Una trabajadora de una empresa de Mallorca revela la afición que nunca ha cambiado en los turistas británicos: "No ha cambiado en mis 26 años de experiencia"
Una pasión que se mantiene pese al paso del tiempo y la digitalización.
Durante años, los turistas británicos se han consolidado como uno de los grupos más numerosos y constantes que visitan España, en especial sus costas e islas. En este contexto, cuando Diana Winskill llegó a Mallorca en 1999 para trabajar como representante de TUI durante seis meses, jamás imaginó que 26 años después seguiría recibiendo a viajeros británicos en la isla, y que una costumbre en concreto no habría cambiado en todo ese tiempo.
Diana, que llegó a la isla con 23 años y acabó quedándose, combina anécdotas personales con observaciones sobre la evolución del turismo británico: ha visto crecer la demanda de experiencias y ha sido testigo de la revolución digital en la organización de viajes. “La app de TUI ha cambiado todo: ahora la gente consulta traslados, reserva excursiones y gestiona su viaje desde el teléfono. Antes todo se hacía a mano o por teléfono”, relata en declaraciones recogidas por Mirror.
Pese a ello, subraya que la cercanía humana sigue siendo clave: las reuniones de bienvenida y el trato personal siguen siendo muy valorados por los huéspedes. “Los británicos siguen adorando sus vacaciones con todo incluido, esto les permite disfrutar plenamente sin preocuparse por gastos adicionales”, asegura. A eso se suma el factor social, ya que muchos visitantes no solo buscan sol y playa, sino también un entorno amable en el que sentirse reconocidos, escuchados y atendidos.
La actividad más popular
Diana trabaja desde hace siete años en el Globales Santa Lucía, un hotel de solo adultos ubicado entre las playas de Son Matías y Palma Nova, con vistas al mar, piscinas cubiertas y al aire libre, buffet y bares. En todos los años que lleva en el sector ha podido comprobar la verdadera pasión de los británicos: el bingo. “Sin excepción, tenemos clientes fieles que disfrutan jugando al bingo todas las noches. Eso no ha cambiado en mis 26 años de experiencia”, cuenta la representante de TUI.
Sin embargo, no todo sigue igual. Hoy hay más grupos de amigos que reservas familiares o de pareja, y las excursiones que ponen en contacto con la cultura local atraen a viajeros que quieren algo más que tumbona y mar. “Las excursiones para ver los mercados de Mallorca son cada vez más populares. La gente quiere salir y experimentar la cultura local”, explica diana. Esta tendencia coincide con los grandes informes sectoriales que señalan un creciente interés por actividades auténticas y por el turismo consciente.
En paralelo, la digitalización ha revolucionado el sector: las principales agencias y grupos turísticos promueven aplicaciones y plataformas para gestionar desde la reserva hasta el check-in y la compra de excursiones, lo que facilita la planificación pero no sustituye, según Diana, la necesidad del contacto humano en los destinos. Para ella, la tecnología puede agilizar procesos y aportar comodidad, pero nunca replicará la seguridad, la confianza y la calidez que ofrece una conversación cara a cara.