Los problemas crecen para el príncipe Andrés: un privilegiado alquiler, una vergonzosa revelación y un escándalo que ya menciona a sus hijas Beatriz y Eugenia
Si el hermano de Carlos III pensaba que las aguas iban a calmarse no ha tardado en darse cuenta de que todo puede ir a peor.
Si el príncipe Andrés pensaba que con una entrevista se arreglaría todo, pronto vio que se había equivocado. Si creía que con renunciar a sus honores militares y a utilizar el tratamiento de Alteza Real o que con un acuerdo con la mujer que le acusó de abuso sexual todo estaría bien, no tardó en toparse con la realidad. Y si esperaba que con anunciar que renunciaba al uso del ducado de York y a la Orden de la Jarretera, sus escándalos iban a olvidarse, no ha necesitado más que unos días para comprobar que su caída en desgracia no ha tocado fondo.
Las cosas se siguen poniendo feas para el que fuera duque de York, título que llevaba con orgullo y que ha sido eliminado de la biografía del príncipe Andrés en la web de la casa real británica. De todos modos, que siga teniendo perfil allí ya resulta hasta chocante. Y todo se pone contra él no solo por la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, donde cuenta con pelos y señales cómo fueron sus tres encuentros sexuales cuando ella era menor, sino por otra serie de motivos.
El hermano de Carlos III se sentía al menos seguro en el Royal Lodge, residencia de 30 habitaciones situada en Windsor Great Park, que fue hogar de la Reina Madre hasta su muerte en 2002 y que se quedó su nieto Andrés. Se trata de una vivienda de alto rango y con gran espacio que hubiera sido más adecuada para los Gales, que son 5 y de más alta posición que el hijo de Isabel II. Sin embargo, Andrés se negó a ser desalojado de allí pese a que el monarca le ofreció mudarse a Frogmore Cottage, la casa en la que vivieron Harry y Meghan y que está completamente reformada. No solo eso, sino que si se mudaba, Carlos III le prometió que restablecería su asignación personal y ayudaría a financiar su seguridad. Pero él se negó.
Aunque el hijo de Isabel II pensaba que se quedaría para siempre en el Royal Lodge, también se le puede complicar eso. The Times publicó una copia de su contrato de arrendamiento. Se ha demostrado que pagó 1 millón de libras para arrendar la residencia en 2003. También gastó 7,5 millones en reformas, condición para vivir allí, pero parece que consideraba que con eso bastaba, porque ha pasado 22 años sin pagar el alquilar al Crown Estate, el organismo que gestiona las propiedades de la Corona, fijado en 260.000 libras anuales. Parece que el señor Windsor pensaba que con lo que pagó ya no tenía que destinar más dinero para la renta y, de hecho, en el contrato se estipula que lo que ha hecho es legal y puede hacerlo. De todos modos, las críticas no han tardado en aparecer, algo que no beneficia a la monarquía.
Mientras la gente se preguntaba de dónde sacaba tanto dinero para mantener el contrato, que tiene una duración de 75 años y con el que se asegura medio millón de indemnización del Crown Estate si le desalojan antes de 2078, parece que el ahorrarse el alquiler le ha ayudado bastante. En cuanto a su financiación, al dejar de participar en actos oficiales dejó de cobrar. Además, Carlos III cortó una asignación que se le destinaba y también ordenó que se le retirara la seguridad costeada por los contribuyentes. Le queda una pensión de la Marina y algo de herencia de sus padres y su abuela, aunque no fue el principal beneficiado de ellas.
Andrés pidió a su escolta que investigara a Giuffre
Pero hay más. Se ha descubierto que Andrés fue contra Virginia Giuffre para tratar de desacreditarla. Daily Mail reveló que pidió a su agente de protección policial, perteneciente a la Policía Metropolitana, financiado con fondos públicos, que investigara a la mujer que le acusaba y para ello le pasó su fecha de nacimiento y su número de la seguridad social, lo que además de ejercer presión sobre un agente policial, pudo haber colisionado con la legislación de protección de datos.
Todo esto se supo por un correo que Andrés envió en su momento a Ed Perkins, subsecretario de prensa de Isabel II, para contarle lo que había hecho. El mensaje fue mandado horas antes de que hubiera visto la luz por primera vez la famosa foto del príncipe Andrés, Virginia Giuffre y Ghislaine Maxwell en Londres.
¿Qué opina la Policía Metropolitana de esto? Un portavoz ha señalado que están "al tanto de las informaciones de los medios y estamos investigando activamente las acusaciones". Por su parte, fuentes de Buckingham han indicado a la prensa británica que esta información sobre la petición de Andrés para ir contra la mujer que le acusó se examine "de la manera más adecuada y completa". Además, palacio considera que que están nuevas acusaciones contra el hermano de Carlos III "son muy serias y preocupantes".
Al príncipe Andrés le queda su familia más directa... más o menos. Los divorciados mejor avenidos del mundo no parecen serlo ya tanto. Sarah Ferguson vivía con Andrés para mantener un buen nivel de vida y gastar poco. Además, cada uno ocupaba una parte de la casa. Sin embargo, ella cayó en desgracia por el correo electrónico filtrado en el que lamentaba haber renegado de Jeffrey Epstein públicamente y le calificaba como un buen amigo. Y ahora, con la renuncia de su exmarido ya no puede ser llamada la duquesa de York. De hecho, ha cambiado su nombre en las redes sociales y ya no hay ni rastro de Sarah the Duchess. Ahora es Sarah Ferguson, Fergie para los amigos.
Las cosas se complican también para ella porque ella tampoco es bienvenida a los actos familiares, aunque sean privados. Y quizá su carrera como escritora haya terminado. De momento, el lanzamiento de su siguiente libro se ha aplazado. Por si fuera poco, Daily Mail publicó otro mensaje complicado para Sarah Ferguson. Este en concreto fue del propio Epstein, que reveló que cuando fue liberado en 2009, 10 años antes de su suicidio en su celda tras otra detención, Fergie habría sido la primera en viajar a Estados Unidos para celebrarlo y además acompañada por sus hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia. El mail fue enviado en 2011 por el delincuente sexual a su abogado Paul Tweed. Sin embargo, una fuente dijo a People que las dos princesas nunca conocieron a Epstein y que ni ellas ni Sarah recuerdan esa visita.
"Fue la primera en celebrar mi liberación con sus dos hijas. Me visitó. Me ha pedido ayuda con sus obras de caridad". Y no solo con eso, porque Sarah Ferguson aceptó su dinero para pagar deudas, llegando a los 100.000 dólares. Tenía, por tanto, motivos para estar agradecida. Todo esto ha hundido a Sarah Ferguson, pero pese a ello no olvida que Andrés está en una situación peor que la suya y no parece que quiera terminar tan abajo como su exmarido.
En cuanto a sus hijas, no hay duda de que les apoyan en privado, pero no en público. Mantienen sus títulos y son sobrinas muy queridas por Carlos III. Y quieren mucho a sus padres, pero saben que son muy tóxicos. Andrés siempre ha estado protegido, pero sin Isabel II y con Carlos III persuadido por el príncipe Guillermo de que hay que actuar para proteger a la monarquía, quizá esta vez el príncipe ya no caiga de pie como hasta ahora.