La polémica que ensombreció los Nobel: el escándalo de Sofía de Suecia frente al esplendor de la reina Silvia y sus hijas
La gran ausente de la familia real sueca en los Premios Nobel 2025 fue la protagonista de una polémica relacionada con Epstein.

Cada 10 de diciembre se entregan los premios Nobel, los galardones más prestigiosos del mundo. Primero se concede el Nobel de la Paz en Oslo en presencia de la familia real noruega. Posteriormente llega el momento de la entrega de los Nobel de Física, Química, Medicina, Literatura y Economía, premios cuya ceremonia tiene lugar en Estocolmo con la asistencia de la familia real sueca.
Esta es la costumbre, y en 2025 no ha habido sorpresas a este respecto. A las 13:00 horas se celebraba la entrega del Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo a la opositora venezolana María Corina Machado. Lo recogió en su nombre su hija Ana Corina Sosa, que también leyó en discurso de aceptación.

A la ganadora le habría encantado estar presente, y de hecho viajó a Oslo, pero no pudo dejarse ver en la ceremonia porque la fiscalía chavista la consideraría prófuga si salía del país porque la investiga por "actos de conspiración, instigación al odio y terrorismo".
Siguiendo la ceremonia desde un lugar de honor estuvieron los reyes Harald y Sonia, con los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit sentados detrás con su hija Ingrid Alexandra, que debutó en la entrega de los Nobel. Antes de la ceremonia había estado con su madre y con la hija de María Corina Machado en la concesión del Premio de la Paz de Save the Children y acompañó a los reyes y a la pareja heredera en la recepción ofrecida a Ana Corina Sosa en el palacio real de Oslo.

La sobriedad del Nobel de la Paz, sin tiaras ni vestidos de gala y donde ni siquiera es el rey el que entrega el galardón, siempre contrasta con lo que ocurre horas después en la capital del país vecino. La sala de conciertos de Estocolmo siempre es un derroche de glamour, sobre todo de las mujeres de la familia real, que abren el joyero real y se visten con trajes de gala.
Así ocurrió en la edición de 2025, donde la reina Silvia de Suecia impresionó con un vestido amarillo que había estrenado en el Jubileo de Oro del rey Carlos XVI Gustavo en 2023. Coronó su look con la tiara de las 9 Puntas o tiara de la reina Sofía, una de las piezas más preciadas del impresionante joyero de la familia real sueca.

También brilló Victoria de Suecia por un doble motivo. El primero fue un original vestido de gris de Jacques Zehnder que rescató del armario de su madre, que lo había llevado en los Nobel de 1994. El segundo fue la tiara escogida, la Fringe de Baden, que llegó a la familia real sueca como regalo de Federico y Luisa de Baden a su hija Victoria en 1881 por su boda con Gustavo V de Suecia. La diadema, una de las favoritas de la princesa heredera, está compuesta por 47 diamantes montados en forma de rayos de sol.
Y luego está la princesa Magdalena, que acudió con su marido, Chris O’Neill, y que no se pierde los Nobel desde que en junio de 2024 dejó Estados Unidos para vivir de forma permanente en Suecia. La duquesa de Hälsingland y Gästrikland, que se sentó en primera fila junto a su marido y a su hermano Carlos Felipe, y no en el escenario, reservado para los reyes, la pareja heredera y los galardonados, eligió la tiara que parece hecha a su medida, la Kokoshnik de Aguamarinas que hace juego con sus ojos.

Sin embargo, la que dio más de lo que hablar fue la gran ausente: Sofia de Suecia. La esposa del príncipe Carlos Felipe no estuvo en la ceremonia debido a que el 7 de febrero de 2025 dio a luz a su cuarta hija, la princesa Ines, y por tanto apenas tiene agenda oficial desde entonces.
Sofia de Suecia se reunió con Epstein hace 20 años
No pasa desapercibida la conveniencia de esta decisión teniendo en cuenta que horas antes de los Nobel se publicó en Dagens Nyheter que la princesa Sofia se reunió con Jeffrey Epstein en varias ocasiones en el pasado, lo que ha confirmado la propia casa real sueca.

Desde 2015 forma parte de la dinastía Bernadotte, donde todos la quieren. Su labor oficial es impecable y su imagen es casi perfecta, pero antes de todo eso no era aceptada por los reyes de Suecia, que la veían inadecuada para su hijo, y por parte de la sociedad, que recordaba su paso por el reality Hotel Paradise y sus posados con poca ropa.
Una década antes de dar el 'sí, quiero' al hijo mediano del monarca sueco, Sofia Hellqvist viajó a Estados Unidos para tratar de labrarse un porvenir. Fue entonces cuando entró en contacto con el criminal sexual.

Una financiera sueca llamada Barbro Ehnbom envió un correo al millonario 'ofreciéndole': "Ella es Sofía, una aspirante a actriz que acaba de llegar a Nueva York. Es la chica de la que te hablé antes de irme, y pensé que te gustaría conocerla. ¿Quizá podamos visitarla antes de que te vayas de vacaciones?", ante lo que Epstein contestó: "Estoy en el Caribe. ¿Quiere venir un par de días? Le enviaré un billete". Era diciembre de 2005.
"La Princesa Sofia fue presentada a la persona en cuestión en varias ocasiones alrededor de 2005. La princesa no ha tenido ningún contacto con la persona en cuestión en 20 años", ha señalado un portavoz de Sofia de Suecia por correo electrónico al citado medio.
No parece que Sofia Hellqvist y el criminal sexual, que se suicidó en su celda en 2019, se vieran en la isla de él. Ella entonces tenía 23 años. De lo que sí hay evidencias es que Epstein tuvo contacto con Barbro Ehnbom, que en aquellos años fue mentora de Sofia de Suecia.
