Un Giralda roja se dibuja en el cielo de este pueblo de Córdoba
Una torre que recuerda a su homóloga sevillana.

La Giralda de Sevilla es, sin duda, uno de los símbolos más representativos de Andalucía. Su torre, reconocible al instante, ha protagonizado infinidad de fotografías, películas y paseos por el centro de la capital. Sin embargo, esta joya arquitectónica no se limita únicamente a Sevilla, sino que en otras localidades de la región podemos encontrar torres inspiradas en su estilo y que recuerdan a este gran gigante.
En pleno corazón de la provincia de Córdoba, en el municipio de Montoro se alza la conocida como ‘Giralda Roja’, configurando un perfil singular que se recorta en el cielo andaluz como emblema arquitectónico y cultural de la localidad. Muchos lo comparan con su homólogo sevillano, pero este tiene una particularidad muy especial: su inconfundible color rojo, fruto de la piedra molinaza propia de esta zona del Alto Guadalquivir.
Montoro se asienta sobre un yacimiento de este tipo de piedra por lo que la arenisca roja es un material muy utilizado en la región. Esta majestuosa torre preside la Iglesia de San Bartolomé Apóstol y Santiago, cuya construcción comenzó a finales del siglo XV en estilo gótico-mudéjar y no se concluyó hasta bien entrado el siglo XVII. Sin embargo, los dos tercios superiores de la torre no fueron levantados hasta el siglo XIX.
Un símbolo de orgullo local
Tanto la iglesia como las edificaciones señoriales del entorno fueron levantadas con piedra molinaza, una arenisca roja muy abundante en Sierra Morena, extraída directamente durante las excavaciones de sus cimientos. Además de esta particularidad única, el núcleo urbano de este pueblo cordobés fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1969, con lugares tan emblemáticos como la Plaza de España de Montoro.
Además, el carácter emblemático de la “Giralda Roja” va más allá de su valor arquitectónico, ya que para los vecinos representa un punto de referencia y orgullo local. La posición estratégica del pueblo lo convierte en todo un mirador natural donde la torre se perfila majestuosa en el cielo, visible desde la ribera del río y desde el Puente Mayor que comunica el barrio del Retamar con el casco histórico.
Esta panorámica invita a contemplar el entramado de callejuelas blancas y empinadas que serpentean alrededor de las construcciones de molinaza, cuyas tonalidades rojizas destacan especialmente al atardecer. En definitiva, la “Giralda Roja” de Montoro se consolida como un monumento vivo que conecta la historia medieval y renacentista con la actualidad turística y patrimonial de la comarca.