Los dentistas animan a dejar el chicle y apostar por este alimento mucho más natural para combatir el mal aliento
Hay muchos motivos para hacerlo.

Saber que tienes un aliento fresco da confianza en uno mismo al entablar conversaciones con los demás. Por ello, son muchas las personas que siempre llevan consigo un paquete de chicles cuya función es refrescar el aliento durante el tiempo que transcurre entre cepillado y cepillado.
Sin embargo, los dentistas animan a dejar esa técnica del chicle y decantarse por un alimento fresco y natural que, aunque muchos lo desconozcan, además de ser saludable es ideal para combatir el mal aliento.
Tal y como recoge el medio de comunicación neerlandés Gezondnu, los expertos recomiendan apostar por comerse una manzana, ya que se trata de una fruta que, entre sus múltiples beneficios, tiene la capacidad de mantener el aliento fresco.
En ese sentido, Tim Bradstock-Smith, dentista británico, destaca que la textura crujiente de la manzana tiene un efecto similar en la boca al de un cepillo de dientes, ya que al masticar la fruta, su pulpa y piel y eliminan tanto los restos de comida como la placa bacteriana. Ello hace que el aliento sea más fresco y los dientes queden más limpios.
Otros de los beneficios que aporta la manzana es que estimula la producción de saliva, que también cumple la función de acabar con restos de comida y bacterias que son las causantes del mal aliento.
Según el dentista, las manzanas son mucho más eficaces que los chicles para refrescar el aliento no solo por esa textura crujiente sino también porque contienen sustancias antibacterianas que logran evitar el crecimiento de bacterias en la boca.
Igualmente, los dentistas también recomiendan consumir manzanas para hacer frente al mal aliento porque son frutas que cuentan con unos azúcares naturales que son mucho más beneficiosos para los dientes que los azúcares añadidos que poseen los chicles.
No obstante, lo que sí que aconsejan los expertos es esperar al menos media hora para cepillarse los dientes después de comerse una manzana, ya que la ligera acidez de la fruta hace que el esmalte de los dientes se vuelva más vulnerable de manera momentánea.
