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Ni aire acondicionado ni ventiladores potentes: el truco francés de la cubitera para refrescar la casa en tiempo récord

Ni aire acondicionado ni ventiladores potentes: el truco francés de la cubitera para refrescar la casa en tiempo récord

Una alternativa barata y ecológica para quienes buscan sobrevivir a la ola de calor.

Enfriar una habitación con cubitos de hielo es posibleAntonio Diaz

Este verano, los franceses han rescatado un truco tan sencillo como efectivo para pasar la ola de calor que afecta a España y también a otros países europeos sin echar mano del aire acondicionado, sin necesidad de enchufar ventiladores y, lo que para muchos es aún más importante, mantener a raya la factura de la luz. Basta con una cubitera bien cargada de hielo, colocada estratégicamente, para notar un alivio térmico inmediato en cualquier habitación de casa. El método, recuperado por la revista Santé Magazine, se basa en un principio físico elemental: cuando el hielo se derrite, absorbe el calor del aire que lo rodea. Y eso, en plena canícula, se agradece.

El sistema más extendido, y probablemente el más eficaz, consiste en colocar un cuenco metálico lleno de cubitos, a unos 30 centímetros del ventilador que hayamos instalado en casa para que el aire que sopla pase por encima de ese hielo, se enfríe y refresque toda la estancia. “Es como montarte un aire acondicionado casero con cuatro cosas", explica la publicación francesa. 

La revista, además, propone un truco sencillo para mejorar el sistema: añadir una pizca de sal gorda para que el hielo tarde más en derretirse y, por lo tanto, dure más el frescor. Por otro lado, para evitar que el agua de la condensación llegue a estropear los muebles de casa, conviene colocar una toalla absorbente o una bandeja bajo el recipiente, que debe ser de acero inoxidable porque conduce mejor el frío que el plástico y acelera el efecto.

Trucos sin enchufe: botellas y trapos

El método de los cubitos de hielo delante de los ventiladores puede reforzarse aún más si se ponen en práctica otras variantes, igual o más simples que la más eficaz. Por ejemplo, colgar una toalla húmeda delante de una ventana abierta y colocar, justo debajo,  un bol con hielo en el suelo. Con esto se consigue que el aire caliente que entra, atraviese el tejido mojado y llegue más fresco a la habitación. Por otro lado, cuanto más clara sea la tela, mejor, porque refleja mejor la luz y el calor.

Otra opción igual de práctica consiste en congelar botellas de agua, llenándolas cerca de tres cuartas partes, y colocarlas cerca de un escritorio, de un sofá o junto a la cama en la que vayamos a dormir. También, envueltas en un paño húmedo, se pueden colgar frente a una corriente de aire para conseguir una brisa ligera y fresca, algo especialmente útil en las noches tropicales o en pisos que no tienen una buena ventilación.

Errores y trucos clave

Para que el plan de refrescar nuestra casa sin usar el aire acondicionado sea un éxito, hay algunos gestos que conviene evitar si no quieres estropear los muebles o generar más humedad de la cuenta. Por ejemplo, no pongas el hielo directamente sobre las superficies delicadas, ni tampoco pegues al ventilador el recipiente con los cubitos, bloqueando el flujo de aire. Por descontado, no esperes milagros si no has bajado las persianas o si tu salón lleva toda la tarde recibiendo sol directo.

Estos trucos funcionan, pero necesitan un entorno que los acompañe. Ventilar a primera hora o al caer la tarde, cerrar bien durante las horas centrales del día, vestir con ropa clara y ligera, evitar encender hornos o secadoras, e hidratarse bien siguen siendo claves. Una jarra de agua helada, aromatizada con menta y limón, siempre ayuda.

La fabricación de hielo también consume algo de energía, sí. Pero frente a un aparato de aire acondicionado funcionando durante horas, el impacto en lo que se paga en la factura de la luz es mínimo. Además, para quienes no tienen un sistema de climatización en casa o prefieren limitar su uso, este pequeño gesto puede marcar una gran diferencia.