En 'The Guardian' toman nota de estas localidades españolas para hacer frente al calor: "Una simbiosis perfecta"
El diario británico ha recopilado las innovadoras medidas tomadas contra las altas temperaturas.
Se ha hablado largo y tendido de refugios climáticos, de si las ciudades están adaptadas a las altas temperaturas o si se toman suficientes medidas desde las distintas administraciones para hacer frente al cambio climático. No obstante, aunque queda mucho por hacer, en Reino Unido han tomado nota de lo que se está haciendo en España.
Concretamente, el diario The Guardian ha tomado como referentes tres municipios españoles por las medidas que están tomando para refrescar sus calles. Pone como uno de los ejemplos las calles de Jerez de la Frontera (Cádiz) que, bajo el proyecto Emparrados, han querido llevar las vides y las parras de los vinos de la localidad a algunas de sus calles con la finalidad de dar sombra y refrescarlas hasta en 8ºC.
"Un solo tallo de parra que crece en el lateral de una casa puede ofrecer mucha sombra. En las casas de Jerez, donde esta práctica se lleva practicando durante más de 60 años, las hojas de una sola parra forman un dosel de 60 metros cuadrados.", explican en el medio británico, donde entrevistan a los responsables de esta iniciativa.
Para Begoña García González-Gordon, una de las responsables del proyecto entrevistada por el medio británico, "existe una simbiosis perfecta". "Al plantar vides en la calle, hacemos algo por la ciudad y, al mismo tiempo, celebramos la vid jerezana. Nuestra filosofía está estrechamente ligada a la vid jerezana", explica.
Pero en la publicación no solo recogen mantos vegetales, también otras iniciativas como la de cubrir algunas calles con telas de crochet, algo que se ha realizado en varios pueblos de Andalucía, como Alhaurín de la Torre (Málaga), Arahal (Sevilla) o La Línea de la Concepción (Cádiz).
Más allá de toldos, The Guardian pone como ejemplo de innovación y avance en la conocida como arquitectura bioclimática, el proyecto Cartuja Qanat, en Sevilla, concretamente en la calle Tomás Alva Edison, en la Cartuja, donde se ubicaban los pabellones de la Expo 92.
Esta iniciativa recupera el sistema persa de los qanats persas, que utilizan agua que se enfría durante la noche a través de canales subterráneos que enfrían el aire de alrededor pasando de 40ºC a 17ºC. A esto se suman varias zonas verdes y un sistema de refrigeración a través de paneles solares que reducen el consumo de agua y energía y potencian una climatización sostenible.