Ni valeriana ni otro relajante: el sonido de este animal es terapéutico frente a la ansiedad

Ni valeriana ni otro relajante: el sonido de este animal es terapéutico frente a la ansiedad

Las vibraciones del ronroneo felino tienen efectos positivos en los humanos.

Una pareja de gatosGetty Images

Dicen que los gatos ronronean para calmarse ellos mismos. Los amantes de estos felinos seguro que lo tienen comprobado. Pero parece ser que, además, las vibraciones generadas por ese sonido pueden acelerar la recuperación de lesiones óseas y musculares, ayudándoles a sanar más rápidamente.

Al menos es lo que sugiere una reciente investigación de científicos de la Universidad de Helsinki. Así que este hallazgo revelaría que el ronroneo es más que una simple manifestación de satisfacción, es una herramienta esencial para mantener su propio el bienestar físico.

Pero los beneficios del ronroneo resulta que también nos afectan a los humanos. El Sistema Nacional de Salud del Reino Unido ha encontrado que este sonido puede tener efectos terapéuticos en las personas, especialmente en pacientes con ansiedad y otras enfermedades mentales. La cuestión es que el escuchar el ronroneo de un gato puede liberar endorfinas y otros compuestos que naturalmente relajan nuestra mente, ayudando a reducir la presión sanguínea y mejorando nuestro estado de ánimo.

Además, existe otra investigación, en este caso de la Universidad de California en Davis, que ha demostrado que el ronroneo gatuno puede ayudar a combatir la pérdida de densidad ósea en personas con osteoporosis y facilitar la recuperación de lesiones musculares severas.

Este ruido característico de los gatos suele estar asociado con momentos de felicidad y satisfacción. Aunque se cree que también lo usan como una forma de comunicación cuando quieren algo de nosotros.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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