casos en los que los niños llegan vestidos como asesinos con hachas o con sangre falsa, y eso no está permitido en absoluto”.
El auge de Halloween en las guarderías
La directora señala que Halloween se ha convertido en un evento consolidado dentro de las guarderías internacionales y que cada año más familias en unidades tradicionales se suman con entusiasmo a la celebración.
Los clásicos disfraces de brujas, hechiceras y superhéroes como Spider-Man siguen siendo los favoritos entre los pequeños, junto con las inspiraciones más recientes provenientes de fenómenos culturales como Frozen o Minecraft. Sin embargo, junto al entusiasmo, ha surgido una tendencia preocupante como los disfraces inspirados en contenidos violentos o inapropiados para menores.
La violencia disfrazada
Uno de los ejemplos más alarmantes que menciona Sunn son los disfraces inspirados en la popular serie surcoreana “El Juego del Calamar”, conocida por su contenido violento y su temática de supervivencia extrema. “En los últimos años, desafortunadamente, hemos tenido que decir que los disfraces de esta serie no son adecuados para fiestas infantiles”, comentó la directora.
Aunque la serie está prohibida para menores de 16 años en plataformas como Netflix, muchos niños han conocido su estética y símbolos a través de redes sociales y de Internet, lo que ha facilitado su reproducción en juegos o disfraces escolares.
Los educadores temen que esta exposición constante a la violencia, incluso cuando se presenta de forma lúdica o disfrazada de diversión, pueda tener consecuencias más profundas de lo que parece. Consideran que este tipo de estímulos podría contribuir a normalizar conductas agresivas, disminuir la sensibilidad ante el sufrimiento ajeno o incluso generar confusión emocional entre los más pequeños, que aún están aprendiendo a distinguir entre lo que está bien y lo que no.
