La tortilla de patata con cebolla o sin ella, Pepsi o Coca Cola, verano o invierno. Los debates que han dividido a la opinión pública han sido de lo más variados a lo largo de los años. Otro es qué es mejor, más cómodo o más práctico si ducharse por la mañana, antes de empezar con el día, o ya por la noche. 

Ahora, una microbióloga ha puesto fin al debate. Se trata de la doctora Primrose Freestone, profesora de Microbiología Clínica en la Universidad de Leicester. En un artículo que ha publicado la emisora de radio irlandesa RTÉ en su página web, ha resuelto la duda desde el punto de vista científico. 

Por un lado, en palabras de la experta, "durante el día tu cuerpo y cabello inevitablemente acumulan contaminantes y alérgenos junto con la acumulación habitual de sudor y grasa sebácea". De estas partículas, algunas se quedarán en la ropa, pero otras llegarán hasta las sábanas. 

Por ello, "ducharse por las noche puede eliminar algunos de los alérgenos, el sudor y la grasa acumulados durante el día, de modo que terminen menos en tus sábanas", prosigue explicando. Sin embargo, a pesar de ello, el sudor de por la noche motivará que haya microbios en la cama y que, por la mañana, también se amanezca con mal olor corporal. 

Por otro lado, esas duchas matutinas "pueden ayudar a eliminar las células muertas de la piel", afirma Freestone, que no se queda ahí. También habla de cómo lavarse por la mañana elimina el sudor y las bacterias de por la noche. "Esto es especialmente importante si las sábanas no estaban recién lavadas al acostarte", considera. 

Por lo tanto, la conclusión que extrae la microbióloga es que, independientemente de las preferencias de horario, conviene recordar que "la eficacia de su ducha depende de muchos aspectos de su higiene personal, como la frecuencia con la que lava las sábanas".

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